Después de veinticinco años, con todo lo que hemos visto desde entonces, podemos advertir cosas que entonces escaparon a nuestra atención. Quizás por eso cesaron las reposiciones de «Verano azul» en televisión. Alguna mano negra decidió que era demasiado arriesgado; alguien podía darse cuenta. Pero gracias a las nuevas tecnologías ahora todos tenemos a nuestro […]
Después de veinticinco años, con todo lo que hemos visto desde entonces, podemos advertir cosas que entonces escaparon a nuestra atención. Quizás por eso cesaron las reposiciones de «Verano azul» en televisión. Alguna mano negra decidió que era demasiado arriesgado; alguien podía darse cuenta. Pero gracias a las nuevas tecnologías ahora todos tenemos a nuestro alcance las grabaciones. En el capítulo 17 Chanquete es presionado, hasta llegar a la agresión física, por unos siniestros promotores inmobiliarios para que venda la parcela donde tiene varado su barco «La Dorada» que le sirve de vivienda. La obstinación del viejo marinero y de sus amigos desbarata una ambiciosa iniciativa urbanística que iba a sembrar de apartamentos la costa de Nerja. En el capítulo 18 Chanquete muere de forma fulminante. Cierto que nos advierten que padecía del corazón. Pero nunca se aclara la causa exacta de la muerte, ni se menciona la autopsia ni hay ninguna investigación al respecto. Y matar, como escribió Agatha Christie, es fácil. Basta dar un susto a alguien con problemas cardíacos. En el capítulo 19 y último de la serie una grúa desaloja a «La Dorada» de su solar. Más que sospechoso; sólo han pasado unos días desde el fallecimiento, sin que haya habido tiempo material de tramitar el testamento ológrafo de Chanquete.
¿Qué más sabemos hoy que alimente nuestras sospechas sobre la muerte de Chanquete? Que en aquella época se iniciaba en España una marea urbanizadora que todavía hoy no ha cesado. Si en 1990 se concedieron licencias municipales para construir 224.739 viviendas, en 2004 la cifra había ascendido a 540.368. Entre 1990 y 2000 el suelo urbanizable aumentó 170.384 hectáreas, lo que supone el 25% del territorio susceptible de ser edificado. La construcción ha pasado a convertirse en uno de los principales negocios y en el motor económico del país. Sólo en 2005 la construcción explicó en España el 40% del aumento del empleo total y el 33% del crecimiento del PIB. Como ha señalado Greenpeace en su informe «Destrucción a toda costa», la costa de Málaga es la más urbanizada de todo el litoral español. Décadas de desarrollo turístico mal planificado han llevado a la costa española a padecer graves problemas de saturación urbanística, contaminación, destrucción de espacios naturales y erosión costera, un fenómeno natural que se ha trasformado en un problema de intensidad creciente y difícil solución. En los nuevos planes de ordenación municipal se proyectan en el conjunto de la provincia de Málaga más de 600.000 viviendas a ejecutar en los próximos 10 ó 12 años, en muchos casos sin que tengan asegurado el suministro de agua. La franja costera de 160 kilómetros entre Nerja y Manilva se ha convertido en un continuo urbano donde se ha construido en los últimos años la mitad de las viviendas edificadas en el litoral andaluz.
Este frenesí constructor, sin embargo, no implica que España carezca de cualquier problema de vivienda. Al contrario. Hay 3 millones de viviendas vacías, muchas de ellas nunca se ocupan ya que el mercado inmobiliario en buena parte es especulativo, y por otro lado hay sectores sociales a los que les resulta casi imposible acceder a una vivienda. El encarecimiento ha sido vertiginoso, de modo que en la actualidad la compra de una vivienda supone casi la mitad de la renta de las familias, uno de los porcentajes más altos de la OCDE. La mayoría de las viviendas que se construyen son de precio libre: en 2005 se inició la construcción de sólo 74.400 viviendas protegidas frente a 635.700 libres. Frente a quienes creen que el libre mercado resuelve por sí mismo las necesidades sociales, se encuentra la evidencia de que en España las medidas de liberalización del suelo, la entrega a los propietarios y promotores de la iniciativa de urbanizar y la conversión de suelo y vivienda en objetos privilegiados de la inversión especulativa han llevado a una situación de grave desorden urbanístico, ecológico y social. Situación que no cesará hasta que se produzca una reforma legislativa que ponga en manos de los poderes públicos la capacidad efectiva de planificar el desarrollo urbano y que devuelva al suelo rústico su valor real, sin la incorporación automática de las plusvalías generadas por simples expectativas de urbanización que obligan, al final, a que se empleen todos los medios, lícitos o ilícitos, para que se conviertan en realidad so pena de que se hunda el sistema. Reforma legislativa anunciada por el gobierno de Rodríguez Zapatero y que se está haciendo esperar demasiado.
El Instituto Andaluz de Criminología advirtió en un estudio de hace pocos años que el veloz desarrollo urbanístico de la Costa del Sol se nutría, en parte, de inversiones de dinero negro y que estaban proliferando corruptelas y prácticas ilícitas que podían culminar «con el sólido establecimiento de grupos delictivos organizados controladores de las políticas y las actividades empresariales locales». Las causas penales hoy tan aireadas en los medios de comunicación, herencia del fenómeno del «gilismo», no son probablemente sino la punta del iceberg. Y probablemente Chanquete no fuera la única víctima de ciertas tramas oscuras.
Vale, ya sabemos que Chanquete era un personaje de ficción. Pero por desgracia todo lo demás que aquí se ha dicho es demasiado real. Hay casos en que una grave amenaza al medio ambiente o a la seguridad pública provoca la declaración de un estado de emergencia donde los poderes públicos utilizan medidas extraordinarias para tratar de prevenir o paliar los daños. Tenemos recientes los casos del Prestige o de los incendios forestales. ¿No estamos ya en una situación de emergencia urbanística, de amenaza grave al medio ambiente por un desarrollo urbano desenfrenado? ¿No será hora de aplicar medidas contundentes para evitar males mayores en el futuro próximo?