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EE.UU. le niega la visa a varios académicos cubanos, algunos iban a viajar a la reunion de LASA (Latin American Studies Association)

Carta Abierta a la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en Cuba

Fuentes: Rebelión

Distinguidos señores , No le s molestaré intentando revocar la decisión soberana del Gobierno de los Estados Unidos de América , al que ustedes representan , de negarme un a visa para ingre sar a su territorio; aunque ya había estado allí en dos ocasiones – 1998 y 2000-2001- invitado por una institución cultural radicada […]

Distinguidos señores ,

No le s molestaré intentando revocar la decisión soberana del Gobierno de los Estados Unidos de América , al que ustedes representan , de negarme un a visa para ingre sar a su territorio; aunque ya había estado allí en dos ocasiones – 1998 y 2000-2001- invitado por una institución cultural radicada en la ciudad de Orlando, y que actualmente pretendía reiniciar los trabajos que , sobre Oralidad y Narración oral , fueron interrumpidos por la política de la administración Bush , de tan infeliz memoria que ojala que lo único que hubiera hecho fuera interrumpir los intercambios culturales y académicos entre nuestros dos países . Si así hubiera sido la recordariamos como una gestión troglodita y no como una genocida. No debería de olvidar vuestra tradición gubernamental de manipulación de los derechos y las libertades, que llega incluso a convertir en arma política hasta lo sagrado. No debería olvidar que la política migratoria de su gobierno está fundada en el desprecio hacia los otros países y la fuerza bruta. No debería olvidar que poco importa que usted sea un académico de la Asociación de Estudios Latinoamericanos, o la esposa de un preso político, o un anciano que quiere pasar unos meses junto a su familia, o un hombre de bien, pues a ustedes parece que nada les ha importado nunca. No debería pecar de ingenuo y olvidar que mientras a unos les niegan la posibilidad legal de entrar a su territorio, a otros los estimulan para que se arriesguen retando a la muerte y a la fuerza bruta de la naturaleza amparados en un sistema legal centrado en la muerte – con pies secos o pies mojados-; así como debería recordar que terroristas, traficantes, genocidas, embaucadores, mentirosos, y seres de la peor calaña son bienvenidos o deambulan entre ustedes. Claro, ellos son vuestros, como Anastasio Somoza y la corte de dictadores y asesinos que han escogido tradicionalmente como aliados. Ya se que ustedes tienen el derecho que escoger a sus amigos, y eso está bien, aunque no deberían olvidar al viejo refrán castellano que reza «dime con quien andas…». Desde el siglo XVIII sabemos bien quienes son ustedes.

Le s escribo nada más para referirle s la lamentable actuación de un funcionario consular que, actuando en representación de su gobierno, me sometiera a una serie de humillaciones y vejámenes, en tanto ciudadano cubano e intel ectual; y que en ejercicio de sus funciones dicho funcionario mintiera voluntariamente, con premeditación y ensañamiento.

E l caballerito en cuestión, actuando durante una entrevista que me hiciera el 9 de mayo en horas de la tarde, comenzó preguntando, de forma airada y descompuesta, que cómo era que siendo médico, fuera además artista y me especializara en materias tan ajenas a la Ciencia Médica , pues é l consideraba que eso era imposible. Primera insinuación de impostura. A cont inuac ión, y durante casi 25 minutos, comenzó, según dijo, a intentar verificar a través de Internet si realmente yo era lo que decía ser, hasta que, cansado de teclear a tontas y a locas , afirmó que mi nombre no aparecía ni una sola vez en la red, que sólo leí el de un hombre llamado Rafael Méndez , con un currículo similar al mío, pero que obviamente no era yo. Confirmación de impostura. A cto seguido, y sin rubor, me llamó mentiroso cuando dije que no podía acceder a Internet desde mi casa para consultar el sitio Web de la organización que me invitaba. Dijo que la UNEAC tenía conexión, y es cierto, pero yo no vivo en 17 y H , y además, siendo la que me invita una organización pequeña y de acción local, no tiene sitio propio. Estos son dos de los muchos desafueros del funcionario consular , que antes le había exigido pruebas a una mujer que dijo ser Doctora en medicina y Doctora en Ciencias Médicas, a otra le dijo que no podía creer que no fuera a emigrar a ese país porque tres de cada cuatro artistas se quedan . Cada vez que abría la boca el señor ofendía, y ya ven ustedes que no era unicamente porque pensara que yo «no calificaba», es que él no califica ni siquiera ante un manual de urbanidad y buenas costumbres.

Esa persona sabe que miente, pues nada más acceder al buscador Google, escribir correctamente mi nombre, aparecerán múltiples pruebas que avalan mi currículo y que responde a mi obra de poeta, narrador oral, teórico de la Narración oral y la Oralidad, libretista de radio, periodista cultural, editor, médico, etc.; así como testimonian mi accionar en los Estados Unidos, España, México, Argentina, Colombia, Venezuela, y otros países . Busquen en la Red Internacional de Cuentacuentos, en la de Escritores Iberoamericanos , en el Diccionario de la Literatura Cubana , entre otros. En los minutos en los que el representante de su gobierno, y actuando en su nombre, mentía e insultaba, tal parece que toda referencia a m i persona y obra se esfumaba en la red. Esta «teoría conspirativa» es tan improbable y ridícula que al propio empleado público le debería de dar vergüenza siquiera esbozarla.

Mis libros , además, pueden consultarse en Internet, pues hay disponibles versiones electrónicas, o en bibliotecas americanas – tanto la del Congreso como en las de múltiples universidades- e incluso podría comprarlos a través de Amazon.com u otras librerías virtuales.

Es una pena que un funcionario del gobierno de Estados Unidos, en el cumplimiento de funciones públicas, alardee de incultura y maneras inciviles. ¿No conoce él a médicos reconocidos como genios de la literatura o que son artistas de mucho nombre? Si quisiera podría hacer para él , y para ustedes, una lista de lectura. Lo haré gustosamente y de manera voluntaria (pro bono). Le aclaro que no soy uno de esos «genios», pero soy un Poeta y eso es ya suficiente.

Es una pena que un funcionario del gobierno de Estados Unidos, en el cumplimiento de funciones públicas, no respete el carácter sagrado de la persona humana y sus más elementales derechos.

Es una pena que un funcionario del gobierno de Estados Unidos, en el cumplimiento de funciones públicas , se comporte de manera arrogante, prepotente e infantil. ¿O es que tienen razón los que dicen que ese el sino de los gobernantes de su país? Pues bien, tienen razón , ese es .

Es una pena que un funcionario del gobierno de Estados Unidos, en el cumplimiento de funciones públicas, se salte a la tolera las más elementales normas y actue de forma indecente .

Es una pena que un funcionario del gobierno de Estados Unidos, en el cumplimiento de funciones públicas, se esfuerce en hacer ver el lado grotesco e incivil de su personalidad.

Lo dicho, dicho está . Las palabras del funcionario no regresarán nunca a su boca. Esperemos, que para otra ocasión, piense antes de hablar, y no le venza la vanidad de actuar amparado por un gobierno poderoso que, sin embargo, en lo que respecta a las relaciones con mi país, sus gobernantes y pueblo, está secuestrado por la intolerancia y la senectud. Esperemos que para otras ocasiones los funcionarios del gobierno de los Estados Unidos, atrincherados en la SINA, reconozcan el valor de la Temperancia, la Justicia y la Verdad. Aunque creo que espero demasiado de ustedes, que no aprendieron ni siquiera de la nobleza y rectitud del gran pueblo norteamericano, tan amigo del trabajo, la familia, y la comunidad.

Q uiero que trasmita n al funcionario en cuestión, extensivo a todos ustedes , mi agradecimiento pues, en apenas dos o tres horas, recibí una valiosa lección de historia que me permitió reafirmar la justeza y veracidad del pensamiento cubano, encarnado en José Martí.

Por último quiero recordarles que no les estoy pidiendo nada, sólo les estoy mostrando mi indignación.

De ustedes , Dr. Jesús Lozada Guevara

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.