Rivlin viene acompañado por un grupo de 40 empresarios para estrechar los lazos económicos entre ambos países
Reuven Rivlin, el jefe de Estado de Israel, llegó ayer a España acompañado de una cohorte de 40 empresarios israelíes en la primera visita de Estado de un presidente israelí al país en los últimos 25 años. Al comienzo de esta visita, de dos días, Rivlin fue recibido por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y por los reyes, fue distinguido con las medallas del Congreso y del Senado y recibió la Llave de Oro de Madrid de manos de la alcaldesa Manuela Carmena.
La visita ha generado la reacción diversas organizaciones de defensa de los derechos palestinos -la Asociación Hispano-Palestina Jerusalén, Palestina Toma la Calle, la Asociación Paz Ahora y Unadikum-, que convocaron una concentración a mediodía frente al Ayuntamiento de la capital y que piden a Manuela Carmena que no entregue las llaves de la ciudad al máximo representante de un Estado que viola constantemente los derechos de los palestinos.
«Nos sentimos orgullosos de que, bajo su mandato, Madrid se haya proclamado Ciudad de la Paz», dicen estas organizaciones en una carta, en que felicitan al Ayuntamiento, entre otras cosas, por haber rechazado patrocinar la feria de armas Homsec. «Quisiéramos aplaudir también que nuestra alcaldesa no entregue las llaves de nuestra ciudad a unas manos manchadas de sangre», continúan. Aunque la entrega de llaves de la capital es un acto protocolario que se produce cada vez que un jefe de Estado hace una visita oficial, estas organizaciones recuerdan que en 1985 el alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván, eludió entregar las llaves al presidente estadounidense Ronald Reagan.
«Israel es un Estado ocupante, y Rivlin es el representante de un Estado asesino. El boicot se extiende a este tipo de acontecimientos», explica Majed Dibsi, de la Asociación Hispano-Palestina Jerusalén y del movimiento que promueve el boicot, desinversiones y sanciones al Estado de Israel. Dibsi, además, señala que «una alcaldesa elegida democráticamente no debe recibir a un representante de un Estado que viola los derechos» de todo un pueblo. Por ello, se ha convocado a una concentración a las 12h frente a la sede del Ayuntamiento de la capital.
Rivlin es miembro del Likud, el partido derechista que gobierna en Israel, y fue ministro de Comunicaciones bajo el mandato del primer ministro y criminal de guerra Ariel Sharon, a quien describió recientemente como «un líder y un hombre de principios». Además, también ha declarado que las colonias israelíes en Cisjordania, ilegales a todas luces según la legislación internacional, son «tan israelíes como Tel Aviv». Sin embargo, Rivlin es considerado por la prensa como uno de los miembros más «dialogantes» del Estado israelí, y de él se dice que «trata de tender puentes» con los palestinos. Dibsi considera que «el presidente de Israel es una figura simbólica, el poder lo ejerce el jefe de Gobierno, pero el jefe de Estado es responsable, según el Tratado de Roma, de las acciones que cometa su Estado, y si su Estado viola los derechos humanos, él es el principal responsable». Además, continúa Dibsi, «si fuera dialogante no permitiría que se cometieran matanzas como la del otro día en Gaza», en referencia al ataque israelí contra un túnel que mató a 12 personas.
Negocios con un Estado de apartheid
En una segunda fase del viaje, hoy martes la delegación de empresarios mantendrá una reunión en la sede de la CEOE. En un mensaje firmado hoy por Rivlin, que ha rematado con un «viva España», el presidente israelí confirma que uno de los objetivos del viaje es «ampliar y estrechar la cooperación económica entre los dos países». Aunque se desconocen los detalles exactos de los acuerdos que se puedan firmar, el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí informó de que ambos países quieren profundizar su relación comercial en los ámbitos de la ciberseguridad y la defensa, entre otros.
Según Dibsi, la Unión Europea debería suspender el Acuerdo de Asociación preferencial entre la UE e Israel, porque «debe estar sujeto al respeto de los derechos del pueblo palestino; las violaciones de derechos humanos deberían convertir en papel mojado el acuerdo». En las últimas décadas, Israel ha violado decenas de resoluciones de las Naciones Unidas, ha construido un muro de cientos de kilómetros declarado ilegal por la ONU, continúa construyendo asentamientos ilegales en tierras palestinas, aplica políticas de apartheid contra el pueblo palestino y ha matado, si se tienen solo en cuenta las grandes operaciones militares contra Gaza, a más de 5.000 gazatíes en los últimos ocho años.