En un acto público celebrado en Las Palmas con motivo de la conmemoración del triunfo de la Revolución rusa, el dirigente comunista canario, que compartió mesa con la responsable insular del partido y con el secretario general del PCPE, Carmelo Suárez, habló de la imposibilidad del capitalismo para resolver los problemas de la Humanidad. Lorenzo, […]
En un acto público celebrado en Las Palmas con motivo de la conmemoración del triunfo de la Revolución rusa, el dirigente comunista canario, que compartió mesa con la responsable insular del partido y con el secretario general del PCPE, Carmelo Suárez, habló de la imposibilidad del capitalismo para resolver los problemas de la Humanidad.
Lorenzo, que se refirió en su intervención a cuestiones como la paz, la cultura o la supervivencia del planeta, afirmó que la lógica inherente al desarrollo capitalista es incapaz de frenar su avance hacia la destrucción de todo lo que tiene que ver con los seres humanos. «La convivencia pacífica -dijo- es uno de sus objetivos de ataque; el capitalismo lleva la guerra pegada a sí mismo como un caracol lleva su concha. Necesita imponerse por la fuerza ya que, de otra manera, le sería imposible hacerlo; por eso invierte ingentes cantidades de dinero en la fabricación de armas y el mantenimiento de ejércitos regados por todo el mundo».
Según señaló, una parte esencial de esta guerra, contra cualquier elemento que pueda hacer tambalear la hegemonía del sistema, es la mutilación de la identidad y de la cultura de los pueblos. «Hombres y mujeres formados y cultos son un peligro para el poder del capital. Esa es la razón por la que dedican tanto esfuerzo a «macdonalizar» la vida de la gente, a crear una cultura y un pensamiento únicos que les permita empobrecer (hasta acabar con ella si cabe) la identidad cultural de los pueblos y así tener vía libre para explotarlos a su antojo».
El planeta, la Humanidad y Lenin
En referencia al tema de la ecología, el secretario político del Partido Comunista del Pueblo canario habló de la aceleración mayúscula con la que se corre hacia la muerte del planeta. «En los últimos 100 años -apuntó- la degradación ecológica ha sido equivalente a la que se hubiera dado tras siglos de vida de la naturaleza. Sin embargo, aún existen voceros del capital que niegan este hecho, no por ignorancia como pretenden hacer ver, sino porque lo que tienen en la mente es seguir depredando. Esa es su vocación».
Asimismo, para completar la radiografía de algunos de los ejes capitalistas, Juan Rabel Lorenzo puso especial énfasis en el humanismo, un elemento que la maquinaria del capital combate desde todos los flancos posibles. «En las sociedades donde este sistema funciona lo que se aplaude y se fomenta son los comportamientos individualistas. No hay espacio para la ayuda mutua, para la actuación o el debate colectivos; mucho menos para la solidaridad entre los pueblos. Lo que ha ocurrido en estos días en Chad con más de cien niños secuestrados por una organización no gubernamental sólidamente instaurada en Francia, que iban a ser trasladados a ese país ilegalmente con el dudoso desconocimiento del personal de vuelo de una compañía aérea española, es uno más tantos casos que demuestran que la depredación capitalista no puede parar y que no se detiene ante nada. En el capitalismo todo se mercantiliza, incluso las vidas de las personas. Por eso la Revolución de Octubre sigue en pie, porque aún está pendiente, como dijo Lenin, que la humanidad salga de la prehistoria y entre en la historia para crear una sociedad civilizada».
Moral de victoria
Por su parte, el secretario general del PCPE, Carmelo Suárez cerró el acto aludiendo al caso del Estado Español y a las condiciones laborales de la clase obrera, que se ve obligada a desarrollar su vida en un entorno de escasez, sacrificio y miedo a perder el puesto de trabajo mientras los grandes empresarios se embolsan miles de millones de euros provenientes de la plusvalía que genera su esfuerzo.
En este sentido, Suárez apuntó la necesidad de afrontar la lucha para invertir esta pirámide con «moral de victoria porque, aunque tenga que pasar tiempo para que se logre, el futuro será lo que el pueblo quiera que sea».
«La desigualdad que impone el capitalismo -añadió- requiere una respuesta por parte de los trabajadores y trabajadoras y para darla hace falta una teoría, el marxismo leninismo, y un partido que vaya en la vanguardia. Los capitalistas españoles siempre se van a resistir a perder su posición dominante, pero hay que tener claro que cuanto más descarado sea el robo que le hacen al pueblo, cuanto mayor sea el acoso que ejerzan sobre él, más condiciones habrá para la Revolución».