Padres y alumnos calificaron ayer de histórica la huelga que por tercer día consecutivo paralizó la clases en las escuelas de toda España, en protesta contra la reducción presupuestaria decretada por el gobierno en la enseñanza pública. Familias, alumnos y profesores ataviados con camisetas y sudaderas verdes inundaron ayer las calles de muchas ciudades del […]
Padres y alumnos calificaron ayer de histórica la huelga que por tercer día consecutivo paralizó la clases en las escuelas de toda España, en protesta contra la reducción presupuestaria decretada por el gobierno en la enseñanza pública.
Familias, alumnos y profesores ataviados con camisetas y sudaderas verdes inundaron ayer las calles de muchas ciudades del estado exigiendo la dimisión del ministro de José Ignacio Wert. «En la manifestación, 150.000 personas han colapsado el centro de Madrid. Más de un millón en toda España», declaró José Luis Pazos, portavoz de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa). Tras la pancarta de la cabecera, en la que se podía leer «Por la educación pública. Por el futuro de nuestros jóvenes», el sentimiento de unión y fortalecimiento era una constante en la marea humana. Tres generaciones cantaban y coreaban consignas en favor de «una educación que es nuestra». Clases enteras de primaria, instituto y universidad marcharon desde Neptuno en una concentración que tuvo que desafiar la lluvia. «Los que se están quedando solos son los del Gobierno. Nosotros cada día somos más», comentó el secretario general del Sindicato de Estudiantes, Tohil Delgado.
La privatización del derecho a la educación
El portavoz de la Ceapa subrayó que la medida de fuerza fue seguida por un 80 por ciento del estudiantado, cifra que el Ministerio de Educación rebajó al 23 por ciento. Las familias han entendido la necesidad de dar un golpe sobre la mesa ante el desmantelamiento de la educación pública, el debate está en la calle y sólo por eso la huelga ya es un éxito, destacó Pazos en declaraciones a la prensa.
Aseguró que cada día resulta más difícil levantarse por la mañana, mirar a la cara a nuestros hijos y explicarles por qué tienen que dejar de estudiar, por qué no pueden comer de manera adecuada en el colegio o por qué no tienen libros gratis.
Denunció que las duras políticas de austeridad puestas en marcha por el gobierno conservador de Mariano Rajoy buscan la privatización absoluta del derecho a la educación.
Es llegar a decir: si usted tiene, su hijo estudiará; si no tiene, su hijo no tendrá un futuro digno, expresó el portavoz de la Ceapa, asociación que, por primera vez en su historia, convocó un paro de estudiantes y familias en todos los niveles de enseñanza no universitaria.
Según Pazos, todos los sectores apoyaron el llamado de los padres, incluido los docentes.
Aclaró que los maestros asistieron a sus puestos de trabajo porque la Ceapa les pidió que no hicieran huelga.
A juicio de esta federación, que agrupa a unas 12 mil agrupaciones de padres y madres de este país europeo, los ajustes presupuestarios decididos por el Ejecutivo del derechista Partido Popular (PP) abocan al abandono escolar a muchos estudiantes por razones económicas.
Tanto el Sindicato de Estudiantes (SE) como la Ceapa denunciaron que la séptima reforma educativa de la democracia, a la que califican de elitista, ahondará en las desigualdades sociales y dificultará el acceso a la educación pública de calidad.
El PP nos lleva hacia un modelo en el que tienen derecho a una educación de calidad aquellas personas que se la pueden pagar, y todos los demás nos quedaremos en un sistema asistencial, advirtió Tohil Delgado, secretario general del SE.
En opinión de Pazos, quien volvió a exigir la dimisión del ministro de Educación, José Ignacio Wert, se está llegando a una situación en la que todo es creíble, porque, enfatizó, tenemos a unos incendiarios al frente de las responsabilidades políticas.
El ministro tiene que dimitir porque entró en la Educación sin educación, sentenció.
Por su parte, Delgado resumió en cuatro las reivindicaciones de la protesta: la devolución de los cuatro mil millones de euros recortados a la enseñanza, el regreso a sus puestos de los 50 mil docentes despedidos, la retirada de la reforma educativa y la dimisión de Wert.
Objetivo: Wert
Durante la manifestación, los coros y gritos de la marea verde estuvieron dirigidos al ministro de Educación en múltiples ocasiones, que fue definido como el «representante más activo de la caverna franquista», «el más tonto de todos los ministros de la historia de España» y «un altavoz al servicio de los obispos».
Raúl Rivas, representante del Sindicato de Estudiantes y encargado de animar la concentración megáfono en mano, pidió la dimisión de Wert por ser «el ministro más irresponsable, el más incompetente y el más estúpido que nunca hemos visto».
El coordinador general de Izquierda Unida, Cayo Lara, en la misma línea, explicó que el ministro «no hace más que seguir paso por paso la hoja de ruta marcada por Faes: es una mera marioneta».