Cerca de 7.000 personas se manifestaron el domingo pasado en Barcelona para reclamar un cambio radical de las políticas europeas en la zona euromediterránea, coincidiendo con la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea y la ribera sur del Mediterráneo que se inauguraba ese mismo día en el recinto Forum […]
Cerca de 7.000 personas se manifestaron el domingo pasado en Barcelona para reclamar un cambio radical de las políticas europeas en la zona euromediterránea, coincidiendo con la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea y la ribera sur del Mediterráneo que se inauguraba ese mismo día en el recinto Forum de Barcelona.
Los manifestantes, convocada por la Campaña contra el Mediterráneo del Capital y la Guerra –que reúne a unas 60 organizaciones y colectivos–, se repartieron en dos marchas diferentes: una por la mañana por el centro de la ciudad, que congregó a unas 5.000 personas, y otra por la tarde que intentó acercarse lo máximo posible al Forum, fuertemente resguardado por un despliegue por toda Barcelona de más de 5.000 efectivos.
La campaña exigió el fin de las «políticas que responden a los intereses de las grandes multinacionales en lugar de las personas» y que suponen el «expolio» del sur del Mediterráneo, según afirmó una portavoz de la protesta, en la que la causa palestina y la inmigración fueron los principales ejes temáticos.
La marcha de la mañana estuvo encabezada por una pancarta que decía ‘No al Mediterráneo del capital y la guerra. Alternativas al Barcelona+10’, tras la que se situó un bloque de grupo de solidaridad con la causa palestina, seguido de otro con unos 400 inmigrantes convocados por la Asamblea por la Regularización sin Condiciones (ARSC. Detrás de ellos les seguían los partidos y grupos políticos, como ICV, EUiA, Attac, PSUC viu, Revolta Global o la CNT.
TERRITORIOS PALESTINOS E INMIGRACIÓN.
En el bloque palestino, una representante de la Red de Enlace con Palestina denunció que «en los últimos diez años la situación política» en Oriente Próximo «ha empeorado» y criticó la invitación al primer ministro de Israel, Ariel Sharon, por parte de los organizadores de la cumbre Euromediterránea al tratarse de un «criminal de guerra», según apuntó.
La portavoz de la ARSC Norma Falconi explicó que los ‘sin papeles’ se han sumado a la protesta porque «la cumbre, lejos de favorecer a los inmigrantes, va a suponer más represión en las fronteras». Asimismo, aprovechó para denunciar el «apartheid jurídico» que viven las personas inmigradas en Europa, situación que, según dijo, hace «imposible hablar de integración».
El manifiesto unitario, que se leyó al final de la primera manifestación, reclamaba unas relaciones entre el norte y el sur del Mediterráneo basadas en «la justicia y la solidaridad», y para ello pedía la «abolición de todas las deudas ilegítimas e impagables» y la «renacionalización de todas las empresas privatizadas bajo el chantaje del FMI y otros organismos internacionales».
UNA CUMBRE «NEOCOLONIAL».
Además, el manifiesto exige el «fin de la ocupación de Irak y Palestina», la «demolición del muro de la vergüenza» construidos alrededor de territorio palestino y el «desmantelamiento de la Europa fortaleza, junto con sus vallas y fronteras». Por último, reclama la «derogación de la Ley de Extranjería y la regularización sin condiciones de todos los inmigrantes sin papeles» que viven en España.
Después de la lectura del manifiesto, la escritora egipcia Nawal al Saadawi, que participó en el acto celebrado en el Centro de Cultura Contemporáneo de Barcelona (CCCB) también en el marco de las acciones anti-Cumbre, calificó al encuentro de Jefes de Estado y de Gobierno de «neocolonial» y exigió el «fin del genocidio económico» que sufren los países del sur del Mediterráneo.
‘CHABOLEANDO’ BARCELONA.
En el marco del calendario de actividades del fin de semana, colectivos de la campaña también organizaron una bicicletada por Palestina y una acampada de ‘chabolas’ junto al Parlament de Catalunya, para denunciar la precariedad en el trabajo y la vivienda que se sufre en Barcelona.
El sábado por la tarde el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) acogió un multitudinario acto -reunió a unas 400 personas- en el que se apuntaron algunas alternativas al denominado Proceso de Barcelona y se criticó duramente las políticas actuales, basadas en la desigualdad, la injusticia y el expolio del sur por parte de las grandes multinacionales.
Para acabar, el domingo por la tarde unas 2.000 personas se movilizaron hasta llegar lo más cerca del Forum que permitieron las autoridades. A pesar del extenso y desproporcionado despliegue policial, los antidisturbios sorprendentemente no cargaron contra los manifestantes, y se dio fin a dos jornadas de lucha en las que participaron prácticamente todo el amplio abanico asociativo de Barcelona.