Hay una España que se siente cómoda bebiendo la hez del Oscurantismo y pese a lo trasnochado de sus propuestas se resiste a morir. Por desgracia aparece siempre en los periodos negros de nuestra historia. Vestida de trabucaire, ultramontana o intolerante, cambiando disfraz y apellido político cuando conviene, pero manteniendo intacto el adn: entre Fanatismo […]
Hay una España que se siente cómoda bebiendo la hez del Oscurantismo y pese a lo trasnochado de sus propuestas se resiste a morir. Por desgracia aparece siempre en los periodos negros de nuestra historia. Vestida de trabucaire, ultramontana o intolerante, cambiando disfraz y apellido político cuando conviene, pero manteniendo intacto el adn: entre Fanatismo y Razón nunca eligen lo segundo. En estos tiempos -que pueden ser Nuevos y Esperanzadores si los mimamos- anda frenética y desatada.
No debemos menospreciarla por nuestra salud democrática pues mantiene intensos vínculos con ese magma que definimos como Poder Oligárquico. Últimas decisiones cuestionables y nada gratuitas dan prueba de ello. Tratan con ellas de amedrentar a la Ciudadanía y de paso demostrar hasta donde están dispuestos a llegar defendiendo sus intereses.
El miércoles recibíamos la noticia esperada. No extrañó porque sabemos con quienes nos la estamos jugando. El juez ordenaba el ingreso inmediato en prisión de Carmen y Carlos tras ser condenados a ¡3 años! por participar en un piquete informativo del 15-M durante la huelga general del 29 de marzo de 2012.Se cumple así el deseo de quienes pretenden acallar el activismo social con Represión. Como dice la propia Carmen»… la Fiscalía repitió durante el juicio una frase varias veces: condena ejemplarizante. La repitió hasta la saciedad, y así lo contempló el juez».
Eso está pasando ahora en la España de cerrado y sacristía. En la misma que tarda meses y meses en ejecutar las órdenes de encarcelamiento contra presidentes de equipos de fútbol o donde » antiguos consellers» condenados a ocho años pueden eludir su internamiento pagando doscientos mil euros. El país que sigue sin actuar contra los banqueros corruptos, políticos sobornables y empresarios amorales responsables de la actual catástrofe económica y social.
A la venda tradicional con la que se representa le pueden añadir una pinza en la nariz y tapones en los oídos. La lógica de la Plutocracia es que los «pringados» paguemos y que ellos mantengan Fuero y Huevo. Y fingir indignación si se les llama Casta. Escuchando la sentencia con los ojos cerrados surge una imagen en blanco y negro íntimamente conectada con el trístemente famoso Tribunal de Orden Público. Basta cambiar los términos de «propaganda subversiva» por los de «atentar contra los derechos de los trabajadores» pues la DESMESURA de la pena impuesta compite con las que los jueces franquistas rubricaban.
Y no es caso único. Se une a la cadena cada vez más extensa, cada vez más evidente, que los movimientos contra la Represión denuncian día a día. Entre los eslabones, los detenidos por el 22M, el caso Alfonso, las prisiones preventivas por Can Vies, los miles de multados por decisión gubernativa, los tres años de cárcel a Tamara y Ana por arrojar pintura a una piscina…
Puede que algún portavoz de la coalición «monárquica-no bolivariana» auspiciada por la simbiosis PPSOE tenga la tentación o cara de soltar un «Dura lex, sed lex». Lástima que a estas alturas ya conocemos sus cuentos. De sobra sabemos que somos el berlanguiano país del «Tod@s a la cárcel» excepto:
-Si el que delinque es muy, muy, muy poderoso.
-Si el que roba es un banquero.
-Si el que se enriquece en el cargo es un político o pariente de Casa Real.
Con este estamento privilegiado las cosas se hacen de otra manera. Primero se ponen todas las trabas en la maquinaria y habitualmente consiguen paralizarla. Si por rara casualidad estas maniobras fallan o la dilatación de plazos no logra la prescripción, siempre quedará el Indulto.
Con el resto, con la chusma, no hay problema. Las prisiones rebosantes hasta pueden ser un buen negocio si al final van a terminar privatizándolas, como llevan tiempo denunciando los sindicatos de Prisiones y la AUGC.
Lo que está ocurriendo no es una metáfora, es lucha de clases. El Poder está nervioso y aún más tras las elecciones europeas. Y eso que much@s no acudieron a votar. Si lo hubiesen hecho solo un 10% más, 2 millones de electores, y con sentido crítico, el diagnóstico sería infarto. Nada le da más miedo que la Ciudadanía consciente.
Quienes vemos revoluciones y barricadas a veces no vemos las condiciones objetivas de tantos millones de compatriotas. Ni los que presionan a la baja en los deseos de lucha continua paro, salarios míseros o condiciones laborales de semiesclavitud. Cuando la superestructura impone la Sumisión sin dar alternativa a discutir en voz alta, la única palanca que much@s tienen para subvertir el sistema es su voto. Y debemos estimularlo como complemento ideal a la entrega abnegada de los afortunadamente cada vez más numerosos Carlos y Cármenes capaces de jugarse su libertad para mantener nuestros derechos colectivos. Porque no lo dudemos, desgraciadamente cada día son más corpóreas las palabras de Blas de Otero:
Bien lo sabéis. Vendrán
por ti, por ti, por mi, por todos.
Y también
por ti
(Aquí
no se salva ni dios. Lo asesinaron).
Escrito está. Tu nombre está ya listo
temblando en un papel…
No nos ceguemos. No ignoremos la insidia de esa España que se resiste a morir ni apostemos todas las esperanzas a que un rey recién entronizado-sin que la sociedad pueda opinar si lo acepta o no- intente lavar suciedades, conjurar resistencias y ganar popularidad otorgando «perdón y gracia«.
Porque nuestros compañeros nunca debieron sentarse en el banquillo de los acusados. Porque nunca veremos en él a quienes de verdad sí atentan todos los días contra la libertad de los trabajadores devolviéndolos a las condiciones de explotación del hombre (mujer) por el hombre de la Primera Revolución Industrial.
¡Libertad Carlos y Carmen!
Juan Rivera. Colectivo Prometeo
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