Día este emblemático para los catalanes. El año pasado, en dicha fecha, fue capaz de movilizar a gran cantidad de catalanes, exigiendo «el derecho a decidir». Este próximo 11 S ha sido convocada una gran cadena que una el sur con el norte. Es evidente, que el Estado español tiene un gran problema en su […]
Día este emblemático para los catalanes. El año pasado, en dicha fecha, fue capaz de movilizar a gran cantidad de catalanes, exigiendo «el derecho a decidir». Este próximo 11 S ha sido convocada una gran cadena que una el sur con el norte.
Es evidente, que el Estado español tiene un gran problema en su estructura territorial con Cataluña y Euskadi. Ha llegado el momento de dar pasos concretos, en tender puentes, de forma que, tanto las nacionalidades históricas como las regiones nos sintamos cómodos dentro de lo que hoy se denomina Estado español.
La historia de Cataluña es el resultado de una permanente lucha por su autogobierno. El culmen centralista se da en el año 1714, cuando la monarquía borbónica de Felipe V, eliminó cualquier derecho histórico, no sólo de Cataluña sino de todas las naciones y regiones que constituían el reino de Aragón. La solución de la monarquía de los Borbones ha sido siempre un centralismo extremo, donde todas las personas somos súbditos y no ciudadanos.
Con el surgimiento de la industrialización en el siglo XIX y XX, se crea en Cataluña una potente y muy dinámica burguesía, que unido a la llegada de nuevas ideas progresistassurgidas en Europa, provocaron un potente movimiento nacionalista de corte burgués.
Durante la I República y posteriormente en la II República se supo encaminar estos sentimientos nacionalistas, buscando una estructura de Estado de corte federalista que atendían sus reivindicaciones, creándose la Generalitat.
Con el desarrollo de la guerra civil de 1936 y la posterior dictadura del general Franco los movimientos nacionalistas así como las izquierdas, fueron masacrados por una cruel represión. Sin embargo, los sentimientos por la tierra de uno son difíciles de hacer desaparecer.
Con la llegada del proceso democrático de 1975, considerado éste como gran éxito político, desde mi punto de vista, la realidad nos muestra que no ha sido tal, porque lo que se ha logrado ha sido una democracia muy débil al servicio exclusivo de los poderosos y bajo el control de los poderes ocultos del Estado. Se utiliza a los dos partidos PP/PSOE como representantes del nacionalismo español, donde no se permiten expresiones políticas que pongan en cuestión los principios pactados en 1975.
Los pueblos tienen el derecho a decidir su futuro, siendo el conflicto actual con Cataluña la constatación de un fracaso histórico en la estructuración del Estado, haciendo que muchos no se sientan cómodos y queridos. Todo esto coincide en un momento donde la concepción diseñada a lo largo de los siglos XIX y XX del Estado-Nación está siendo puesta en solfa por sus deficiencias y su incapacidad de responder a la actual dinámica social.
Actuaciones como las vividas en el boicot al cava catalán orquestadas desde la derecha franquista, tocando las vísceras y la irracionalidad de muchas personas son de una torpeza extrema. Para ello, han empleado al poderoso aparato mediático con el que dispone, La Razón, Abc, El Mundo, Telecinco, la propia Tve, o Antena tres, han sido un síntoma de que la derecha española no ha superado todavía la de «una, grande y libre».
Que decir de la actual LOMCE del ultramontano Wert, que nos habla de españolizar a los catalanes, son reflejos clarísimos de la enfermedad de este Estado español, diseñado para defender los intereses de los poderosos, como constantemente vemos, y no para servir a los ciudadanos, que no súbditos.
Para intentar solucionar todos estos problemas políticos que sufre la sociedad en su conjunto, debemos ser conscientes, de que necesitamos elaborar un nuevo proyecto político, basado en un sistema republicano como expresión de un futuro democrático avanzado, siendo preciso acabar de una vez con una monarquía reaccionaria como institución y en el caso de España fruto de la decisión del dictador Franco..
Hay que buscar una organización federalista del Estado, que permita acoger en su seno a todos los ciudadanos y que nos permita sentirnos cómodos y acabar de una vez con una estructuración territorial ya totalmente superada y que tantas energías nos hacen gastar. Un nuevo modelo de partidos políticos que funcionen con principios democráticos y cercanos a la realidad social, con listas abiertas, supresión de la ley DHont, nuevas circunscripciones, etc.
Cataluña tiene el derecho a decidir su futuro, pero los catalanes deben de ser conscientes de aquellos políticos, que se envuelven en la bandera y hablan de derechos nacionales pero se olvidan de los derechos sociales de éstos, provocando la miseria de muchísimos de sus ciudadanos. Los actuales dirigentes de la Generalitat con Más y Durán y Lleida a la cabeza son alumnos aventajados de las políticas neoliberales practicadas por Rajoy, no solo dando su apoyo a estas políticas en las Cortes españolas, sino en su práctica diaria en la Generalitat.
Me escandalizó que la primera media tomada por CIU fuera la supresión del impuesto de patrimonio, que suponía una recaudación de unos 500 millones de euros anuales, medida que favoreció a los ricos. Posteriormente con el discurso de que no tenían dinero hacen un recorte antisocial de 4.000 millones de euros. Sonroja los actuales procesos privatizadores en sanidad, educación, aguas…
En mi opinión, hay que hacer lo contrario de lo que dice Wert, en vez de españolizar Cataluña, sería muy importante catalanizar el Estado español. Necesitamos esa Cataluña abierta al mundo, con su capacidad de innovación y creatividad con que se han distinguido históricamente. Debemos hacer lo posible y lo imposible para sumar a Cataluña como avanzada de un nuevo proyecto de Estado. Todos nos jugamos muchísimo, llamando tremendamente la inacción de los dos principales partidos PP/PSOE que en vez de solucionar los problemas dejan que se pudran.
Como dice el novelista Michel Houellebecq «toda sociedad tiene sus puntos débiles, sus llagas. Meted el dedo en la llaga y apretad bien fuerte». Espero que ese espíritu reivindicativo por lo que es vuestro no se vea traicionado. Estad atentos, existen muchos fariseos con bandera.
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