Comunicado nº 35 del colectivo de militares demócratas
Nosotros, un colectivo de militares comprometido con la democracia y la libertad, queremos aportar al debate nacional nuestras reflexiones sobre los momentos cruciales que vivirá el pueblo catalán el próximo 1 de octubre y, por extensión, el resto del pueblo español.
A nuestro juicio, la lucha por los derechos nacionales es inseparable de los derechos sociales, por ello apoyamos el derecho a decidir del pueblo catalán. Sin embargo, pensamos que son legítimas posturas contrarias a la independencia de Catalunya, siempre que éstas sean favorables al derecho del pueblo catalán de optar libremente a defender sus derechos y a elegir su futuro mediante un referéndum.
Las ansias de libertad de los pueblos sometidos a poderes ajenos a la democracia, acaba, ineluctablemente, desencadenado revoluciones democráticas, de carácter nacional popular, interclasistas. En el caso concreto de Catalunya, de forma pacífica.
Cuando se es incapaz de sentir la llamada del pueblo ante los problemas existentes, ni tampoco se opta por una vía dialogada para la resolución de los conflictos, intentando imponerse por la fuerza bruta y la represión, el gobierno que la impone queda siempre superado. Así nos lo muestra la historia.
El pueblo catalán ha estado sometido al régimen del 78 por la fuerza de su aparato represivo. Esa situación de opresión nacional está a punto de concluir. Ocurra lo que ocurra el 1 de octubre, la evolución de los acontecimientos ya no seguirá el rumbo previsto por el Régimen, procedente de una reforma de la dictadura, cuyo fin es dotar a la oligarquía financiera y terrateniente de los recursos represivos del Estado, incluida la amenaza de irrupción violenta de sus Fuerzas Armadas en los conflictos políticos internos.
Sin embargo, no estamos ante una espontánea revolución social, ni tampoco ante la toma del Palacio de Invierno. Se trata de elegir entre democracia y neofascismo, entre el poder de la oligarquía o el poder del pueblo, entre monarquía y república. Esto nos afecta al conjunto de los españoles.
El día 1 se enfrentan, por un lado, un Régimen amenazante, armado hasta los dientes; por el otro, un pueblo pacífico, armado con la palabra y las urnas, para expresar pacífica y libremente su voluntad como pueblo. La fuerza del aparato represor vuelve una vez más a representar, bajo nuevas formas, lo escenificado en su día por el 23-F.
El objeto de esta confrontación, buscada y alentada por el gobierno del Sr. Rajoy, es el de doblegar al pueblo catalán, para que sus representantes electos acudan días después, vencidos y humillados, a las Cortes. Si esto ocurriese, un nuevo ciclo de dura represión y expropiación de derechos democráticos y sociales nos espera al conjunto del pueblo español. Estemos, pues, vigilantes, unidos fraternalmente al devenir de Catalunya y de todos los pueblos de nuestra patria.
Solo desde el respeto a la soberanía de nuestros pueblos puede construirse una democracia de calidad y avanzada, que merezca tal nombre; pues democracia no es otra cosa que el poder del pueblo, libre y legítimamente constituido.
Instamos, a los partidos políticos de izquierdas, a los sindicatos de clase, a las fuerzas republicanas, a los movimientos sociales, que se pongan al frente del clamor de la ciudanía y de la clase obrera. Fuerza ésta que con sus luchas logró arrancar al sistema parcelas de libertad, luego cercenadas por las arbitrarias leyes del gobierno del PP. Gobierno que, en su etapa parlamentaria de mayoría absoluta, convirtió su mandato electoral en el más puro absolutismo, sumiendo una vez más a los pueblos que conforman el Estado español en una etapa de represión y falta de libertades.
Por ello, decimos alto y claro que el Régimen del 78 debe de ser abolido pacíficamente por la fuerza de la razón, por la fuerza de la democracia y de la libertad, abriendo las puertas a la proclamación de la república y el consiguiente proceso constituyente, verdaderamente fundamentado en los principios de libertad, igualdad y fraternidad. Una República en donde seamos ciudadanos libres y no súbditos de una Monarquía, que tiene a millones de compatriotas al borde la indigencia.
Madrid, 29 de octubre de 2017
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