El XIII Encuentro Estatal de Solidaridad con Cuba se celebró en Zaragoza del 12 al 14 de junio de 2015
se muere, sino donde se lucha».
En 1959, la mayor de las Antillas pasó a ser el desafiante Caimán Barbudo que cambió el destino de los pueblos. Se consumaba así la Revolución Pospuesta, la arraigada lucha de un pueblo por su libertad, con el matrimonio entre las ideas martianas y las tesis marxistas como principal arma. Este proceso dejó patente que la liberación nacional y la emancipación de la opresión burguesa se necesitan mutuamente en un territorio secularmente colonizado.
La Isla Infinita (tal como la denominaban sus pueblos originarios, sin saber cuán proféticas resultarían estas palabras en el espacio y el tiempo) debió hacer frente desde ese momento a todo tipo de ataques por parte de la maquinaria colonial capitalista. Intentos de invasiones mercenarias, atentados terroristas, tentativas de magnicidio, introducción de enfermedades y plagas, toneladas de propaganda y mentiras y un bloqueo criminal no sirvieron para doblegar la resistencia del pueblo cubano.
Lejos de claudicar, Cuba ha edificado una sociedad muy superior a la de los países del llamado «primer mundo». Es un territorio libre de analfabetismo, y no sólo en términos de lecto-escritura sino también en sentido político. Allí, la política y la economía están al servicio de la mayoría social -del pueblo trabajador- que participa activamente en las instituciones creadas por la Revolución, y se distribuye la riqueza de forma equitativa para cubrir las necesidades de la población. En los países capitalistas, la política y la economía están al servicio de una minoría, que dispone de las principales instituciones para ejercer su dominación y para garantizar la obtención del máximo beneficio, manteniendo la acumulación de la riqueza en pocas manos. En la Isla, por tanto, está meridianamente claro que una buena cobertura de salud y una excelente educación universales y gratuitas y el hecho de ser el único país de Latinoamérica sin desnutrición infantil, entre otras cosas, no son los ingredientes de una democracia digna de tal nombre, sino su condición necesaria e irrenunciable.
Esta victoria de la dignidad ha obligado cinco décadas más tarde a un cambio en la estrategia agresora. Sabemos, sin embargo, que el objetivo imperial (tanto estadounidense como europeo) no ha variado un ápice y que éste sigue siendo acabar con el ejemplo de la Cuba revolucionaria, faro para los pueblos oprimidos y para las gentes que luchan por un mundo verdaderamente libre.
En este Encuentro contamos con la presencia de Fernando González, héroe cubano, tan sólo seis meses después de la liberación de Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero. Desde aquí, mostramos nuestra alegría más profunda por la completa libertad de los Cinco y les mandamos un cariñoso saludo de reconocimiento a su resistencia. Además, por supuesto apoyamos a Cuba en el camino de negociaciones con los EE. UU.
Conscientes de que nuevas y complejas dificultades acechan el proyecto socialista de la Isla, reafirmamos nuestra solidaridad con el pueblo cubano, entendiendo que la lucha es una sola: la de la justicia y el equilibrio, con el socialismo como base imprescindible, frente a la barbarie del capitalismo; un sistema genocida, etnocida y ecocida que conlleva la destrucción misma del planeta.
En Cuba, Patria significa Humanidad, y su apoyo a las causas justas no ha conocido fronteras. Más de 50.000 profesionales de la salud y la educación repartidos por el mundo, trabajando en las zonas más pobres o dañadas del planeta, son buenos embajadores de la solidaridad cubana. La acción conjunta con la Nicaragua Sandinista, con Angola, con Vietnam…, con una larga lista de los territorios que lucharon y luchan por su liberación, es indistinguible del combate por mantener su propia libertad. El referente para tantos pueblos de América Latina ha sido clave además, con su ejemplo solidario y de unidad, en los actuales procesos de integración regional que están creando un contrapoder bajo parámetros de mayor soberanía, justicia y equidad, y en el apoyo a su profundización hacia la consecución del socialismo.
Sabemos imprescindible la conquista de un marco socialista para poder crear sociedades sin discriminación de clase, de género, de etnia, generacionales o de cualquier tipo; sostenibles y no depredadoras. En ese proceso de lucha nos encontramos, compartimos vivencias y unimos fuerzas para construir ese mundo necesario y cada vez más urgente, y, por ello, recogemos el ejemplo internacionalista y el cúmulo de saberes de la democracia cubana para enriquecer nuestra construcción de alternativas.
Asímismo, seguiremos dando a conocer a la opinión pública los logros y conquistas de la Revolución Cubana y potenciando para ello el magnífico trabajo de medios tan serios como Cubainformación. Saludamos además, la celebración de la II Conferencia Internacional Con Todos y para el Bien de Todos, que se celebrará en el Palacio de Convenciones de La Habana, del 25 al 28 de enero del 2016.
Desde el XIII Encuentro Estatal de Solidaridad con Cuba, y las organizaciones firmantes, reafirmamos nuestro apoyo a la Revolución Cubana, nuestra solidaridad con los proyectos anti-imperialistas que se están dando en América Latina y el Caribe, (tanto a nivel de estado como de movimientos de resistencia organizada), nuestro apoyo a la Alianza Bolivariana para la Américas (ALBA), así como nuestro compromiso con la paz y contra las guerras del capital.
Además, mostramos nuestro especial rechazo a los actuales ataques contra la soberanía de Venezuela y de Ecuador, y seguiremos denunciando toda agresión contra Cuba y defendiendo con firmeza sus exigencias, que son las nuestras:
-el inmediato, total e incondicional levantamiento del bloqueo económico, financiero y comercial a Cuba.
-el cese inmediato de las injerencias imperiales en los asuntos internos de Cuba.
-la devolución de la base de Guantánamo, territorio ilegítimamente ocupado y utilizado por EE.UU. como centro de torturas.
-el fin de la manipulación mediática contra Cuba y su Revolución
Socialismo o muerte.
Venceremos.
Declaración en pdf: Carta de Zaragoza 2015