«tampoco los muertos estarán seguros ante el enemigo cuando éste venza. Y este enemigo no ha cesado de vencer» Walter Benjamin «Tenemos un mundo nuevo en nuestros corazones» (Buenaventura Durruti en un cartel de Acampada Salamanca) «¡No pasarán!» Cartel de la plaza Syntagma ocupada en Atenas Queridos compañeros: Os escribo sin que me asista ningún […]
Walter Benjamin
«Tenemos un mundo nuevo en nuestros corazones»
(Buenaventura Durruti en un cartel de Acampada Salamanca)
«¡No pasarán!»
Cartel de la plaza Syntagma ocupada en Atenas
Queridos compañeros:
Os escribo sin que me asista ningún derecho formal a hacerlo, pues no soy militante de Izquierda Unida y no tengo relación directa con Extremadura. Me sitúo, sin embargo, como vosotros, en posiciones anticapitalistas y las intento desarrollar en mis escritos e intervenciones. Me dirijo a vosotros como miembro del movimiento real que transforma las cosas y que no puede ser contenido por ningún partido y ningún Estado, ese movimiento que, como agua de mayo se derrama en el secarral político de nuestro país, reverdeciendo los campos y cubriéndolos con los miles de flores distintas de una sola primavera. Por primera vez, el miedo que Franco y Yagüe sembraron en toda España y con particular empeño en Extremadura, parece haberse disipado. Centenares de miles de personas salieron a las calles el 19 de junio para protestar contra el capitalismo «democrático» que arruina nuestras vidas; lo hiceron después de que miles de ciudadanos jóvenes y no tan jóvenes ocupasen durante largas semanas las plazas de muchas ciudades. De nada sirvieron las intimidaciones ni la violencia policial, ni las provocaciones: el movimiento sigue ahí, firme y creciendo.
Vuestra actitud tras los resultados de las elecciones autonómicas en Extremadura ha sido impecable y transparente; por ello mismo a tantos les resulta insoportable. Tras una consulta de las bases de vuestra organización en vuestra comunidad, estas decidieron abstenerse en la votación parlamentaria del próximo gobierno autónomo. Las voces de la izquierda de la derecha, a través del grupo Prisa y de los medios de comunicación «de izquierdas» se apresuraron a descalificar vuestra conducta, pues esa abstención daría el gobierno a la mayoría relativa que hoy ostenta un partido de «la derecha de la derecha», el PP, cuando era según ellos «posible» que gobernara el PSOE con vuestros votos. Las cosas, como bien habéis explicado en vuestro reciente comunicado, no son así: no le estáis quitando el gobierno a un partido de izquierdas para dárselo a un partido de derechas, estáis permitiendo que el partido de derechas más votado gobierne en Extremadura, lo cual se ajusta sencillamente a las formas de la democracia burguesa. No había ninguna elección real entre la derecha y la izquierda, entre una políticas más neoliberales y otras más socialdemócratas, sino entre dos clases políticas parasitarias y caciquiles: en términos del Subcomandante Marcos, entre la «derecha de la derecha» y la «izquierda de la derecha», entre la peste y el cólera.
La dirección federal de vuestra organización, despreciando sus estatutos que reconocen la autonomía de las distintas federaciones en cuanto a la política de cada comunidad, pretende machaconamente anular vuestra decisión con el apoyo y bajo el impulso de una amplia campaña de prensa y balndiendo el fantasma de unas sanciones -antiestatutarias- contra vosotros. Hay quien llega a decir que, gracias a vuestros votos, volverán a Extremadura los asesinos cómplices de Yagüe, los que asociaron el nombre de Badajoz a una espantosa y cruel carnicería, sólo comparable a las que los pueblos europeos se habían permitido perpetrar en sus colonias. Afirmar esto muestra cortedad de miras, pues Franco y Yagüe nunca se fueron: vivieron en la pasividad ciudadana, en el caciquismo, en el miedo a los poderosos y a los ricos, incluidos los caciques y los capitalistas del PSOE. El objetivo de tanta matanza hace 75 años no era desalojar a la izquierda, sino aplastar la potencia del pueblo, su capacidad de decidir sobre su destino. Que la izquierda, que el PSOE haya gobernado durante un trentenio, sólo ha servido para ampliar la clase de los caciques, pero no para que los trabajadores, la mayoría de los ciudadanos, recuperasen su dignidad política. La oposición derecha-izquierda, en estas condiciones, tiene mucho de mistificación, mistificación que oculta la existencia de un partido único neoliberal dentro de un régimen que es legítimo heredero del de Franco.
De lo que se trata ahora, en Extremadura y en el resto de España, es de iniciar un proceso constituyente, del que fuimos privados tras la muerte de Franco, un proceso constituyente que nos permita librarnos por fin de la apatía, de la impotencia y del miedo y que sólo podremos poner en marcha si nos libramos de la apatía, de la impotencia y del miedo. (A veces, en la verdadera realidad, se confunden las causas y los efectos.) Vosotros habéis hecho algo muy importante en vuestra comunidad con vuestra votación a favor de la abstención: al igual que los ciudadanos que están llenando de alegría y de inteligencia nuestras calles y plazas, os habéis negado, en nombre de la democracia o, valga la redundancia, del anticapitalismo coherente, a caer en la trampa de una oposición vacía entre derecha e izquierda. Hoy la izquierda no es desde luego el PSOE, ni siquiera Izquierda Unida, sino algo mil veces más valioso, el multitudinario y diverso «pueblo de izquierda» que está renaciendo, que no se da por definitivamente asesinado y quiere vivir y salvar a todos los abuelos que yacen en nuestras cunetas con un inmenso abrazo que incluye a muchos, como el que escribe, que somos nietos de franquistas.
También contribuye a este renacer la presencia digna, laica y republicana de vuestros tres diputados en el parlamento autónomo. Ellos han afirmado públicamente que no renuncian a la Tercera República en un gesto sin precedentes desde la muerte del general Franco. Una izquierda anticapitalista no puede existir como tal sin unirse a la indignación de la multitud, sin convertirse en su expresión. Vosotros, en estos momentos, estáis siendo una expresión parcial de esa potencia enorme. No estáis solos ni dentro ni fuera de vuestra organización. Desde dentro y desde fuera será necesario refundar la izaquierda, pero esta vez no como un aparato, sino como expresión del pueblo de izquierda que renace. Franco afirmó que lo dejaba todo «atado y bien atado», nosotros volvemos a afirmar, a pesar de todo, a pesar de Yagüe, de la matanza de Badajoz, de la victoria de Franco, de todo el terror de decenios, de las prisiones y torturas, del tedio y la impotencia de tantos años, de los insultos y mentiras de la prensa en todas la etapas del régimen, una consigna que hoy se oye y se ve escrita en nuestras calles y en la plaza Syntagma de la Atenas rebelde: ¡No pasarán!
Os mando un fuerte abrazo y mi más sincero testimonio de admiración,
John Brown (el que escribe en el blog iohannesmaurus.blogspot.com)
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