Las poblaciones costeras corren un riesgo particular porque el mar se elevará entre 0,36 y 0,73 metros para 2100 con un aumento de la temperatura global de entre 1,1 y 3,1 grados centígrados, lo que impactará en las áreas bajas por sumersión, inundaciones, erosión o intrusión de agua salada, precisó el Programa de las Naciones […]
Las poblaciones costeras corren un riesgo particular porque el mar se elevará entre 0,36 y 0,73 metros para 2100 con un aumento de la temperatura global de entre 1,1 y 3,1 grados centígrados, lo que impactará en las áreas bajas por sumersión, inundaciones, erosión o intrusión de agua salada, precisó el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
Pero aun antes de que ocurra una de esas catástrofes, las entre 660 millones y 820 millones de personas que dependen de la pesca no tendrán más remedio que abandonar su casa, su ocupación y mudarse; quizá sean más porque a las familias que dependen de la pesca de subsistencia ya les resulta muy difícil la actividad por la sobrepesca.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada asciende a entre 11 millones y 26 millones de toneladas de pescado al año, lo que representa entre 10.000 millones y 23.000 millones de dólares y agota las reservas de peces, eleva los precios y destruye el sustento de muchos pescadores.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) pronostica que habrán unos 200 millones de migrantes ambientales para 2050, desplazándose dentro de sus países o cruzando fronteras, de forma permanente o temporal.
El director general de la OIM, William Lacy Swing, conversó con IPS en el marco de la segunda Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, realizada del 23 al 27 de mayo en Nairobi, donde representantes de 174 países debatieron sobre la implementación ambiental de los trabajos que permitirán alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
IPS: ¿Qué otros elementos son responsables de la emigración costera, además de las crisis ambientales y el agotamiento de las reservas de peces?
WILLIAM LACY SWING: Las crisis políticas y los desastres naturales son los otros motivos de la emigración en la actualidad. Nunca tuvimos emergencias humanitarias tan complejas y prolongadas a la vez, desde África occidental hasta Asia occidental (Medio Oriente), con pocos lugares en medio donde no pase algo.
Tenemos 40 millones de personas desplazadas a la fuerza y 20 millones refugiadas, el mayor número de gente desarraigada desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
Si sumamos los eventos relacionados con el cambio climático como el tifón Haiyán, que golpeó a Filipinas en noviembre de 2013, y el terremoto de Haití en 2010, habría un grupo adicional.
No sabemos cuántos de esos desastres naturales están vinculados al clima, pero cada vez prestamos más atención al cambio climático. Después de las negociaciones de París es más evidente que debemos prestar atención a las estrategias de adaptación, en especial en lugares como Bangladesh y las islas del (océano) Pacífico, para que la gente pueda evitarlos y prepararse para ellos.
El presidente de Kiribati, Anote Tong, dijo que temían perder alrededor de 33 atolones. Ya le compran tierras a Fiyi para que su población pueda emigrar. Ese es el tipo de medidas de adaptación que debemos tomar.
IPS: ¿Cómo evalúa la migración costera mundial para 2030 y para 2050? ¿Qué número de poblaciones costeras están desplazadas actualmente? ¿En qué países se ven los mayores movimientos de personas?
WLS: La migración costera ya comenzó, pero es muy difícil ser exactos porque no hay buenos datos para realizar pronósticos. No sabemos. Pero claramente será mayor en el futuro.
Y sucederá tanto en islas de baja altitud del Pacífico como del Caribe, y en esos países donde la gente construye casas cerca de la costa y sufren inundaciones todos los años como en Bangladesh. También tenemos que prestar atención a los lugares propensos a terremotos. Las autoridades de Filipinas me comentaron cómo se preparan para un gran sismo, que puede ocurrir en cualquier momento.
Tenemos que tener una política de adaptación. Cuántas más iniciativas hayan, menos mitigación se necesitará. Cuánto más nos preparemos, menos perderemos.
IPS: ¿Se denuncian más conflictos por el agotamiento de recursos en las comunidades costeras o en otros grupos como grandes operadores pesqueros?
WLS: Es claro que tendremos cada vez más y más conflictos por la escasez de alimentos y agua, la que se exacerbará por el cambio climático. Por cierto, si la franja costera sufrió años de sobrepesca, aparecerán conflictos.
Pero no solo pueden aparecer conflictos. En Indonesia, por ejemplo, la OIM realizó un gran esfuerzo para evacuar a cientos de pescadores que sufrieron años de esclavitud en la industria pesquera. Con la ayuda del gobierno, los liberamos, los atendimos y les devolvimos una vida normal.
IPS: Aun cuando se reconoce que las migraciones se convirtieron en un asunto global acuciante, la falta de políticas sólidas para hacer frente al problema se atribuye a la insuficiencia de estudios y de datos concretos. ¿Hubo alguna mejora al respecto tras las crisis migratorias de Siria, Medio Oriente, África oriental?
WLS: La OIM emprendió varias iniciativas para respaldar mejores políticas. Creamos hace poco un Centro Global de Análisis de Datos en Berlín. Nos asociamos con numerosas agencias como Gallop y la Unidad de Inteligencia Económica, rama de investigación del Grupo The Economist. Y buscamos otros socios porque la falta de datos es enorme.
Muchos de los datos que tenemos son irregulares y muchos inadecuados, pero ya tenemos suficientes para saber cuáles son las fuerzas responsables de las actuales y futuras migraciones, incluso los motores demográficos.
Tenemos una población que envejece en los países industrializados, los que necesitan trabajadores con distintas grados de capacidades. Y tenemos una enorme población joven en el Sur que necesita empleo.
Nuestros pronósticos son que los países se volverán inevitablemente cada vez más multiculturales, multiétnicos y multirreligiosos.
Si esto va a funcionar, las economías se mezclarán y entonces aparece un escenario futuro bastante sencillo. Pero el problema es que muchas políticas migratorias nacionales están desactualizadas, no se actualizaron en materia de tecnología. Así que seguimos chocando con problemas, cuando podríamos convertir las adversidades en oportunidades.
IPS: ¿Qué políticas y acciones en materia de mitigación, adaptación y prevención podrían adoptar los países afectados? ¿Cuáles ya están tomando medidas?
WLS: Aun si es difícil identificar países porque son todos miembros de la OIM, Canadá, por ejemplo, recibió 25.000 refugiados sirios a principios de este año. Varios países asiáticos como Tailandia ofrecen a los migrantes acceso a servicios públicos gratuitos porque si se los niegan tendrán que convivir con una población con problemas de salud. Hay otros ejemplos de países que toman acciones proactivas, pero se necesita más.
Traducido por Verónica Firme
Fuente original: http://www.ipsnoticias.net/2016/06/cambio-climatico-y-conflictos-detras-de-historicas-migraciones/