La ministra de Sanidad, Elena Salgado, alertó ayer en Santander de que la escasa percepción del riesgo está produciendo entre los jóvenes españoles un incremento en el consumo de drogas que es «extraordinariamente preocupante». No habló sin embargo, de la cuota de responsabilidad que tiene en dicho indeseable incremento la falta de perspectivas que está […]
La ministra de Sanidad, Elena Salgado, alertó ayer en Santander de que la escasa percepción del riesgo está produciendo entre los jóvenes españoles un incremento en el consumo de drogas que es «extraordinariamente preocupante». No habló sin embargo, de la cuota de responsabilidad que tiene en dicho indeseable incremento la falta de perspectivas que está produciendo el capitalismo salvaje en ese fundamental sector de la población.
Elena Salgado, quien inauguró en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) el encuentro «Control de la oferta de drogas: ¿políticas complementarias o excluyentes?», destacó ayer que las encuestas revelan que los jóvenes cada vez tienen menos conciencia del riesgo que supone el uso de sustancias como el alcohol y el cannabis, e incluso la cocaína, si se trata de un consumo esporádico.Así, explicó que los jóvenes creen que es más perjudicial para su salud el consumo de tabaco que el de cannabis, mientras que más de un 60% de ellos afirma que es «facilísimo» conseguir cocaína.
«No quisiera dramatizar, pero estamos en un momento complicado fundamentalmente por esa escasa percepción del riesgo que existe sobre ese problema», dijo la ministra, quien consideró que las actuaciones deben ir dirigidas en el ámbito de la reducción de la demanda a la prevención y en el de disminución de la oferta.
Salgado destacó además la necesidad de formar a la juventud para evitar un primer consumo de drogas y de desarrollar políticas dirigidas a las familias, porque es en ellas, apuntó, donde se crean los primeros hábitos saludables.
La ministra dijo que se viene observando una «notable disminución» en el grado de importancia que la sociedad atribuye al problema de la drogadicción, de manera que los últimos barómetros del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) lo sitúan en el sexto lugar, muy por debajo del paro, del terrorismo, de la imposibilidad de acceder a una vivienda o de la precariedad generalizada de la económica familiar.
No habló, sin embargo, la ministra de la responsabilidad de su Gobierno en el avance de esta lacra, al no practicar una política social radical que termine con la falta de perspectivas que embargan a la juventud de este reino borbónico de las maravillas.