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De la guerra informática a la supuesta intervención de hackers rusos y venezolanos en Cataluña

Cataluña y nuestro particular estado de desecho (VI)

Fuentes: Rebelión

Continúo con el análisis de la Guerra de la Información publicado por Centro de Estudios Políticos y Análisis estratégico Aluvión, de la república Bolivariana de Venezuela. En este caso los conceptos propuestos para su estudio, y su actual o posible aplicación en Cataluña, son los de Guerra política, Guerra política pacífica, Guerra política agresiva, Guerra […]

Continúo con el análisis de la Guerra de la Información publicado por Centro de Estudios Políticos y Análisis estratégico Aluvión, de la república Bolivariana de Venezuela. En este caso los conceptos propuestos para su estudio, y su actual o posible aplicación en Cataluña, son los de Guerra política, Guerra política pacífica, Guerra política agresiva, Guerra psicológica y Guerra Informática. Trataré alguno de ellos.

En principio, para hacer posible la comparación, hay que tener en cuenta, como en Capítulos anteriores, dos aspectos que los diferencian:

-En el escenario venezolano es una potencia exterior: los EEUU (en íntima alianza con la oligarquía golpista venezolana), la que trata de intervenir en el proceso político para derrotar a la revolución, utilizando todos los instrumentos posibles: desde la propaganda a la intervención exterior; desde la gigantesca presión mediática, a la realización de actos de guerra de baja intensidad; desde el golpe de estado mediático militar al bloqueo petrolero; desde las guarimbas y los asesinatos, a los golpes institucionales completos (el golpe contra Chavez el 11 de abril de 2012). Finalmente, desde la guerra económica a la intervención militar directa o indirecta y en todas las escalas posibles.

Se trata siempre, en este caso, de alterar los resultados electorales y los mecanismos establecidos por la Constitución Bolivariana que, por cierto, ha pasado de ser el «enemigo principal de la democracia» durante la Presidencia de Hugo Chavez al «punto de apoyo golpista» contra el presidente Maduro. El estado agresor es exterior -los EEUU-, con alianzas también exteriores (en los últimos años la de algunos países latinoamericanos, la OEA, la UE con el gobierno español de embajador destacado) y de manera cada vez más notoria la OTAN, como instrumento disuasorio y como organización armada al servicio de Washington, con complicidades internas en Venezuela pero sin dejar de coordinar, manejar y potenciar casi todos los mecanismos utilizados hasta ahora contra el pueblo venezolano.

-En el caso de Cataluña, es necesario «darle la vuelta» a la situación para aplicar debidamente los conceptos analizados en este artículo y en el Análisis sobre la Guerra de la Información del Centro de Estudio (Aluvión) que me ha servido como Referencia.

Cataluña, en su proclamación de República independiente es el estado agredido, mientras que el agresor es el estado español, apoyado ya, públicamente, por las instituciones europeas y por los Estados Unidosi.

El procés catalán y su enfrentamiento con el estado español tienen carácter expansivo y, por lo mismo, los instrumentos de intervención y de defensa van apareciendo de manera gradual. El resultado del enfrentamiento tampoco ha sido hasta ahora, ni lo será con las actuales fuerzas en presencia, definitivo.

Por eso mismo, comentaremos parcialmente los instrumentos de intervención y de resistencia a medida que estos vayan apareciendo. La situación es muy volátil tanto en el escenario catalán, como en el del estado español, así como en el exterior. La República de Cataluña busca denodadamente un apoyo en los tres frentes: los dos escenarios «interiores» y en el escenario exterior. En el primero, la pequeña burguesía catalana no se atreve, a favor de la Historia, a lanzar un reto a la derecha catalana. En el segundo -ante la despolitización, cuando no la fascistización evidente de las masas trabajadoras y populares del resto del estado – ¡A por ellos! – a lanzar llamadas claras a la solidaridad y a la construcción de la III República al resto de los pueblos del estado.

Estas llamadas son después casi imposibles de formular bajo la presión del artículo 155 y de las acusaciones de rebelión y encarcelamientos.

En el tercer frente, el gobierno español de Rajoy se somete sin recelo alguno a la tutela de Washingtonii, con el apoyo explícito de Ciudadanos y del PSOE, y el lavado de manos de Podemos y sus confluenciasiii.

26. Guerra política (en letra inclinada las referencias al Manual y en letra normal mis comentarios referidos al ejemplo de Cataluña)

Es el uso de medios políticos para obligar a un oponente, en base a una intención hostil. El término «política» describe la interacción calculada entre el propio gobierno y la sociedad para influir al gobierno de otro país, militares y población general. Los gobiernos utilizan una variedad de técnicas para forzar a ciertas acciones, obteniendo con ello una ventaja relativa sobre su oponente. Las técnicas incluyen propaganda, operaciones psicológicas. La propaganda tiene muchos aspectos, incluyendo palabras e imágenes, con un propósito político, hostil y represivo. Las operaciones psicológicas son para objetivos militares, estratégicos y tácticos, que pueden ser destinadas a poblaciones hostiles, militares y civiles.

En el caso catalán la intención hostil del gobierno español es evidente tras la aplicación del artículo 155 y ya antes durante la fase previa y la realización del Referéndum del 1 de octubre.

La interacción se produce, principalmente, entre el gobierno español y sus aliados en Cataluña: PP, Ciudadanos, PSOE y Podemos que se coloca en un punto medio y se niega a plantear la movilización contra la aplicación del artículo 155, asumir la necesidad de un proceso constituyente desde una posición republicana, y movilizar también contra las amenazas evidentes de entrega de la soberanía a través de la OTANiv.

La naturaleza represiva de la guerra política conduce a debilitar, o destruir, la voluntad política o social de un oponente, obligando a un curso de acción, favorable al interés de la nación agresora. La guerra política puede ir combinada con violencia, presión económica, subversión y diplomacia, pero su aspecto principal es el uso de palabras, imágenes e ideas. La creación, implementación y continuidad de estos modelos represivos, son una función del arte de gobernar a las naciones y servir como sustituto potencial para la acción militar directa. Por ejemplo: métodos como sanciones económicas o embargos están destinados a infligir el daño necesario para forzar el cambio político. Los métodos y técnicas utilizados para forzar el cambio político, dependen de la visión política de la nación o grupo político que las ejecuta.

La guerra política puede ser realizada de manera abierta, o encubierta, con el fin de explotar las diferencias internas dentro de un país contrario. El agresor también puede crear nuevas tensiones para el oponente, en pos de influir las relaciones entre el país y sus vecinos, socios comerciales o aliados. Por otra parte el agresor debe conocer el liderazgo del bando oponente, quien toma decisiones a nivel nacional y demás líderes. La guerra política puede ser empleada en contra de la política electoral, las políticas económicas, las demás políticas, el tipo de régimen, la estabilidad y la fuerza militar. Para este tipo de guerra se usan técnicas como propaganda negra para manipular acciones de un oponente, motivos e intenciones, mediante la comprensión de sus intereses culturales, sociales y políticos.

En Cataluña son cada vez más evidentes la explotación de las diferencias internas en el sector independentista con el apoyo de casi todos los medios de comunicación y bajo varias consignas generales:

-Ridiculizar y disgregar a Puigdemont y a su grupo parlamentario PxCat, evitando por vías judiciales su investidura como presidente de Cataluña.

-Ridiculizar al Vicepresidente de la Generalitat de Cataluña, Oriol Junqueras, y mantenerlo en la cárcel sin permitirle acudir al Parlament.

-Identificación y eliminación política de todos los líderes independentistas.

-Debilitar (por relevo obligatorio de sus componentes) de los grupos independentistas e incluso reducir o eliminar su mayoría parlamentaria.

-Reducir y definir como «extrema izquierda marginal» a las CUP.

-Instituir la «legalidad vigente como legitimidad» y colocar esa legalidad bajo el amparo de los EEUU y de la OTAN.

Es obvio que en Cataluña se han empleado a fondo los medios de comunicación estatales y los «ocupados por los Delegados del Gobierno a partir de la aprobación del artículo 155» para bloquear la política electoral del Govern.

Que vienen los rusos, que vienen los venezolanos

No hay más que leer los párrafos anteriores correspondientes al concepto de Guerra política para apreciar la rapidez de la escalada en Cataluña.

En los últimos días algunos mandos militares y los portavoces parlamentarios del PP, Ciudadanos y el PSOE (con la desaparición en el debate de Podemos), no han tenido reparo alguno para adherirse a las denuncias de la OTAN sobre la intervención de hacker rusos y venezolanos en la manipulación de las elecciones y el proceso político en Cataluña.

El gobierno de los Estados Unidos no ha perdido el tiempo en ofrecer una ayuda rápida mientras que el Gobierno español ha elevado, en tiempos de crisis galopante que se abate sobre nosotros, el ya gigantesco presupuesto de Defensa. Además de ello ha prometido la movilización de una reserva de hacker patrióticos para que nos salven del diablo ruso y de sus satélites latinoamericanos.

Notas:

i http://www.rebelion.org/noticia.php?id=237137

ii http://www.rebelion.org/noticia.php?id=237137

iii http://www.publico.es/politica/analisis-esperpento-congreso-defensa-teoria-hackers-rusos-catalunya.html

iv http://www.publico.es/politica/alto-mando-militar-ciberdefensa-hay-andar-busqueda-frikis-fuerzas-armadas-frikis-no-hay.html

Antonio Maira es analista político y Capitán de Fragata de la Armada

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.