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Entrevista a Jesús Uzkudun, portavoz de la Asociación de Víctimas de Amianto de Euskadi

«Cada vez la gente oye más el tema del amianto, pero no hay conciencia, y es clave para dar una solución a las empresas»

Fuentes: Noticias de Gipuzkoa

Uzkudun aborda al comienzo del año los problemas que enfrenta la lucha de los afectados por amianto: desde el fondo de compensación hasta los casos que están en un limbo

El dato de víctimas de amianto fallecidas en 2017 en Euskadi se había quedado en 19, pero Jesús Uzkudun recuerda que el fatídico contador subió en la penúltima tarde del año a 20. La cifra que da en cuanto al portavoz de Asviamie se le pide que valore el intenso año pasado.

¿Qué balance hace de 2017?

-20 muertos, y que tengamos contabilizados 20 en la asociación no quiere decir que sean 20. En la última semana del año llegaron otros dos casos de CAF para iniciar los procesos de reconocimiento de enfermedad laboral. Es como el Rosario de la Aurora: cada vez hay más casos. No sé si es porque hay más enfermos o porque la gente recurre más a nosotros…

¿Tienen hipótesis de por qué?

-Todos los estudios indican que estamos en fase de crecimiento de cifras. También cuanto más conocidos somos, más acuden a nosotros. Acabo de hablar con dos casos de Navarra. Parece una epidemia. Otro dato positivo es que a 20 de diciembre, en el listado (de trabajadores expuestos al amianto) de Osalan hay 8.413 personas registradas. El año pasado, 7.000 y pico. Ahora bien, estamos detectando otra casuística. El comité de empresa de CAF logró que la empresa reconociera a unas 2.000 personas, pero en la medida en que se jubilan, no se les hace una vigilancia sanitaria postocupacional.

¿Nadie se ocupa de ellos?

-Debería hacerlo Osakidetza, pero entre que parece que le faltan los datos o voluntad, los afectados quedan en el mundo de los perdidos. Es un drama en el que tomaremos medidas. El día 2 estuve con un hombre con cáncer de laringe. Si hay vigilancia sanitaria, hay más posibilidades de una detección precoz y una mayor esperanza de vida. Para cuando inicias los trámites de reconocimiento de enfermedad profesional, se muere. En octubre metimos otro caso con asbestosis, con oxígeno Y sin poder moverse. Ha fallecido y a ver qué pasa con el expediente, porque si se para, es un lío con la Seguridad Social.

¿Qué debe hacer quien sospeche de haber estado expuesto al amianto?

-Primero, a través de nosotros, los sindicatos o por Osalan directamente, comprobar si está en el listado de trabajadores expuestos. Si está, debe reclamar una vigilancia sanitaria, que si es pensionista, se la debe hacer Osakidetza. Si se le detecta alguna patología, debería acudir a los sindicatos o a nuestra asociación para iniciar los trámites de reconocimiento de enfermedad profesional ante la Seguridad Social, pero la clave es estar en el listado.

¿Por qué?

-Si no tienes ese documento, no puedes hacer nada. Casi ninguna empresa declaró que trabajara con amianto, e incluso los que declararon, no metieron a todos los trabajadores. Si no tienes esa prueba, ¡ah!, el afectado tiene que demostrar la causa-efecto y demostrar hechos de hace 30-40 años es… realmente duro. Personalmente tengo una ventaja respecto a muchos abogados: conozco los procesos productivos. Un caso del año pasado me dijo: «Yo no he trabajado con amianto, trabajé con poliéster». ¿Y dónde lo colocabas? «En las cámaras frigoríficas de los barcos». ¡Ya me estás contando la realidad! Un médico o un abogado normalmente no se lo va a preguntar. A veces me cabreo con la falta de motivación de la Administración.

En octubre el Congreso aprobó una propuesta para crear el fondo de compensación del amianto. ¿Ha habido avances?

-(Ríe) Está paralizado según las noticias que tenemos. No vamos a echar la toalla, pero no nos vamos a perder en los pasillos del Parlamento. Crear un fondo sin recursos es generar una frustración. El PP no tiene ninguna voluntad, en la CAV se podía haber creado algo -que se reclama mucho desde lo nacional pero cuando hay que poner las pelas… a Madrid-. Si las empresas no aprietan, esto no se va a configurar. La única manera de presionar a las empresas es que empiecen a pagar los daños y perjuicios. Y hay otra injusticia enorme…

¿Cuál?

-Los enfermos o fallecidos que trabajaron en Altos Hornos, la industria naval, en el sector del acero especial… estuvieron en la reconversión industrial y se creó Cofivacasa, que fue la que pagaba. ¿Qué ocurre? Que hay afectados por trabajar en esas empresas, pero desde una subcontrata, por lo que tienes complicado reclamar.

¿Otro limbo?

-¡Claro! El compañero de al lado, que era miembro de la plantilla, recibe la compensación con fondos del Estado. Tú, que trabajabaste al lado suyo pero desde una empresa subcontratada, no. El año pasado llegamos a un acuerdo porque éramos conscientes de que no podíamos sangrar a una de las empresas.

¿Las empresas pueden verse en situaciones financieras complicadas como consecuencia de las indemnizaciones?

-¡Evidente! Si le metes una indemnización por daños y perjuicios más el recargo de prestaciones a una empresa de 30 trabajadores, la quiebras. Otras más grandes ya aguantarán, pero ya nos pasó con Muebles Xey. Fueron hasta el Supremo y cuando salió la condena de 180.000 euros, nos llamaron, que no podían pagar, si no, se iba a concurso de acreedores. Pagaron en aquel momento, y no fueron al concurso. Al año, sí. ¿Forzado por nosotros? No lo diría, pero aquello no ayudó.

¿La sociedad tiene claro a qué se enfrenta?

-Creo que no, por dos razones: primero, la actitud de los ayuntamientos con el inventario del amianto;y dos, no queremos quebrar empresas. Es más, como exsindicalista he negociado en bastantes empresas: ni para ti, ni para mí, pero estas familias se tienen que llevar algo. Si lo coge un despacho de abogados que va por porcentaje, le importará poco. Por eso insistimos tanto en la necesidad del fondo.

¿De cuánta gente hablamos?

-Entre el año 2000 y 2015 en España fallecieron por mesotelioma 5.345 personas. Si a esos 5.000 por mesotelioma, que es por amianto, le añadimos que suelen ser el doble o el triple muere por cáncer de pulmón, hablamos de cifras enormes. Queremos que se visualice todo esto. No es tanto hacer viudas ricas, sino que de la misma manera que si voy con exceso de velocidad, me meten la factura y espabilo, la indemnización haga que las empresas se tomen en serio la prevención. Soy un firme convencido de que la prevención es rentable, pero es rentable si al que se le pilla, se le hace pagar. En los países anglosajones, como te pillen, te crujen.

¿Y aquí?

-El problema lo van a tener las pymes. Con una pequeña empresa de Irun me han pasado dos casos de mesotelioma. En el primero, indemnización y golpe para el empresario. Con el segundo, me decía el empresario: «¡No tengo tanto dinero!». Al final pactaron con la familia 200.000 euros a plazos. Imagínate que le salga un tercer caso, que tiene todos los boletos… ¿qué?

¿Cuánto dinero necesita ese fondo?

-CCOO de Euskadi hizo en su día un estudio y la cantidad no era tan exagerada: 160 millones para cuatro años, unos 200.000 euros por víctima. A partir de ahí que la gente valore. A quien no le valga, que se vaya a juicio. Tiene que haber una mínima compensación. Nos preocupa que no haya conciencia social de lo que viene. Ni en los grupos parlamentarios ni en la sociedad. Es clave dar una solución a las empresas. A nosotros nos vienen cada vez más casos de pequeñas empresas, que son las que pueden tener verdaderos problemas. Luego hay un montón de casos de empresas que han cerrado y te quedas sin poder reclamar, donde ves al vecino que, pese a enfermar, ha tenido la suerte de estar en una empresa en la que cobra un pastón. Cada vez la gente escucha más el tema del amianto, pero no se pone a ello. No hay conciencia social.

Fuente: http://www.noticiasdegipuzkoa.com/2018/01/08/economia/cada-vez-la-gente-oye-mas-el-tema-del-amianto-pero-no-hay-conciencia-y-es-clave-para-dar-una-solucion-a-las-empresas