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La antigua Facultad de Agrónomos de Valencia se convierte en un centro social autogestionado

Ca La Vaga, construyendo espacios de emancipación

Fuentes: Rebelión

«La llibertat no es demana, es pren». Con esta pancarta en lo alto del edificio, un grupo de jóvenes y estudiantes universitarios okuparon el pasado 12 de noviembre la antigua Facultad de Agrónomos de Valencia, en el Campus Universitario de Blasco Ibáñez. Reconvertida en Ca La Vaga (nació dos días antes de la huelga general […]

«La llibertat no es demana, es pren». Con esta pancarta en lo alto del edificio, un grupo de jóvenes y estudiantes universitarios okuparon el pasado 12 de noviembre la antigua Facultad de Agrónomos de Valencia, en el Campus Universitario de Blasco Ibáñez. Reconvertida en Ca La Vaga (nació dos días antes de la huelga general del 14-N), pretende ser un espacio para la lucha política y las iniciativas culturales y sociales que apunten a un cambio de sistema. «Quan la injustícia es fa llei, la revolta és un deure», dicen algunas octavillas de primera hora.

Pero no existe un proyecto cerrado para Ca La Vaga. Se trata, más bien, de un espacio todavía en construcción. De momento, «hemos roto con el miedo a la Okupación de espacios para la disidencia, tan necesarios hoy», insiste uno de los jóvenes que ha participado en las primeras asambleas. Es un espacio de autogestión, para individuos, colectivos y asambleas que se opongan al modelo hegemónico. Ca La Vaga abre las puertas, así, como centro en el que organizar charlas, talleres, debates o actividades culturales «sin tener que pasar por trabas burocráticas ni económicas».

Pero en construcción no significa, en absoluto, ausencia de ideología. Pocos días después de la okupación, en un «Comunicat a la societat», se afirma que nos hallamos «en una de las irremediables crisis del sistema capitalista, cuyo peso recae sobre la clase trabajadora; nos vemos en la necesidad de crear nuevos espacios de contrapoder popular, donde encajar proyectos que el estado, con sus instituciones, ha obstaculizado».

En las primeras asambleas, alguna con 200 personas, bullen las ideas y los proyectos. Y algunos se materializan poco a poco. Nada más arrancar Ca La Vaga, apenas 10 días después de la Okupación, ya se organizaron unas jornadas culturales, que incluían conferencias sobre las Auditorías Ciudadanas de la Deuda, la realidad de los Centros de Internamientos para Extranjeros (CIE) o Palestina; cinefórum («La Haine», «1984», «Salvador» o «El gran dictador»), conciertos y una sesión de pintura libre con acompañamiento violín. Diariamente, además, se puede visitar una exposición fotográfica sobre Palestina.

Tras las jornadas culturales (de tres días, y en las que -según la Web de Ca La Vaga, han participado más de mil personas), la asamblea hizo balance: «Hemos cumplido el objetivo con creces; hemos demostrado que tenemos valor para reivindicar nuestros derechos: recuperar esta universidad para el pueblo».

Las actividades se despliegan sobre un edificio enorme, de 4 plantas, en el que todavía pueden observarse los escombros tras permanecer tres años cerrado. Es la antigua facultad de Agrónomos, construida en 1959, propiedad de la Universidad Politécnica de Valencia. Los jóvenes se afanan ahora en darle vida y, para ello, empezó el primer día la limpieza y acondicionamiento de aulas y despachos. En uno de ellos, trabaja el grupo de comunicación. En la sala contigua, hay algo de ropa para quien la necesite. En otra, mayor, un cartel anuncia la próxima reunión del 15-M (zona norte). También hay aulas donde algunos jóvenes duermen. Está la biblioteca en construcción. La cafetería funciona a pleno rendimiento.

A medida que individuos y colectivos participen y encuentren su espacio en Ca La Vaga, el proyecto ganará músculo. Mientras, en el «Manifest de la Okupació», emitido el primer día, se plantea que Ca La Vaga se convierta «en una herramienta más de organización y lucha». Ahora bien, ¿Por qué motivos se produce la okupación? «Los que repetimos cada vez que tomamos las calles: el elevado paro juvenil y general; el aumento de trabas económicas y burocráticas para acceder a los estudios, las reformas represivas del Código Penal, los 500 desahucios diarios, la privatización de la educación y la sanidad, y la falta de espacios autogestionarios».

En resumen, agrega el manifiesto, «todas las miserias que el capitalismo genera necesariamente sobre las clases populares». Actualmente, «entendemos que vivimos en una situación límite de opresión, y por eso creemos que hay que ir más allá». Y por eso dieron un paso al frente poco días antes del 14-N: ocupar la vieja facultad de Agrícolas. «si hemos dado este salto cualitativo es para romper con los modelos habituales de huelga. Creíamos imprescindible hacer algo más ambicioso que pararlo todo sólo un día entre semana», explican desde la asamblea.

Pasados los primeros días, invertidos sobre todo en mantenimiento y limpieza, han llegado los primeros colectivos. La Plataforma d’Afectats y Afectades per les Hipoteques (PAH) del País Valencià celebará en Ca La Vaga una de sus próximas asambleas. Trabaja, además, con la idea de que el edificio okupado pueda alojar provisionalmente a personas afectadas por los desahucios. Hay también asambleas anunciadas por parte de colectivos del 15-M. La Cooperativa Integral Valenciana (CIV) se ha interesado en este espacio para sus asambleas y el reparto de productos agrícolas de consumo. Otra organización que ha mostrado interés es el Colectivo ASIA, para la autogestión de la salud a través de las prácticas medicinales antiguas.

Se ofrecen personas para conferencias, profesores de universidad, periodistas, barrios del 15-M, entre otros. «Ca La Vaga ya es de todos y todas», asegura un miembro de la asamblea. «Han sido decenas las personas que en nombre de sus colectivos, grupos de música, asociaciones o a nivel particular, han establecido contacto previo para utilizar una sala, una clase para dar un curso o una oficina para continuar trabajando».

El próximo jueves, a las 19,00 horas, comienza un taller gratuito de 50 horas lectivas sobre «Activismo en la Red», encarado como herramienta para que las organizaciones se doten de medios de comunicación. Ya se imparte un curso de Capoeira . Ya trabaja un grupo de artistas en adecuar una sala para sus creaciones y otra de exposición. Otra propuesta recibida por la asamblea es la de un «Ágora de Conocimiento», abierta a todos y todas, para crear una red de personas que se formen de manera alternativa, libre y gratuita. Un banco del tiempo, con el fin de intercambiar conocimientos y labores. Una biblioteca abierta las 24 horas del día. Iniciativas que se maduran, poco a poco, con los grupos de trabajo, antes de su materialización.

El proyecto intenta, en definitiva, recomponer el tejido social triturado por el hacha neoliberal. «Sea esta universidad liberada como un arca de Noé en estos tiempos en que la debacle capitalista y el robo institucional nos llega a todos. Subíos con nosotros. Sin miedo». Es el reto de Ca La Vaga.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.