Toda acción política contra el Gobierno progresista nacional es válida, el caso es romper el acuerdo de gobierno, y si es posible, bien argumentada la lectura del relato de que la responsabilidad es de Podemos.
Todas las fuerzas burguesas y neoliberales se confabulan y si no, veamos como el trabajo sucio de las cloacas del Ministerio del Interior, Justicia y Defensa, se unen y coordinan con el cuarto poder de los medios de comunicación, dedicando su empeño en ocultar y desvirtuar los desfalcos del Rey y condenas por corrupción del PP y nacionalistas, al tiempo que culpabiliza una y otra vez falsamente a Podemos. Lo mismo que la lucha contra la pandemia en las comunidades autónomas, donde el poder mediático siempre oculta que el Estado carece de competencia para intervenir, por acuerdo en el traspaso entre los partidos burgueses y el PSOE neoliberal de Felipe González. Así lo tenemos con la derecha del PP en la Comunidad de Madrid y de su presidenta Díaz Ayuso, con el genocidio cometido en los geriátricos públicos y privados por el abandono de la asistencia médica ante el coronavirus y sin ser investigado de oficio por la fiscalía, la cual, mediáticamente culpabiliza al Gobierno progresista. Pero de los que no se habla es de las mátalas callando del Gobierno asturiano del PSOE y del resto de comunidades autónomas donde gobierna.
El equilibrio con empresarios y Gobierno nacional con el que juega el Presidente asturiano Adrián Barbón del PSOE (y del resto de comunidades donde gobiernan) sin la estridencia de la derecha, boicotean directamente todas las políticas sociales decretadas para formar el blindaje social. Este problema surge, al no tener el Gobierno un Estado en función que cubra todo el territorio nacional y necesitar de otras estructuras con su propia soberanía, como son las comunidades autónomas. Pero cuando son de un signo ideológico y político diferente, la colaboración ya no se da y pasa como con el Ingreso Mínimo Vital, donde las comunidades gobernadas por la derecha y el PSOE neoliberal, boicotean un protocolo mínimo que permita llevarlo a la mayoría social que lo necesita. Que la derecha y neoliberales del PSOE (la mayoría de dirigentes y cargos institucionales socialistas como el Presidente asturiano lo son) lo boicoteen en su defensa de primar los intereses patronales por encima de los sociales parece obvio, pero lo que no se entiende bien, es que Unidas Podemos haya hecho una propuesta confusa e irrealizable, pero no solo por la complejidad de los requisitos, sino sobre todo, por carecer en lo fundamental del instrumento del Estado para poder ejecutar la ley. Cuando falta la competencia que da la soberanía al Estado tenemos un problema de gobierno.
Parecido con los ERTE, donde la patronal trampea con la colaboración del Gobierno autónomo de turno su concesión, para que los salarios sigan siendo costeados por el Gobierno nacional, mientras ellos, a unos les obligan a trabajar telemáticamente desde su domicilio, a otros irregularmente en la propia empresa, cuando no contrata a otras personas con salarios fuera convenio para hacer las labores de los regulados por la pandemia. La casuística de casos es tan amplia y los medios de control tan escasos y tan mal usados por los años de corrupción y la propia inercia, que desde los ámbitos sindicales vean con claridad, que si bien a permitido que una parte de la clase trabajadora mantuviese unos meses más el puesto de trabajo con un salario reducido, este beneficio ha sido menor que el recibido por el empresario, que ha pesar de haber reducido la producción por la reducción de consumo de la población y la exportación, con el apoyo del Gobierno han mantenido beneficios. No así el desempleo que se ha disparado a pesar de las ayudas y lo que es peor, que sin haber podido cambiar lo fundamental de la legislación laboral, una vez superada las ayudas por la pandemia, los despidos, los ERE y las quiebras, serán nuestro plato del día.
Pero no solo es esto, porque la pandemia y la crisis global del sistema de libre mercado capitalista siguen cabalgando o si no, veámoslo en el tratamiento en Asturias y comunidades gestionadas por el PSOE neoliberal y la derecha, como los medios públicos de transporte y de servicios como RENFE, ALSA por carretera o la banca, solo sirven con calidad el trayecto que da beneficios, regulando el resto hasta que uniendo recorridos de beneficios o directamente los anula, abandonando así al ciudadano a su suerte. Al tiempo que introduce manu militari el trabajo telemático a domicilio sin negociación, abandonando la atención y el servicio directo al ciudadano, con la gente regulada o trabajando en casa y la ciudadanía ochenta por ciento clase obrera, desatendida y abandonada.
Esto permite al Gobierno neoliberal asturiano de Barbón (y comunidades autónomas gobernadas por el PSOE) por su favoritismo a la patronal y la banca, pero no es todo. Entregaron los servicios públicos fundamentales del estado de bienestar del pueblo, a la gestión del interés privado empresarial como el transporte, la banca, la energía o el agua, permitiéndoseles incumplir las concesiones y derechos de la ciudadanía para que sigan obteniendo beneficios empresariales, poniendo el PSOE asturiano en la lucha contra la pandemia, el interés privado del empresario por encima de los del pueblo. Y se ve con toda crueldad en la coincidencia con los gobiernos de la derecha y derechas nacionalistas, por el abandono total de las medidas sanitarias preventivas para el pueblo asturiano (y de las comunidades gestionadas por el PSOE neoliberal) en sanidad pública y geriátricos públicos y privados. A lo cual hay que dejar bien claro, que el abandono sanitario y geriátrico no es por incompetencia, que seguro que la hay y enorme, es desgobierno planificado para responsabilizar con el apoyo mediático al Gobierno progresista de la nación, del genocidio y del desastre, que está cometiendo la derecha y el neoliberalismo con el pueblo.
Urge para la clase obrera y el pueblo, que peleemos por la restauración inmediata de la vida y el trabajo cotidiano o lo que quede de él, para que por lo menos, el conjunto de la ciudadanía y la clase trabajadora pueda, no solo trabajar el que pueda sino también organizar la protesta que en gran parte de lo que dice que hace el Gobierno asturiano, lo que pretende es anularla. Urge ya la recuperación del transporte público y los servicios públicos y privados con atención pública directa. Urge recuperar al cien por cien la asistencia sanitaria pública, especialmente la preventiva del centro de salud con la contratación de personal y bajada de ratio por consulta, potenciando con nuevas contrataciones la atención externa a domicilio con funciones de rastreo, como manera de controlar la pandemia y liberar las urgencias de los hospitales y centros de salud y sobre todo, con la llegada de la gripe urge superar el bloqueo y abrir el hospital a la gente y urge, que a la clase obrera se le ofrezca una sanidad pública y no se le fuerce con la mala gestión de la pública a ir a la privada, que si funciona al cien por cien pero cobrando. Urge que guarderías, escuelas, institutos, universidades y el conjunto de la formación pública de comienzo, porque a la clase obrera nadie le va a llevar el salario a casa. Urge la bajada de alumnos por clase y la contratación de profesorado para que la excepción sea la formación online, habilitando espacios y contratando personal.
La necesidad en la lucha de este Gobierno progresista contra la pandemia global, en medio de una crisis global del sistema capitalista de libre mercado, está situada en la superación de tres relatos. El de la influencia de los sectores neoliberales del PSOE en el Gobierno progresista, que se logra con un mantenimiento electoral del PSOE como mínimo y un aumento de la influencia de UP. Dos, superar los recortes a la soberanía del Estado, con la recuperación de las competencias cedidas por el neoliberalismo a las Comunidades Autónomas, en todos los ámbitos de los servicios públicos que garantizan el estado de bienestar, sin el cual la soberanía no es popular, es neoliberal. Y tres, centrarse sin pudor en la defensa integral de los intereses generales de la clase trabajadora, tanto como clase que como pueblo en un único programa de Gobierno nacional para todo el Estado y todo ello manteniendo las distancias, usando las mascarillas y las medidas higiénicas necesarias.
Alonso Gallardo de los círculos comunistas de Unidas Podemos