Las elecciones municipales y autonómicas en el mes de mayo están trayendo sorpresas en algunas comunidades y alguna de las propuestas extrañamente tiene a los emigrantes en su punto de mira… para bien.
El presidente de la Comunidad Autónoma de Asturias, Adrián Barbón, que se presenta a su reelección ha propuesto crear una circunscripción electoral para “los asturianos en el exterior”.
Asturias añadiría una cuarta circunscripción a las tres existentes que cubren las partes occidental, oriental y central de la comunidad en las que se eligen a los 45 diputados. La nueva circunscripción contaría con 1 solo representante, pero al menos daría voz en la política asturiana a su diáspora.
Tiempo habrá de poder hablar de incrementar la representación, pero sería un avance sin precedentes en nuestra democracia lograr que, al menos haya una comunidad autónoma que haga algo en este sentido.
El 13% del total de los electores en Asturias vive en el exterior, lo que significa 123.184 votos. Esta cifra crece elecciones tras elecciones y desde 2019 se ha incrementado en casi un 5%.
Esta incorporación de la circunscripción exterior llega tarde, y llega a una sola de las 17 comunidades autónomas de nuestro país. Ojalá se planteara de la misma manera por parte de partidos políticos para el total del país de una forma tan clara y mostrando interés real en llevarlo a cabo.
Ya se debe acabar el tiempo de presentar propuestas similares escondidas en los programas electorales para luego no atreverse a ni siquiera a presentar a las cortes para votación, y este es un cambio que se viene pidiendo desde hace mucho tiempo.
El partido al que pertenece Adrián Barbón, el PSOE, en 2008 habló de la circunscripción exterior, pero a pesar de su llegada al gobierno en diversas ocasiones nunca tuvo el valor o las ganas reales de llevarlo a cabo.
Mas partidos se han ido uniendo a esta propuesta que por primera vez tendría en cuenta el peso de la emigración como hacen en otros países de nuestro entorno como Francia o Italia, pero hay partidos a la derecha del arco parlamentario que nunca han mostrado interés en apoyar un cambio en el sistema electoral que permita una representación mas adecuada a la diáspora.
Los votos de los más de 2,3 millones de votantes en el exterior se diluyen entre los votos de los 35 millones de votantes. Sus votos se dividen entre las 52 provincias y ciudades autónomas y no muestran el poder que tendría en escaños como la tercera provincia española.
La representación nunca llegaría de manera acorde y sería una representación nominal, como lo propuesto en Asturias, donde solo se daría 1 escaño al 13% de la población, pero al menos podríamos tener la certeza de que alguna o algún emigrante con experiencia y conocimiento sobre los problemas en el exterior, estaría ocupando escaños y subiendo al estrado del Congreso de los Diputados para defender nuestros intereses.
Hay que recordar que, como ya comenté en otro artículo de opinión en mayo de 2019, Pedro Sánchez se aupó en el gobierno con el apoyo de “la suma de votos obtenidos por cinco partidos nacionalistas (Esquerra Republicana de Catalunya, Partido Nacionalista Vasco, Junts per Catalunya, Coalición Canaria y Bildu)”, que sumaban 2 millones y trescientos mil votos, 34 escaños.
En el exterior vivimos más de 2 millones setecientos mil españoles y españolas, y en los últimos 15 años esta cifra ha aumentado en más de 1 millón más de emigrantes. Muchos y muchas emigramos por elección propia, o son hijos de emigrantes, o fueron expulsados por la falta de posibilidades de trabajar y de tener una vida digna en nuestro país.
En Italia el número de parlamentarios electos en el exterior es de 8 diputados y 4 senadores, lo que en España se traduciría a una representación parlamentaria similar a Junts per Catalunya o 2 por debajo de Ciudadanos en las elecciones de 2019.
Hay que esperar a ver como se materializa la propuesta en Asturias y una vez se traduzca en decisión firme y se incluya en su régimen electoral habrá que pedir que esta medida se copie en el resto de las Comunidades Autónomas en nuestro país.
Asturias es una de las regiones con mayor índice de emigrantes y desde hace tiempo es una de las CCAA que ha incluido propuestas en el sentido de reconocimiento de derechos a sus emigrantes como la Ley del Principado de Asturias 2/2018, de 23 de marzo, de los asturianos en el exterior y del reconocimiento de la asturianía o el Decreto 46/2019, de 21 de junio, por el que se aprueba el Reglamento que articula esta ley.
Estas propuestas que ya han sido aprobadas pueden ayudar a la ciudadanía en el exterior a sentirse apreciados y a incrementar su sentimiento de pertenencia hacia una región, y la falta de propuestas por parte de la mayoría de las comunidades autónomas no hacen mas que desanimar y provocar un hastío o falta de confianza en un sistema que ningunea a parte de población.
La comunidad autónoma de Galicia, de diferente color político, también es una región que trabaja mucho por su emigración a través de planes de retorno o actividades con la juventud migrante desde hace mucho tiempo y este esfuerzo tiene sus réditos electorales.
Quizás las próximas elecciones autonómicas sean las primeras en las que se elijan representantes del exterior y esto seria un aliciente para los más de tres millones de españoles que seguramente seamos para 2027, tras la inclusión de muchos descendientes que se sumarán al padrón gracias a la Ley de Memoria Democrática.
Los cambios recientes en materia electoral a través de la derogación del voto rogado, así como el reconocimiento de la nacionalidad puede ser complementado con una circunscripción exterior que nos haga de una vez por todas sentirnos apreciados y tenidos en cuenta por nuestros representantes políticos.