A la atención del Sr. Embajador de España en México: A partir del pasado 12 de mayo los extranjeros no pertenecientes a la Unión Europea que pretendan acceder a España deberán acreditar que cuentan con un mínimo disponible de 513 euros para mantenerse durante su estancia. Es decir, cada extranjero tendrá que demostrar estar en […]
A la atención del Sr. Embajador de España en México:
A partir del pasado 12 de mayo los extranjeros no pertenecientes a la Unión Europea que pretendan acceder a España deberán acreditar que cuentan con un mínimo disponible de 513 euros para mantenerse durante su estancia. Es decir, cada extranjero tendrá que demostrar estar en posesión de una cuantía económica equivalente al 90 por ciento del salario mínimo interprofesional (570,6 euros). De este modo, se eleva de 300 a 513 la cuantía exigida, al derogarse la orden ministerial de 1.989 que establecía expresamente una cuantía mínima de 50.000 pesetas.
Además, independientemente del periodo de estancia en España, el gobierno establece que, para su sostenimiento, el extranjero deberá garantizar 57,6 euros diarios (si el tiempo de estancia supera el mínimo anteriormente citado). De este modo, eleva también de 30 euros (5000 pesetas antes) a casi el doble la cuantía diaria que han de poseer los extra-comunitarios para permitirse su entrada en España.
Si se comprobara que el extranjero carece de medios económicos suficientes (es decir un mínimo de 513 euros o 57,6 diarios) se le denegará la entrada.
La demostración de los medios económicos se realizará en modo sistemático y exhaustivo en las fronteras exteriores, en las entradas de transportes terrestres, marítimos y aéreos procedentes o con escala en terceros países.
Los abajo firmantes expresamos nuestro más contumaz desacuerdo y rechazo a esta nueva ley por las siguientes razones:
1°. Atenta contra los Derechos Humanos y la libre circulación de las personas en el marco del modelo del libremercado y el neoliberalismo al restringir la entrada al estado español: están construyendo un muro infranqueable como es el del «capital».
2°. Reduce la democratización de nuestro país y nos define como un Estado inhóspito, displicente y que rechaza la posibilidad de acoger a los ciudadanos extracomunitarios.
3°. No sólo omite la deuda histórica que tenemos hacia los países del tercer mundo sino que la incrementa. Nosotros somos los que nos «debemos» a ellos, no a la inversa.
4°. Define al Estado español como un país puramente mercantilista: tanto tienes tanto vales: España país de compras.
5°. Humilla a las tres cuartas partes de la humanidad al impedirles que sean bien recibidos o simplemente «recibidos». No tendrán la oportunidad ni de una cosa ni de la otra. Ni siquiera van a poder pisar suelo español.
6°. Contradice las premisas más elementales del partido socialista: ¿o a qué se refería con el gobierno del «cambio»?. A lo mejor se refería a un cambio a la derecha de la derecha. A los hechos nos remitimos. Queda constancia y evidencia.
7°. Y además, nos parece surrealista que se pida al que viene de paso lo que ni siquiera podemos garantizar los españoles. Hagan cuentas: a ver cuantos españoles disponen de esa cantidad de euros ahorradas y tienen capacidad para gastar casi 60 euros diarios. ¿Cuántos?
Los españoles rechazamos esta medida perversa que quebranta la confianza de los países latinoamericanos, encubre políticas de la derecha más recalcitrante e incrementa la brecha económica entre Europa y el resto de los continentes. Esperamos que sea derogada a la mayor brevedad posible junto a una disculpa explícita en torno a una ley que nos avergüenza: en estas condiciones es «penoso» ser ciudadano de la Unión Europea, más aún ser español.