Se lee como una novela de suspense, pese a que el lector conoce ya los acontecimientos: el libro del escritor y periodista francés Maurice Lemoine «¡Chávez Presidente!», publicado esta semana en París, es la crónica de un golpe de estado a la que el propio autor califica de «docunovela». Lemoine, redactor en jefe del periódico […]
Se lee como una novela de suspense, pese a que el lector conoce ya los acontecimientos: el libro del escritor y periodista francés Maurice Lemoine «¡Chávez Presidente!», publicado esta semana en París, es la crónica de un golpe de estado a la que el propio autor califica de «docunovela».
Lemoine, redactor en jefe del periódico Le Monde Diplomatique, es un especialista de América Latina, sobre la cual ha escrito ya varios libros, entre ellos «La deuda» y «Los náufragos de Esquipulas».
El 11 de abril de 2002 se encontraba en Caracas y cubrió como periodista el fallido golpe de estado contra el presidente Hugo Chávez.
«¡Chávez Presidente!», novela de más de 800 páginas, fue publicada por la Editorial Flammarion. Pero su autor prefiere el calificativo de «docunovela», porque -dice-, el libro es tanto una novela como un documento.
«Quise contar, a la manera de una novela de espionaje, cómo se organiza un golpe de estado moderno. Ese golpe no fue como los otros. Fue algo sumamente sofisticado lo que ocurrió en Venezuela en abril de 2002», sostiene Lemoine en entrevista con la AFP.
Además, «la novela permite describir mejor que un ensayo toda la complejidad y toda la riqueza» de los acontecimientos narrados y de los personajes que participaron en ellos.
«Pero se trata también de un documento. La parte novelística no es más del 10 por ciento del libro. Yo cambié los nombres, salvo el de Hugo Chávez, pero para quienes conocen Venezuela resulta evidente quién es quién», agrega.
Para construir la narración, «me basé, por supuesto, en mi conocimiento de Venezuela, y en el hecho de que yo estaba allí y fuí testigo de los acontecimientos. Pero posteriormente seguí investigando, y estudié, por ejemplo, todas las declaraciones a la comisión nacional ante la que atestiguaron todos los protagonistas».
«Lo que yo hago decir a mis personajes, ellos lo dijeron», recalca Lemoine.
«Para la vida personal de Chávez me apoyé en sus propias declaraciones y en una larga entrevista que su esposa dio a un diario venezolano después de su separación. A partir de eso imaginné los diálogos entre ellos. Evidentemente, aquí es el novelista el que escribe, pero todo en base a testimonios reales», cuenta.
En cuanto a sus colegas periodistas, a los que el libro describe de manera nada halagüeña, Lemoine argumenta: «Yo soy periodista y es una profesión de la que estoy orgulloso, pero no veo por qué un periodista tendría por función criticar a los políticos o los financistas y no dirigir una mirada crítica sobre las prácticas de su propia profesión».
«Los medios de comunicación fueron partícipes en el asunto. Hoy sabemos que tuvieron un papel importante en los acontecimientos, estuvieron muy presentes en la oposición a Chávez. Yo cuento eso también a través de la vida de una redacción, para el caso la de una televisión, y también en esto me basé en testimonios de periodistas», prosigue.
«En realidad es una novela de la que no he inventado gran cosa», subraya.
Y al preguntársele si no siente fascinación por el personaje Chávez, Lemoine responde: «Fascinación no es la palabra apropiada. Pero creo que Chávez es un hombre sincero y desinteresado. Su proyecto me parece interesante en el contexto latinoamericano, incluso si puede ser criticado en ciertos aspectos. No hay nada perfecto».
«Y, además, diría que Chávez es un personaje de novela: el joven oficial de los años 70 que da un golpe de estado en el 92, que asume el poder en 98 y que dirige el país a la manera particular que conocemos. Puedo decir que es un personaje no fascinante, pero sí apasionante. Y que se esté o no de acuerdo con él, hay que reconocer que ocupa hoy en América Latina un lugar de primera importancia», concluye Lemoine.