Es inexplicable lo que ha sucedido en la primera vuelta de las elecciones colombianas. La campaña del Pacto Histórico de Gustavo Petro no ha conseguido superar el 40% de los votos cuando habían prometido “el cambio en primera”.
Ganaron, pero también perdieron porque detrás de ellos viene pisándoles los talones el candidato de la Liga de Gobernantes Anticorrupción Rodolfo Hernández que como por arte de magia ha conseguido casi 6 millones de votos. La derecha está de plácemes, las fuerzas armadas respiran aliviadas, los mercados financieros han respondido positivamente pues el dólar se ha depreciado.
Pero había que tener en cuenta un factor determinante y es que la sociedad ya está muy harta de los políticos tradicionales que han conducido al país a los más altos niveles de miseria y corrupción. Cansados de 20 años de uribismo y de violencia institucionalizada el 75% de la población presa de un sentimiento de rabia e indignación quiere un cambio. La devastadora pandemia del coronavirus castigó a millones de colombianos que pasaron a engrosar las filas de los marginados. El poder adquisitivo ha caído por los suelos, la inflación es imparable. Estamos en un callejón sin salida. ¿quién nos puede salvar de esta debacle?
De nada valió el bombardeo propagandístico que lanzó el Pacto Histórico a través de los medios de comunicación y las redes sociales para convencer a los posibles electores y especialmente a los indecisos para que les otorgaran su voto de confianza. “Colombia potencia mundial de la vida”, “Vote por vivir sabroso”. Además de organizar una maratón de manifestaciones a lo largo y ancho de todo el país invirtiendo un multimillonario presupuesto de miles de millones de pesos. Incluso hasta alquilaron un jet privado con el objetivo de visitar los confines más remotos de la patria porque al fin y al cabo ellos se habían autoproclamado redentores de los don nadies.
En olor a multitudes se presentaban Gustavo Petro y Francia Márquez, la lideresa social del Cauca, y fórmula a la vicepresidencia en la plaza pública con unos espectaculares montajes de luces y sonido y una escenografía más propia de un show hollywoodense amenizado por grupos folclóricos, batucadas y raperos. Tampoco se quedaron atrás los candidatos Federico Gutiérrez o Sergio Fajardo que y se endeudaron al máximo y tiraron la casa por la ventana en un intento por pasar a la segunda vuelta. ¿cuánto se han gastado en publicidad? Eso no lo van a confesar nunca, pero se estima que invirtieron miles de millones de pesos. Por el contrario, el ingeniero Rodolfo Hernández, cuyas apariciones en público han sido muy contadas, prefirió dedicarse a disfrutar de la buena vida en su finca de Piedecuesta. Desde su piscina tomándose un whisky se dirigía a través de las redes sociales a sus incondicionales: “no les voy a fallar” “donde nadie roba, la plata alcanza”
Los estrategas de las campañas saben perfectamente que Colombia con una población de 50.000.000 de habitantes (de las cuales el 80% viven en zonas urbanizadas) existen 60.000.000 de teléfonos celulares, los usuarios de Internet se elevan a 36.000.000 millones y los activos en redes sociales son casi 40.000.000 millones (y su crecimiento es exponencial) y eso sin contar que el 93% de hogares colombianos tiene uno o varios televisores (el 52% con televisión paga) A los que hay que añadir otros artilugios electrónicos como computadoras de escritorio, laptop, tablets, iPod, smartphones, etc. Esta variable es la que han explotado al máximo todas las campañas. Pero quien le ha sacado mayor provecho quizás haya sido Rodolfo Hernández para convertirse en un simpático fantoche del Tik Tok.
Los manuales de política comunicacional nos advierten que para convencer a los votantes hay que hablar la “lengua de los idiotas“: verbos simples y muy pocas frases largas; con un vocabulario sencillo, sin pensamientos complejos, sin ningún intento de estimular el intelecto sino imprimir un cliché en el cerebro de la persona con un efecto acumulativo. Así se consigue cambiar la forma de pensar de las masas ya de por si enajenadas y alienadas. La mayor parte de los cibernautas pasan más de 6 horas diarias conectados a las redes sociales. En general son individuos superficiales que se niegan a prestar la atención más allá de un minuto a cualquier noticia y huyen de los discursos largos porque prefieren una imagen y dos o tres palabras. ¿Cuál es el grado de percepción o de reflexión? Prácticamente nulo.
Gustavo Petro el líder izquierdista o, mejor dicho, un social demócrata reformista que plantea un capitalismo humano de corte europeo, es el candidato de mayores quilates intelectuales y reflexiones profundas. Su oratoria bien hilvanada es muy convincente. Tiene en su haber 30 años de servidor público y lleva 14 años en campaña política. Se conoce la historia de Colombia de memoria y ha recorrido hasta el último rincón del país. ¿Pero de qué le ha servido tanta sapiencia y preparación si resulta que un desconocido, un intruso, un arribista provinciano como Rodolfo Hernández está a punto de arrebatarle la presidencia de la república?
El candidato de la Liga de Gobernantes Anticorrupción, un abuelo de 77 años, ignorante de las nuevas tecnologías ha contratado a un equipo de jóvenes expertos en cibernética para elevarlo al estrellato. Hasta el punto de convertirse en un idolatrado influencer que ha sobrepasado los más de 4.7 millones de likes – que en la votación se tradujeron en casi 6 millones de votos- Una cantidad exagerada pues no ha hecho más que el payaso en Tik Tok, un exitoso meme, un monigote de ficción creado en un programa de computador. Es una tendencia que desde hace semanas no para de crecer. Detrás de esta asombrosa hazaña se encuentra el gurú del marketing político el argentino Ángel Becassino. Su plan es muy sencillo: hay que vender un producto llamado “candidato” y sea como sea deben convencernos de que es el más eficiente y honrado. Está a punto de culminar exitosamente el experimento con su cobaya. No importa los medios porque lo que vale son los fines. Si el predicador repite hasta la extenuación tantas mentiras uno acaba por creerse que son verdades.
La irrupción de la era digital ha roto los esquemas comunicacionales. Los canales de YouTube, Facebook, Twitter, WhatsApp, Instagram, Telegram, el Tik Tok dominan el inconsciente colectivo del pueblo colombiano. El multimillonario Rodolfo Hernández vocifera contra el establishment: Y su voz se amplifica por los cuatro puntos cardinales: “voy a ganarles a estos politiqueros corruptos” “solo he invertido el 10% (3.000 millones de pesos) de otras campañas” ¿de dónde salió este personaje enigmático con un pasado tan turbio? Inesperadamente en solo quince días el capo de la Liga de Gobernantes Anticorrupción comenzó a subir imparable en las encuestas. Sin grandes discursos, sin maquinaria política pasa a la segunda vuelta sin casi confrontar con sus rivales en un debate en las televisiones, en la radio, la televisión o los medios digitales. Se niega a participar en esas inútiles encerronas que solo sirven para fomentar la agresividad.
El Pacto Histórico apostó al todo o nada por conseguir la victoria en la primera vuelta temerosos de encontrarse con un escenario hostil si se arriesgaban al balotaje. Ahora no van a enfrentar al líder de la derecha del Federico Gutiérrez, el delfín de Álvaro Uribe, sino Rodolfo Hernández, un trasgresor, un rival muy astuto que no se puede encasillar ideológicamente. Poseedor de un discurso antipolítico y antisistema demasiado atractivo para la plebe sedienta de venganza al sentirse estafada por la casta política tradicional. El “filántropo” santandereano, cuyo filósofo favorito es Adolf Hitler, demuestra su supina ignorancia al desconocer dónde queda el departamento de Vichada. No conoce su propio país, pero si sabe localizar perfectamente en el mapa a Fort Lauderdale en Florida donde posee varias mansiones. En su delirium tremens en vez de hacer campaña política en Colombia busca votos en Miami y se reúne en el hotel Hilton a disfrutar de suculentos banquetes con inversionistas, banqueros y oligarcas. En ese escenario del realismo mágico es donde se decide el futuro de Colombia. Entre sus consejeros más relevantes se destacan miembros de la ultraderecha colombiana, los trumpistas, la fundación nacional cubano-americana o la plataforma unitaria venezolana. Hace unos días el consabido viejito Tik Tok al sentirse amenazado de muerte tras la publicación de los “Petrovídeos”, se fugó a EE.UU argumentando que: “me quieren acuchillar los bandidos del Pacto Histórico” La policía de Miami y Fort Lauderdale ahora le brindan protección al futuro presidente de Colombia. Definitivamente es un amante del American Way of Life, de Disney World, de Rambo y Mickey Mouse, se ha integrado muy bien en el imperio más poderoso de la tierra, y adora sistema capitalista neoliberal que lo ha encumbrado a lo más alto del Olimpo.
En estos momentos y según las últimas encuestas Rodolfo Hernández se proyecta como el gran favorito para ganar la segunda vuelta. Su estratega político Becassino lo compara con un caballo que sale de último en la carrera del gran derby y cuando faltan cien metros embala y es capaz de ganar por una nariz. ¡cuidado que viene de atrás para adelante!
Está a punto de triunfar un meme, un dibujo animado que se limitó a explotar el sentimentalismo y los afectos, apelando a un voto más emocional que racional. Y así se sacó debajo de la manga casi 6 millones de votos. No sabe de política, no es un estadista, necesita asesores que le pasen números y datos, o que le dicten al oído lo que tiene que decir.
El uribismo que se creía hundido tras la debacle de su candidato Federico Gutiérrez ha mutado y ahora apuesta a ojos cerrados por el viejito Tik Tok para que nada cambie. La ultraderecha cierra filas en defensa de sus intereses de clase, la economía de mercado, el derecho a la propiedad privada, la expropiación de la tierra, de las tradiciones católicas, el militarismo o el patrioterismo barato. ¿Será el voto de odio el que decida estas elecciones?
La imagen de Rodolfo es positiva, el algoritmo del big data lo favorece “prefiero un ingeniero a un guerrillero” Porque se juega con el miedo a Petro, el odio a Petro. “La destrucción inminente de Colombia en garras del izquierdismo de corte castrochavista”. El ingeniero es el único que nos puede salvar del “ogro malo comunista que quiere eternizarse en el poder y convertir a Colombia en Venezuela”
Su esposa Socorro Oliveros maneja las finanzas de su empresa HG -cuya junta directiva está compuesta mayoritariamente por la familia Hernández-Oliveros y sus compinches- También es la gerente de la campaña y junto a su hijo Luis Carlos tienen inversiones inmobiliarias en Florida (EE.UU) por valor de varios millones de dólares. Admira a doña Lina Moreno de Uribe y se han dedicado al lavado de activos, a la compraventa de dólares, a la triangulación de recursos y al uso de testaferros. Como si fuera poco invierten en bitcoins con los hijos de Álvaro Uribe. Miles de millones de pesos, millones de dólares, oro y diamantes les cae como el maná del cielo.
El capo de la cosa nostra, el Vito Corleone santandereano es un individuo lenguaraz, pendenciero, barriobajero, un mentiroso compulsivo que ha tejido una compleja red de familiares y amigos para incrementar su acaudalado patrimonio (puesto a buen recaudo en paraísos fiscales) Es tal su perversión que hasta ha manipulado los sentimientos gente utilizando la figura de su hija supuestamente secuestrada y muerta por la guerrilla con un disparo en la frente al negarse a pagar un millonario rescate. Cada vez que la recuerda llora desconsoladamente para victimizarse.
El ingeniero se enriqueció construyendo edificios de apartamentos. ¡viviendas de interés social para los más pobres! Explotando a los obreros con salarios irrisorios y robándoles descaradamente la plusvalía. Él confiesa que todo su patrimonio se lo debe a los pobres: “es bueno tener pobres porque ellos son los que consumen y nos llenan los bolsillos” El oligarca fascistoide vampiriza a los más humildes, no es más que un hipócrita que intenta disimular con su sonrisa sardónica todas sus travesuras. Se ha hecho multimillonario a costa de cobrar los altos intereses de las hipotecas a 15 o 20 años. Esto no es más que un infame atentado de usura capitalista. “conmigo la gente puede hacer sus sueños realidad” “los vamos a llevar a ver el mar y les daremos una casita que pagarán a módicas cuotas mensuales”. Cuando resultó elegido alcalde de Bucaramanga prometió construir 20.000 viviendas. Jamás cumplió su palabra. Tiene abierto proceso judicial acusado de corrupción porque favoreció en una licitación para el manejo de las basuras a la empresa Vitalogic que transfirió ilegalmente a su hijo Luis Carlos una comisión por 666.000 dólares. Pero que importa, el jura y perjura que es inocente y que esas acusaciones hacen parte de una conspiración de sus enemigos. Todo se le perdona al simpático viejito Tik Tok de carácter afable, un amigo con el que compartir sus dramas, el candidato que camina por la calle sin escoltas y se toma alegremente selfies con su fanaticada. El programa del ingeniero Rodolfo Hernández casi es una copia al de Gustavo Petro: la lucha contra la corrupción, rescatar la democracia, el medio ambiente, la transición energética, el calentamiento global, la educación gratuita, combatir la delincuencia y la inseguridad, la igualdad de género, la legalización de las drogas, el fin de la guerra, la paz en Colombia y disminuir sustancialmente el gasto del estado.
Marelen Castillo, su fórmula a vicepresidenta, de la Liga de Gobernantes Anticorrupción, es una destacada cristera que se desempeñaba como vicerrectora de la Universidad del Minuto de Dios, institución fundada por el cura García Herreros y construida gracias a las donaciones del narcotraficante Pablo Escobar allá por los años 90 del siglo pasado. Ella no se autopercibe como negra porque es una mulata que ha tenido que adaptarse al discurso étnico para competir con la afrocolombiana Francia Márquez. Marelen es una refinada burguesa que hace gala de un lenguaje culto, se plancha el pelo y viste con ropa de marca.
Rodolfo el misógino, el xenófobo, el mitómano se ha convertido en todo un fenómeno mediático. El irredento fariseo no es ni de izquierda ni de derechas, habla un lenguaje que la gente sencilla quiere oír, su discurso no está dirigido a los eruditos: “hay que combatir la corrupción de los políticos y meterlos a todos a la cárcel” “Basta ya de tanta impunidad y privilegios de clase” “millones de desempleados, sube el costo de la vida y la inflación tiene al pueblo con la soga al cuello”. Él es un político neutral que se inspiró en los principios filosóficos ¡Kant y Schopenhauer! «Lógica, ética y estética» Lo que critica este provinciano arribista debe aplicárselo a sí mismo. Paradójicamente el candidato anticorrupción es uno de los más corruptos. Usa una jerga vulgar, chabacana y grosera, no se controla y es capaz de agredir físicamente a sus rivales especialmente cuando lo desenmascaran. Su abracadabra preferido es: “no mentir, no robar, no traicionar” lema que le copió a López Obrador de México.
La última semana se descubrió que la campaña del Pacto Histórico fue infiltrada por un traidor que ha entregado a la prensa opositora los “Petrovídeos” en los que se visualizan las intimidades de la guerra sucia que aplican para hundir a sus oponentes. Elementos de la derecha uribista y del expresidente Santos integrados hoy en el petrismo les han colocado una carga de profundidad que amenaza con desacreditar el proyecto de “Nos une el amor por Colombia”
Para revivir a Colombia se necesita aplicar una política de austeridad draconiana, empezando por extirpar el lujo y el derroche de esa gavilla de congresistas ladrones que han dejado al estado a punto de colapsar. Gobernar con los olvidados, que no haya impunidad, y acabar con la concentración de la riqueza en pocas manos, reivindicar a los hijos del atropello y la explotación: 22 millones de colombianos sumidos en la pobreza, el abandono y la desolación. ¡Él no va a pactar con los politiqueros! Si llega a salir elegido el ingeniero Hernández decretará el estado de conmoción interior durante 90 días para tomar medidas drásticas sin el beneplácito del Congreso.
El pueblo colombiano desesperado es capaz de venderle su alma al diablo. ¿una actitud suicida? Quiere un patrón, un gerente que imponga la libertad y el orden “vamos por los 15 millones de votos” El duelo se libra en el campo de batalla de la realidad virtual que es donde se define la presidencia de la República. Las grandes masas prefieren a un desconocido con un discurso antielistista y antisistema. Los antipetristas son los que podrían darle el triunfo al ingeniero, o sea, aquellos que odian “al guerrillero arrepentido y a esa sirvienta afrocolombiana” Se desarrolla una auténtica guerra sucia de fake news que pretenden sembrar el caos y la polarización.
El ingeniero Rodolfo Hernández el mejor actor de esta parodia: dice que va a trabajar gratis y no va a robarse ni un solo peso. El humanista preocupado por el bienestar social insiste en que el país hay que manejarlo como una empresa y que va a donar su sueldo a los más pobres.
El próximo domingo si gana el ingeniero Hernández los seguidores del Pacto Histórico anticiparon que no van a aceptar el resultado. De entrada, porque no va a haber una auditoría internacional, no hay confianza en el software de la registraduría y por lo tanto es posible que haya fraude. Entonces las primeras líneas se activarán desencadenando un levantamiento social de impredecibles consecuencias.
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