Dos históricos sindicalistas asturianos están siendo sometidos a una persecución judicial utilizando como pretexto las últimas movilizaciones de los trabajadores/as de Naval Gijón, un astillero instalado a día de hoy prácticamente en el centro de la ciudad, y que se mantiene activo (aunque gravemente herido) hasta la fecha gracias a la combatividad histórica de su plantilla. Son los únicos acusados por una acción puntual de la que es sabido se responsabiliza la práctica totalidad de la plantilla cuyas movilizaciones apoyan además de la CSI (sindicato al que pertenecen los dos acusados), CCOO y UGT. Los dos acumulan ya 6 años y medio de petición fiscal por la quema de la caja que controla la cámara de vigilancia instalada en las inmediaciones del astillero, pretendiendo con ello convertir lo que es una movilización colectiva en un acto de vandalismo individual. Los acusados no han sido escogidas al azar, pues se trata de dos personas cuya solidaridad internacional y esfuerzo incansable en favor de la sociedad asturiana a través del trabajo sindical es incuestionable.
Escribo, una vez más con el fin de expresar mi repulsa a una petición fiscal, de nuevo desorbitada, a Juan Martínez Morala y a Cándido González Carnero por los hechos enmarcados y acaecidos en las movilizaciones del Naval Gijón a finales del 2004 y principios del 2005.
Digo, de nuevo y una vez más, porque parece que no va a ser la última ni es la primera vez que me dirijo a ustedes para denunciar situaciones de este tipo.
Juzgar y condenar a estos dos sindicalistas, que no han hecho más que defender a lo largo de su trayectoria los derechos sindicales y laborales de las y los trabajadores, por las movilizaciones que apoyaron una gran parte de la plantilla del astillero es una flagrante injusticia. Y también un agravio y provocación a los y las que en algún momento de nuestra vida nos hemos enfrentado a la política laboral y urbanística a la que nos tienen acostumbrados la alcaldía de esta ciudad.
La petición ronda los seis años de cárcel, me pregunto, ¿a quien han asesinado?, y le pregunto al ayuntamiento que interés tiene además del puramente económico para personarse en la acusación.
O no les basta con haber dejado a los y las trabajadores/as y jóvenes de esta ciudad a merced de empresarios sin escrúpulos. De vendernos al mejor postor y/o constructor. De construir una ciudad dirigida única y exclusivamente para turistas de primera y segunda.
Si a alguien hay que condenar en esta ciudad es a Páz Fernández Felgueroso (alcaldesa de Xixón), a los políticos, sindicalistas, líderes del movimiento vecinal qué con sus pomposos discursos de buenas intenciones intentan disfrazar una realidad que a todas luces es incuestionable…
La destrucción de nuestra identidad colectiva y el espacio en el que muchos jóvenes nos deberíamos desarrollar como personas.
La desaparición de los barrios tal y como eran entendidos antes. Un punto de unión, de solidaridad y comunicación entre las personas. Hoy esta siendo sustituido por grandes urbanizaciones en los que la gente ni siquiera se conoce ni tiene interés, aunque en esto también habría que incluir las jornadas de diez y once horas (el cansancio hace mella) para pagar desorbitadas hipotecas y coches que no nos podemos permitir.
Y es esto, en conclusión, contra lo que han luchado estas personas incorruptibles a lo largo de su trayectoria política, social y sindical.
Algo que los jóvenes ni siquiera nos podemos permitir, porque hoy abrir la boca se paga con despidos, o fin de contratos. O con el rechazo de tus propios compañeros a cualquier reivindicación que no sea echar todas las horas que se puedan para poder pagar el nivel de vida que hoy se ha instaurado.
En fin, reflexionen ustedes, esta es la ciudad de diseño que nos ofrecen, vacua y absurda. Contra la que estos señores, injustamente encausados, ofrecieron y ofrecen hoy todo su rechazo.
Están condenándonos al silencio sepulcral y al ostracismo ante los despropósitos de los políticos de turno que hacen con nuestro dinero lo que les viene en gana sin ni siquiera consultar a la ciudadanía.
Un abrazo solidario… Vítor Xosé
Ex represaliado, condenado a dos años por participar en las movilizaciones de Naval Gijón y posteriormente absuelto en el Constitucional, tras cuatro años de recursos y procesos judiciales.