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Carlos Alberto Montaner: torcido, pluma obediente y periodista de alquiler

Fuentes: Rebelión

El diario costarricense La Nación y el escritor Carlos Alberto Montaner, nuevamente se ponen de acuerdo juntos, para regar sus toxinas, en este caso Contra Cuba.

La Nación publica el domingo 20 de diciembre pasado, su Editorial “Protestas y represión en Cuba”, que ya el Embajador cubano en Costa Rica, Jorge Rodríguez Hernández refutó y aclaró con argumentos sólidos. E igualmente Montaner, escribe su artículo “La reforma del sistema no servirá de mucho en Cuba“. Dos bodrios llenos de mentiras, manipulación y sumisos al imperio norteamericano.

Como señalamos en otro artículo, no obstante la orientación del periódico costarricense La Nación, éste reconocido nacional e internacionalmente, permite que una persona como Carlos Alberto Montaner, escriba y sea su columnista estrella, tantas locuras, sandeces, y como dicen en Costa Rica: “babosadas”, afirmando cosas sin sustento. Sin poder argumentar seriamente lo que afirma.

Lo afirmamos, porque con solo colocar ese nombre en cualquier buscador de internet, inmediatamente saltan en numerosos artículos, adjetivos calificativos y expresiones como: “Carlos Alberto ha probado, con creces, que tiene un espinazo blando, que puede aceitarse con dólares; escribe lo que le ordenen”, entre muchas otras.

Carlos Alberto Montaner no es otra cosa que, un periodista contratado para defender (sin ética, ni recato alguno) cualquier causa que interese al gobierno de los Estados Unidos.

En algunos de sus escritos, ha querido escenificar el papel de víctima heroica del comunismo, con lo cual, de paso, también da de beber a su sedienta sicología narcisista, reflejando la precariedad del momento que vive este infortunado periodista.

En este artículo, nos referimos al escrito por Montaner, antes deseamos caracterizar brevemente el capitalismo, para luego referirnos al artículo de este endeble escritor y periodista.

  1. El capitalismo se basa en el máximo beneficio económico sin plantearse ningún límite. Y eso, en un mundo limitado, no es compatible. Cuando el fin es la rentabilidad económica, el bienestar social queda en segundo lugar. No hay capitalismo bueno o malo, siempre es malo en sentido objetivo, no moral, porque genera enfermedad y muerte.
  2. Una sociedad capitalista, como la que vivimos, se centraliza en el desarrollo per se del individuo, defiende la propiedad privada, acumula riqueza y poder, desarrolla la tecnología y explota los recursos naturales.
  3. La proposición fundamental del capitalismo es, “vamos a hacer dinero”.
  4. El capitalismo es un sistema esencialmente seductor: hipnotiza, crea ilusiones, esperanzas, enloquece, le hace sentir a la gente que a través de la propaganda, de imágenes, del juego, se puede llegar a la gloria, se puede ser un héroe, un elegido, un hombre envidiado y amado por su poder de riqueza, por lo que puede poseer en lo material.
  5. El capitalismo te lo resuelve todo con una tarjeta de crédito, con préstamos, invitándote a vender tu fuerza de trabajo en otros países, te lo resuelve en la corrupción, en el individualismo, en la carrera por el ascenso social, en la delincuencia. Engaña al trabajador con su salario.
  6. El capitalismo, aparentemente triunfa, ofreciendo prosperidad y satisface los deseos humanos de autonomía. Pero tiene un precio moral, que nos empuja a tratar el éxito material como el objetivo final. Y no ofrece ninguna garantía de estabilidad.
  7. El capitalismo ofrece “cosas”, así como bienes y servicios, alimentos, calzado, vestido, bebidas, electricidad, aseo domiciliario y urbano, alojamiento, transporte, cosas que son necesarias, pero que en exceso se convierten en un problema de equidad.
  8. El gran mito del capitalismo es el progreso, entendido como crecimiento. Se trata de un progreso indefinido.
  9. En este sentido, en el capitalismo, entonces sucede que el objeto devora al sujeto. El sujeto desaparece o se vuelve abstracto, accesorio. De igual forma el ser humano desaparece.
  10. En otro aspecto del sistema capitalista, están los trabajadores, que venden su trabajo a los capitalistas a cambio de salarios. Dentro del capitalismo, el trabajo se compra y se vende como una mercancía, lo que hace que los trabajadores sean intercambiables.
  11. En términos teológicos, en el capitalismo, la fe en el Dios de Jesús, ha sido sustituida por la fe en el crédito, cuya materia sacramental es el dinero. Es una religión cuyo Dios es el dinero.

El artículo de Montaner, inicia llamando la unificación monetaria y cambiaria en Cuba “reformas”, añadiendo que “de nada sirve hacer reformas, si el elemento esencial, el dinero, vale muy poco”. Para inmediatamente hacer una alabanza al dinero logrado, alcanzado, adquirido por los cubanos/as que salieron de la isla. Es un elogio, exagerado a la “prosperidad”.

Señala que los cubanos en EEUU, y alabando igualmente a la sociedad capitalista norteamericana, han prosperado tremendamente.

En esta sociedad gringa, unos pocos son ricos. Son billonarios. A otros les basta con tener varios milloncejos. Hay muchos profesionales que están muy acomodados. Médicos, abogados, contables, banqueros, arquitectos. Casi todos tienen dinero en la bolsa de valores, segundas casas, y compran objetos de arte. A este grupo se suman los pequeños empresarios. Unos crecerán hasta hacerse grandes. Otros desaparecerán, pero en el camino habrán aprendido una lección provechosa que utilizarán en otro emprendimiento.

El otro grupo, que Montaner llama “los pobres” de solemnidad, que en Estados Unidos son quienes disponen de hasta $25.000 dólares anuales para una familia de cuatro personas.

Generalmente, son pobres con automóvil, televisión, aire acondicionado, calefacción, agua potable, electricidad, teléfonos, sellos de alimentación, protección policíaca, sistema judicial, escuelas y hospitales gratis.

Viven en proyectos del gobierno o en pequeños apartamentos subsidiados que, al menos en el sur de Florida, les llaman Plan 8.

Montaner, irónicamente, se burla de los cubanos en la isla, diciendo: ¿ven cómo sus paisanos prosperan en EEUU, y ustedes no? Ven como disponen de “cosas y bienes” materiales que ustedes carecen.

Y en forma de ironía, y más que burla alude al camarada Raúl Castro, indicando, que el camarada conoce lo que es ser rico, ya que es de familia acomodada, al su padre dejarle algunos bienes.

Realmente, la argumentación Montariana es asquerosa. Finalmente, lo que propone es que no se trata de “reformar el sistema comunista, sino de cancelarlo y de aceptar con agrado que unos ciudadanos vivan mejor, que la media”.

No se trata de reformismos ni asistencialismo, “se trata de preguntarles a los cubanos, si quieren seguir en el comunismo o prefieren hacer sus transacciones, como las llevan a cabo en los treinta países más prósperos del mundo. Esa es la “clave”.

La clave capitalista, enumerada arriba como características del capitalismo.

Deseamos recordar a los capitalistas, amantes del dinero en exceso y de las cosas superfluas, a lo que lleva la locura del capitalismo: La historia del joven Xiao Wang escandalizó al mundo en 2011. Ahora sufre las consecuencias de una decisión que todavía hoy resulta difícil de creer.

Ansioso por tener un iPhone, pero sin dinero para comprarlo, hace ocho años el joven chino Xiao Wang decidió vender uno de sus riñones. En ese momento tenía 17 años. “Te quitaremos el riñón y recibirás US$2.800”.

Decidido a conseguir lo que quería como fuese, este estudiante de la provincia de Hunan, en el sur de China, contactó con una red ilegal de tráfico de órganos sin que su familia lo supiese. Le ofrecieron 3.000 dólares por su riñón. Y él aceptó. Tras asegurarle que podía vivir con un solo riñón, se sometió a la operación, cuyas condiciones se desconocen.

Con el dinero que consiguió se compró un iPhone y un iPad. Pero el precio que pagó por ellos fue en realidad mucho más alto, vendió un riñón para comprar un iPhone y ahora vive postrado en una cama.

Finalmente, deseamos enfatizar que lo que llama Montaner “reformas”, en palabras del embajador cubano en Costa Rica, Rodríguez Hernández es: “La Tarea Ordenamiento, incluida la unificación monetaria y cambiaria, no es una medida de choque y contempla la protección de los sectores más vulnerables. Es resultado de años de participación y debate popular como los llevados a cabo, entre otros, para la redacción de la nueva Constitución aprobada en referendo por el 86% de los electores, casi 7 millones de cubanos y cubanas”.