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Colaborador de Rebelion.org narra su plusmarca mundial de las 6 semanas de Speed Walking (Caminata Rápida)

Caminata de seis semanas por la costa de Cataluña

Fuentes: Rebelión

Entre el 23 de marzo y el 4 de mayo de 2023, caminé 1.925 km por la costa de Cataluña y alcancé la plusmarca mundial de las 6 semanas de Speed Walking (Caminata Rápida).

Para completar los 1.925 km, recorrí casi trece veces un circuito de 150 km que iba de El Masnou a Vilanova i la Geltrú y de Vilanova i la Geltrú a El Masnou. Un circuito que yo ya había utilizado en mi anterior caminata de diez días por la costa catalana de 2021.

Recorriendo ese circuito desde El Masnou hasta Vilanova i la Geltrú, el presente artículo rememora mi caminata por la costa de Cataluña de 2023.

De El Masnou a Badalona

El circuito de la caminata tenía su punto de partida en El Masnou y su primer tramo era el paseo marítimo de El Masnou a Montgat que transcurría junto al mar Mediterráneo. Al pasar por él, me encontré invariablemente caminadores, corredores y ciclistas y disfruté mucho observando el mar.

Arribado a Montgat, el circuito cruzaba un túnel y entraba en la carretera de Montgat a Badalona, la conocida como carretera de Mataró. A la izquierda de esa carretera en dirección a Badalona, se encontraba el mar. Y, a su derecha, una hilera con edificios de viviendas, casas y alguna empresa de Montgat.

El circuito seguía por la carretera y rápidamente entraba en Badalona, con el Mediterráneo a su izquierda y casas de dos plantas, empresas y antiguas fábricas a su derecha. Al recorrer la carretera en ese tramo, observaba casi siempre el edificio modernista de la antigua fábrica Cordelería Ribó y pensaba en los obreros que trabajaron en esa y otras fábricas similares.

En mi caminata de seis semanas de 2023, al igual que en mi anterior caminata de diez días de 2021, en cualquier caso, lo que más me impactó de la zona El Masnou-Badalona fue el mar. Tras vivir en Navarra desde el año 2019, el reencuentro con el Mediterráneo resultó especial.

Badalona y Santa Coloma de Gramenet

El circuito entraba en Badalona por la calle Pomar de Baix, la cual se transformaba en la calle Sant Bru a los pocos metros. En el lado derecho de esa calle en dirección a Barcelona, se encontraban casitas de dos plantas de color blanco con gran atractivo.

Por la misma acera, a escasa distancia, el circuito también pasaba por el parque de Can Solei i Ca l’Arnús, un pulmón verde de Badalona. El parque, resultado de la unión de las fincas de Can Solei i Ca l’Arnús, me llamaba la atención por su estado muy cuidado.

Pasado el parque y recorrida la calle Sant Bru, el circuito seguía por el centro de Badalona y transcurría por las calles Francesc Layret y de la Creu, muy transitadas y de gran actividad comercial, la Rambla Sant Joan, la calle Liszt y la calle Mozart, por la cual se entraba en Santa Coloma de Gramenet.

En Santa Coloma, el circuito recorría la rambla principal, llamada Rambla del Fondo, de San Sebastià y de Llorenç Serra. Y, al finalizarla, pasaba por el puente de Santa Coloma sobre el río Besòs a Barcelona. Desde ese puente, se observaban el río, sus laterales de hierba y un carril que unía el mar y la montaña con deportistas a todas horas del día.

De Sant Andreu a l’Eixample

El circuito entraba en Barcelona por el puente y el paseo de Santa Coloma, perteneciendo la acera de la izquierda al barrio de Baró de Viver y la de la derecha al barrio de la Trinitat Vella, dos barrios del distrito de Sant Andreu.

Tras esa zona, el circuito llegaba a otro barrio del distrito, Sant Andreu de Palomar, y recorría el paseo de Torras i Bages y la calle Segre. Al iniciarse esta, pasaba por la Iglesia de Sant Andreu de Palomar y las antiguas fábricas Can Fabra y Fabra i Coats.

En la Fabra i Coats, el circuito daba una vuelta por su interior, algo ideal para mí por las buenas sensaciones que he tenido siempre al visitar una antigua fábrica como la Fabra i Coats. Tanto en mi caminata de seis semanas de 2023 como en mi anterior caminata de diez días del 2021, la Fabra i Coats me levantó el ánimo en muchas ocasiones. Pensaba en las generaciones de esforzados obreros que pasaron su vida entre sus paredes y eso me daba ánimos para continuar caminando a pesar de estar cansado o agotado.

Después de dejar atrás esa zona, el circuito seguía por las calles Virgili y Pare Manyanet y entraba en el barrio de La Sagrera por la calle Gran de la Sagrera. Una vez superado el parque de la Pegaso, ubicado en los terrenos de la antigua fábrica ENASA, recorría el primer tramo de la calle Monlau, la plaza de Masadas y el segundo tramo de la calle Monlau hasta la calle Garcilaso. Al pasar por la plaza de Masadas, siempre disfrutaba con ella y sus bellos pórticos de otro tiempo. Quedan pocas plazas como esa en Barcelona.

Una vez dejaba atrás la calle Garcilaso, el circuito conducía a la avenida Meridiana, un punto de tráfico y ruido. Un punto de edificios muy altos y de gran bullicio. En la avenida, se encontraba la cafetería Sun, uno de mis establecimientos preferidos durante mi caminata de seis semanas de 2023 para beber, comer y recuperar fuerzas. Allí tomaba un café, bebía agua y comía para superar el cansancio, el agotamiento. Bendito Sun. Qué recuerdos.

Tras la avenida Meridiana, el circuito pasaba por la calle Felipe II y recorría el barrio de Navas. Y, después, llegaba a la calle del Fresser y cruzaba el barrio del Camp de l’Arpa del Clot. Del barrio de Navas, me atraían sus casas tipo torre. Del barrio del Camp de l’Arpa del Clot, ya perteneciente al distrito de Sant Martí, la fábrica Costa Font de la calle del Fresser, un edificio racionalista del arquitecto Francesc Mitjans del año 1950. Al caminar ante el edificio, siempre observaba su logrado diseño. En mi caminata de diez días de 2021, hice lo mismo.

Por la calle del Fresser, el circuito llegaba a la calle Rosselló y al distrito de l’Eixample que vertebra la ciudad de Barcelona.

L’Eixample y Les Corts

El circuito atravesaba l’Eixample por las calles Rosselló, Aribau y Londres. En la primera, que lo recorría en parte, se encontraban edificios destacados como el de la fábrica Damm, de estilo ecléctico y obra del arquitecto Joan Massoles de 1905. Al pasar junto a él en el cruce de la calle Rosselló con las calles Dos de Maig y Cartagena, me fijaba en sus detalles artísticos.

Otro edificio impresionante de la calle Rosselló, situado a la altura del cruce con la avenida Diagonal, era la Casa Terradas o de les Punxes, de estilo modernista y obra del arquitecto Josep Puig i Cadafalch, también datado en 1905. Con aspecto medieval y elementos neogóticos, sus seis torres coronadas por agujas de forma cónica son famosas. Al caminar ante el edificio, su belleza invariablemente reclamaba mi atención.

El circuito de la caminata dejaba atrás el distrito de l’Eixample y entraba en el distrito de Les Corts por la avenida Sarrià. Entonces recorría el barrio de Les Corts por la calle Deu i Mata hasta la modernista Casa Can Deu, situada en la plaza de la Concòrdia, obra del arquitecto Eduard Mercader de 1897.

Conocía muy bien Can Deu, tanto por haber vivido en Les Corts durante años como por algunas de mis anteriores caminatas como la de los diez días de 2021 o la de las 1.000 millas de 2017, y no dejaba de cautivarme. Sus estancias y su jardín con vidrieras son una maravilla. Aproveché la caminata para tomarme algún café en el lugar y reponer fuerzas.

Una vez el circuito de la caminata abandonaba el barrio de Les Corts por la calle Mejía Lequerica, este recorría los barrios de la Maternitat i Sant Ramon y Badal, los últimos de Barcelona antes de llegar a L’Hospitalet de Llobregat.

En la entrada del barrio de la Maternitat i Sant Ramon, en el cruce de la calle Mejía Lequerica con la gran vía de Carles III, aparecían los racionalistas Edificios Trade (1965-1971), obra del arquitecto Josep Antoni Coderch. Al pasar por delante de los mismos, me encantaba observar sus fachadas acristaladas de formas cilíndricas.

Después de los Edificios Trade, el circuito entraba en los jardines de la Maternitat, la antigua Casa de la Maternitat i Expòsits. Los edificios de los jardines eran modernistas (Xaloc, Central, Ave Maria, Mestral, Olímpia y Prat de la Riba) y noucentistas (Rosa y Blau) y obra de una larga lista de arquitectos. Al pasar ante ellos, me parecían igual de extraordinarios que siempre. Toda la zona, conocida por haber vivido en Les Corts y por anteriores caminatas, me producía la misma impresión.

Pasado el estadio del FC Barcelona y un par de calles de los barrios de la Maternitat i Sant Ramon y Badal, el circuito entraba en L’Hospitalet de Llobregat, reapareciendo el extrarradio barcelonés.

De L’Hospitalet de Llobregat a Les Botigues de Sitges

El circuito atravesaba L’Hospitalet de Llobregat por las calles Riera Blanca, Santa Eulàlia, Amadeu Torner, Gran Via y Jaume Ventura i Tort. Y, rodeando el Hospital de Bellvitge, llegaba al puente del río Llobregat.

En L’Hospitalet, el circuito pasaba por la modernista Fábrica Trinxet (1905-1916), de los arquitectos Joan Alsina y Modest Feu, y por los rascacielos de la plaza Europa, entre los que destacaban la Torre Realia BCN (2009) y el Hotel Porta Fira (2010) del arquitecto Toyo Ito.

El arquitecto Modest Feu, un clásico de mis caminatas, destacó tanto en el modernismo con sus fábricas de pura arquitectura obrera como en el noucentisme con sus edificios de viviendas de trabajadores. En 2024, le dediqué un merecido artículo.

Cruzado el puente del Llobregat, el circuito entraba en el parque Riu Llobregat, seguía por una pista hacia el sur, entraba en la carretera B-250 que atravesaba El Prat de Llobregat y recorría pistas hasta Gavà Mar.

Ya en Gavà, el circuito transcurría por un paseo marítimo preparado para caminadores, corredores, ciclistas… que acababa incorporando carriles de coches. Al caminar por ese paseo, me tropezaba con deportistas y veía el mar de forma intermitente. Y volvía a disfrutar con él tanto como entre El Masnou y Badalona.

Al final, el paseo marítimo de Gavà Mar se transformaba en el paseo marítimo de Castelldefels al llegar a esa población y el mar Mediterráneo, la playa y las palmeras terminaban por dominar por completo el escenario. Poco a poco, los edificios del lado del mar desaparecían, permitiendo una vista impresionante del Mediterráneo. Una característica del paseo marítimo de Castelldefels que me llamó la atención fue la presencia de deportistas a cualquier hora del día, algo que ya aprecié en mi anterior caminata de diez días de 2021.

A los pocos kilómetros, el paseo marítimo de Castelldefels se transformaba en el paseo marítimo de Les Botigues de Sitges, perteneciente a Sitges, manteniendo una gran vista del mar Mediterráneo, con la playa a la izquierda y palmeras en sus lados.

En Les Botigues de Sitges, se encontraba el Restaurante El Navegante, donde durante la caminata bebía, comía y reponía fuerzas. El restaurante, situado a escasos metros del Port Ginesta, me sirvió para recuperarme de no pocos momentos de gran agotamiento.

De Les Botigues de Sitges a Vilanova i la Geltrú

Una vez dejaba atrás el Restaurante El Navegante, el circuito de la caminata entraba en el Port Ginesta, llegando a la población de Garraf por una pista muy estrecha y en mal estado. Después, transitaba por pistas hasta Casa Vella, desde donde por otra pista llegaba al Camino Sitges-Plana Novella. Por ese camino, transcurría hasta el norte de Sitges. Desde la población de Garraf hasta el norte de Sitges, el circuito se encontraba dentro del parque de El Garraf y recordaba en algunos tramos al parque de Collserola, situado al lado de Barcelona.

Ya en Sitges, el circuito recorría la avenida del Camí Pla, la calle Pruelles, la calle Josep Soler i Tasis, el paseo de Vilafranca y el paseo de Vilanova. En el paseo de Vilanova, me sorprendía gratamente el Santuario del Vinyet. Al pasar junto al mismo, contemplaba su estructura y me venían a la mente las iglesias griegas de los cristianos ortodoxos. El santuario era una maravilla arquitectónica, como otras del interior del Garraf, y su belleza me animaba a seguir por muy cansado o agotado que estuviese.

Superado el Santuario del Vinyet, el circuito proseguía por el paseo de la riera de Ribes, con casas de construcción reciente y buenas aceras, y la avenida del camí del Miralpeix, ya sin casas y con un par de carriles para caminar, correr o ir en bici.

Pasado el golf de Sitges y la zona residencial de Can Girona, el circuito llegaba por pistas a Vilanova i la Geltrú, punto de retorno a El Masnou. El camí del Miralpeix me resultaba agradable por sus vistas magníficas.

Por el camí del Miralpeix, transitaban algunos deportistas en aquellos días de mi larga caminata de seis semanas, en aquellos días de la primavera de 2023. Transitaban devotos del caminar, mientras yo me partía el alma por llegar al final de mi larguísimo reto. Quisiera parar el tiempo y encontrarme siempre como me encontré entonces. Quisiera poder recorrer eternamente los mismos lugares. Me conformaría con lo último. Qué grandes recuerdos tengo de mi caminata de seis semanas de la primavera de 2023. Imborrables.

Semanario de mi caminata de seis semanas

Durante la caminata de 1.925 km por la costa de Cataluña de 2023 escribí un semanario. Al acabar cada semana, escribía mis impresiones. A continuación, como complemento al artículo sobre mi caminata, se puede leer el citado semanario.

PRIMERA SEMANA

23/30-03-2023

KILÓMETROS CAMINADOS HASTA EL DÍA 7 – 321,5 km

APUNTE SEMANAL

Al acabar la primera semana de mi caminata por la costa de Cataluña, estoy satisfecho con la marcha de la misma. No he padecido molestias musculares, aunque el cansancio ha sido grande. Estoy convencido de que la pérdida de más de 10 kg de peso gracias a una dieta estricta tiene mucho que ver con la ausencia de molestias.

La media de 45,9 km diarios caminados en esta primera semana de la caminata está bien. Se sitúa entre la media de 43,5 km diarios de la primera semana de las 1.000 millas de 2017 y la media de 48 km diarios de la primera semana de las 1.000 millas de 2018.

El circuito de la caminata es el mismo que utilicé en mi caminata de 10 días por la costa de Cataluña de 2021, es decir de El Masnou a Vilanova i la Geltrú y de Vilanova i la Geltrú a El Masnou. Me vuelve a cautivar. Las fotografías que he tomado del circuito durante esta semana y que pueden verse en mi web lo explican todo. Mar de azul intenso, bellas poblaciones de costa con Barcelona y sus joyas arquitectónicas a la cabeza, gentes y culturas diferentes, etc.

Con tantas horas de caminar cada día, tengo mucho tiempo para pensar. Me dan vueltas por la cabeza muchas ideas sobre la sociedad, la política, la economía, mis colaboraciones en medios. Tengo gran admiración por algunos, sobre todo por los que sin muchos recursos y con independencia de los grandes medios y del Capital han logrado perdurar en el tiempo.

Destaca Rebelión, el cual me lo recomendaron hace 20 años. Un medio con intelectuales de prestigio que creyó en la información no dependiente y que ha soportado todo tipo de vaivenes. Resistir es vencer. El tiempo pasa muy rápido. 

SEGUNDA SEMANA

30-03/06-04-2023

KILÓMETROS CAMINADOS HASTA EL DÍA 14 – 652 km 

APUNTE SEMANAL 

La segunda semana de mi caminata ha empezado con un empeoramiento de las condiciones climáticas y algunas molestias musculares. El paso de los días ha suavizado ambas cosas.

Al llegar a los diez días de la caminata, también he tenido que enfrentarme a una cierta fatiga mental. Tengo la impresión de que, al no haber realizado una caminata de más de diez días desde 2018, mi mente lo ha notado. Dura pelea conmigo mismo.

La fatiga mental se me ha hecho más llevadera, gracias a centrar la atención en el circuito de la caminata. Recorrer la costa catalana o pasar por Barcelona hace que la mente se distraiga con el azul del mar o la arquitectura selecta y que las “tormentas” pasen más rápido.

Con el paso de los días, he tenido la impresión de que la mente por puro cansancio piensa menos, a la vez que se siente más cautivada por la belleza de un lugar o de una obra arquitectónica.

En las dos primeras semanas de caminata, he caminado 652 km, logrando una media de 46,5 km diarios. En las dos primeras semanas de mis 1.000 millas de 2018, caminé 680 km con una media de 48,5 km diarios. En las dos primeras semanas de mis 1.000 millas de 2017, caminé 595 km con una media de 42,5 km diarios. Por el momento, en cuanto a kilómetros recorridos, la caminata que estoy realizando se sitúa entre las caminatas de 2017 y 2018, aunque cerca de la última.

A pesar de los esfuerzos y del cansancio acumulado, me encuentro relativamente bien.

Toca mesura, porque hay mucho camino por recorrer, y no doblegarse.

Una gran caminata es una de esas cosas que te hace pensar que merece la pena haber vivido. 

TERCERA SEMANA

06/13-04-2023

KILÓMETROS CAMINADOS HASTA EL DÍA 21 – 987 km 

APUNTE SEMANAL 

La tercera semana de mi caminata ha sido la más dura. El cansancio y la fatiga mental han sido enormes. Algunos días he terminado por la noche en un estado lamentable. Incluso, me ha preocupado más de una vez que las personas que se cruzaban conmigo pudiesen pensar que me ocurría algo. Ha resultado difícil de llevar. Los esfuerzos diarios durante tres semanas han acabado pasando factura, algo que se veía venir.

La Pascua ha vaciado Barcelona y llenado de gente las otras partes del circuito de la caminata. Eso me ha permitido disfrutar algo más de las obras arquitectónicas de la ciudad. Ha sido reconfortante en medio de los esfuerzos y del cansancio extremo poder observar sin el bullicio habitual, por ejemplo, los bellos edificios de barrios como La Sagrera y El Camp de l’Arpa del Clot, la arquitectura de diversos estilos del Eixample o la arquitectura obrera de las fábricas de Sant Andreu, destacando la Fabra i Coats.

En plena Pascua, he encontrado a muchos deportistas en Castelldefels, Les Botigues de Sitges, el Garraf. El deporte se ha popularizado a un ritmo asombroso en las últimas décadas, principalmente entre las mujeres que tanto y tanto pelearon por ser consideradas tan deportistas como cualquiera y tan capaces como el que más. De hecho, estoy convencido por los datos que se tienen que las mujeres poseen más resistencia psicológica que los hombres, siendo superiores en esfuerzos de muy larga duración.

En las tres primeras semanas de caminata, he caminado 987 km, logrando una media de 47 km diarios. En las tres primeras semanas de mis 1.000 millas de 2018, caminé 1.010 km con una media de 48 km diarios. En las tres primeras semanas de mis 1.000 millas de 2017, caminé 905 km con una media de 43 km diarios. Parece evidente que se me resiste la diferencia que me lleva el Abrahams de 2018 y que, a la vez, ambos podemos con el del 2017 claramente.

Hasta esta tercera semana de caminata, los tiempos de paso en resumidas cuentas son inferiores a los de las 1.000 millas de 2018 y, por tanto, todo hace pensar que será igual hasta esa distancia.

Esta semana he decidido alargar mi caminata inicial de 30 días para intentar superar la máxima distancia recorrida con caminata rápida (mis 1.000 millas de 2017 y 2018).

CUARTA SEMANA

13/20-04-2023

KILÓMETROS CAMINADOS HASTA EL DÍA 28 – 1.292 km 

APUNTE SEMANAL 

La cuarta semana de la caminata ha sido aún peor en cuanto a dureza que la tercera.

El inicio de la semana fue aceptable, pero, desde el sábado 15 al martes 18 de abril, aparecieron todo tipo de dolores musculares, siendo difíciles de llevar. Alarmado por la situación y temiendo lo peor, reduje el kilometraje e introduje un poco más de carbohidratos en la dieta. En un par de días, me volví a encontrar mejor. Desde el martes 18 hasta el jueves 20, la mejoría ha sido progresiva. Sigo estando muy cansado, pero los dolores musculares se han reducido.

Debido a esta situación, durante una parte de la semana, he focalizado mi atención en superar los malos momentos. En el resto de la semana, he vuelto a centrar esa atención en aquello que me ha puesto delante la caminata.

En esta cuarta semana, una vez finalizada la Pascua, el circuito ha vuelto a la normalidad. Barcelona se ha vuelto a llenar de gente, tráfico, obras, es decir, ha recuperado su bullicio habitual, a la vez que en la costa ha regresado la paz. Ya no he visto a tantos deportistas por la costa como durante la Pascua.

El tiempo ha vuelto a ser bueno, con temperaturas normales para estas fechas. No obstante, a estas alturas de la caminata, me llama ya la atención la ausencia de lluvia. Tras cuatro semanas de caminata, todavía no ha llovido, salvo un día que hizo un pequeño amago sin importancia. En todas mis caminatas Multiday de primavera, siempre llovió más de una vez. La Península Ibérica va a pagar muy caro el cambio climático.

En las cuatro primeras semanas de caminata, he caminado 1.292 km, logrando una media de 46,1 km diarios. En las cuatro primeras semanas de mis 1.000 millas de 2018, caminé 1.349 km con una media de 48,1 km diarios. En las cuatro primeras semanas de mis 1.000 millas de 2017, caminé 1.200 km con una media de 42,8 km diarios. En 2018, recorrí 57 km más y, en 2017, 92 km menos que en las primeras cuatro semanas de mi actual caminata. La diferencia está en que ahora no me detendré en las 1.000 millas y seguiré hacia adelante.

Seguir hacia adelante es una motivación, un aliciente especial. Cada vez tengo más ganas de saber cómo me notaré tras pasar las 1.000 millas o la sensación que tendré al entrar en un terreno desconocido. 

QUINTA SEMANA

20/27-04-2023

KILÓMETROS CAMINADOS HASTA EL DÍA 35 – 1.611 km

APUNTE SEMANAL

La quinta semana de la caminata ha superado a las anteriores en cuanto a los malos momentos. He soportado cansancio y dolores musculares. Los dolores musculares aún han sido peores que el cansancio. En cualquier caso, yo valoro como algo positivo el saberlos aguantar y superar.

El último día de la semana me he encontrado mucho mejor que los anteriores, arrastrado por las ganas y la emoción de pasar la distancia de las 1.000 millas. La emoción me ha podido al superar la distancia.

En las 1.000 millas de 2018, conseguí una marca de 32 días y 21 horas. En las 1.000 millas de 2017, mi marca fue de 36 días y 5 horas. Ahora, mi tiempo de paso por las 1.000 millas ha sido de 34 días, 21 horas y 40 minutos. La diferencia está en que ahora no me detengo y sigo hacia adelante.

Me he quitado una presión de encima al superar la distancia de las 1.000 millas, distancia a la que no llegaba desde el año 2018. Una ansiada meta menos.

El aumento de las temperaturas de esta semana ha sido un pequeño alivio. Siempre he soportado mejor los esfuerzos con calor que con frío. Prefiero estar a más de 30 grados que a cero grados.

Otro pequeño alivio han sido aquellos lugares u obras arquitectónicas del circuito de la caminata de gran belleza. La mente se fija en ellos y olvida la situación que padece el cuerpo, al menos durante un rato.

La lluvia, por cierto, sigue sin aparecer.

Desconozco a día de hoy, al empezar el día 36 y la sexta semana de la caminata, cuando la terminaré, aunque el final no está demasiado lejos. Se situará entre los 40 días y los 42 días, es decir las 6 semanas.

SEXTA SEMANA

27-04/04-05-2023

KILÓMETROS CAMINADOS HASTA EL DÍA 42 – 1.925 km

APUNTE SEMANAL

La sexta semana de la caminata ha sido la última. Empecé la caminata el 23 de marzo y la he acabado el 4 de mayo. La caminata ha durado 42 días, es decir 6 semanas.

He finalizado la caminata con 1.925 km recorridos. La media de kilómetros diarios ha sido de 45,8 km.

He conseguido la plusmarca de las 6 Semanas y, de paso, la de máxima distancia de caminata rápida o Speed Walking. Una máxima distancia que establecí en 2017 al recorrer 1.000 millas (1609,344 km) por el Área Metropolitana de Barcelona.

He terminado la caminata agotado física y mentalmente, repleto de molestias y dolores musculares. Los últimos días de la caminata he caminado un poco cojo. Nunca había terminado tan mal.

Durante el fin de semana de la sexta semana de la caminata, ha habido tres días de fiesta, de sábado a lunes ambos incluidos, por celebrarse el primero de mayo y Barcelona se ha vuelto a quedar vacía, a la vez que la costa se ha llenado de gente. Algo parecido a lo de la Pascua pasada.

Una novedad de la semana ha sido la lluvia. El domingo me mojé durante una hora de forma contundente.

En los últimos días de la caminata, he pensado no pocas veces en el tiempo que tendrá que transcurrir para reencontrarme con todos los lugares de la caminata, en el tiempo que tardaré en hacer otra caminata tan larga o en mi edad y lo que puede suponer de cara al futuro. No sé si alguna vez podré volver a caminar tantos días con una media de kilómetros similar. O si alguna vez podré caminar más días y kilómetros de los que he caminado en esta ocasión. Todo tiene un principio y un final. Pero confío en llegar a edades avanzadas con capacidad para ello.

En pocos días, regreso a Navarra. Me espera el descanso y la recuperación.

No olvidaré jamás esta caminata de 2023, como me ha pasado con otras anteriores. No encuentro palabras para expresar aquello que ya siento hacia ella. Toca descansar.  

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.