Recomiendo:
0

¡La economía crece un 0.1%!

Cantamañanas

Fuentes: Rebelión

¡La economía crece un 0.1%! ¡Se acabo la larga noche! Todos los titulares principales de los periódicos españoles anunciaron ayer el fin de la recesión. Lo que estamos viviendo no es la paulatina recuperación de la economía sino un golpe de propaganda de un gobierno y una clase política desesperada. A principios de la semana […]

¡La economía crece un 0.1%! ¡Se acabo la larga noche! Todos los titulares principales de los periódicos españoles anunciaron ayer el fin de la recesión.

Lo que estamos viviendo no es la paulatina recuperación de la economía sino un golpe de propaganda de un gobierno y una clase política desesperada. A principios de la semana Emilio Botin se fue a Nueva York a proclamar un soleado amanecer, lleno de oportunidades para el capital extranjero. «Es un momento fantástico para España», declaró Botin con entusiasmo, «llega dinero de todas partes… La confianza en España está aumentando de forma inimaginable en los últimos seis meses. Todo el mundo quiere invertir en España. Llega dinero para todos.» Si hombre, y Cadillacs para todos también.

Algunos les hará recordar la inolvidable interpretación de Pepe Isbert como el alcalde de Villar del Rio en la película de Berlanga, Bienvenido Mr. Marshall. Así nos tratan todavía, como enanos ignorantes. Otros recordarán que este es el mismo Botin que en 2008 se fue a Londres a fanfarronear ante el mercado financiero internacional de la rebosante salud de la banca española. En un inglés célebremente pésimo, apenas inteligible, Botin declaró que la banca española no se había metido en el lío de las sub-prime ni en el de los productos financieros raros. Mentira descarada, pero tragaron.

Como no tardaríamos en saber, España ya entonces estaba metida en un desastre sub-prime bastante peor que el americano y ya se había destruido la solvencia financiera del 80% de la banca aunque, con la connivencia directora del Banco de España, todo quedaba tapado. En USA se prestó dinero a quien indudablemente jamás tuvo perspectivas de poder devolverlo. Los bancos perdieron mucho dinero, hubo apuros, Lehmans se desplomó, pero no pasó nada insuperable.

En España, en proporción a su economía, se prestó mucho más dinero a gente pudiente. Si lo de los americanos fue una irresponsabilidad casi delictiva, lo de los españoles fue una de esas locuras colectivas que sólo ocurre en un país una vez cada cien años. El ladrillo ha destruido no solo a la banca sino también a gran parte de una clase social – las clases medias – y ha embargado a la economía de tal manera que hace imposible una recuperación sostenida. Esas golondrinas no volverán.

Es cierto, como declara Botin, que los mercados se interesan por España – pero no en su futuro económico, que dan por perdido. No invierten en España. Vienen a comprar activos a precios de ganga a una economía que se ahoga y tiene que liquidar pronto y barato. ¿Si las perspectivas de recuperación son tan buenas, como es que las empresas del IBEX 35, y los bancos no invierten en España? Las grandes empresas españolas están locas por internacionalizarse, o mejor dicho, por abandonar a un barco que se hunde y ligarse a las partes sanas de la economía mundial.

Pregúntale a cualquiera que se está muriendo de cáncer como le va y te dirá que unos días bien, otros no. Subidas y bajadas de menos de 1% en una economía moribunda no significan nada. Es la pauta que lleva la economía Japonesa, que no logra recuperarse desde hace casi dos décadas. Solo hay un índice de recuperación en que vale la pena fijarse: cuando los periódicos ya dejan de hablar de recuperación porque es del todo obvia.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.