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Chile no debe participar indirectamente de ninguna guerra

Fuentes: Rebelión - Foto: El indoamericano.

Un artículo de CIPER, publicado en agosto pasado, “Dependencia militar del Estado de Chile con Israel y los límites del discurso progresista frente al sionismo” devela, lamentablemente, que “los flujos comerciales se mantienen y los contratos militares siguen activos” con el Estado de Israel pese al apoyo del gobierno chileno a la causa de Palestina. 

El artículo refiere que entre 2018 y 2023, el total de importaciones desde Israel hacia Chile fue de 725,8 millones de dólares. Al mismo, tiempo detalla las diversas armas de fabricacion israelí de las que dispone el Ejército chileno, la Armada, y la Fuerza Aérea pese a que el conflicto y las violaciones de Israel a los derechos humanos, al derecho internacional, y a las resoluciones de la ONU es de larga data contra el pueblo palestino. Las Fuerzas Armadas chilenas, el Ministerio de Defensa, han pasado por alto el sufrimiento del pueblo palestino.

Entre otras armas, el artículo publicado por CIPER, señala que “el Ejército de Chile también opera, desde mediados de los años 2000, el misil guiado antitanque Spike LR, desarrollado por la empresa israelí Rafael Advanced Defense Systems, que en 2023 ocupó el puesto 42 en el ranking SIPRI de las 100 principales compañías productoras de armamento. Esta tecnología fue adquirida mediante un contrato estatal firmado en 2006 e incluye entrenamiento especializado y soporte técnico permanente por parte del proveedor extranjero”.

Sin embargo, el Presidente de Chile, Gabriel Boric, reiteró su apoyo a Palestina en su discurso en la reciente 80º Asamblea General de Naciones Unidas y recordó a los “miles los seres humanos inocentes que pierden la vida solo por ser palestinos”.

“Más allá de las intenciones presidenciales o ministeriales, el principal impedimento para cortar estos lazos es la dependencia tecnológica estructural del Estado chileno respecto del complejo militar-industrial israelí. La continuidad de contratos, licencias, asistencia técnica y formación especializada reproduce una subordinación práctica que no puede resolverse con medidas simbólicas ni declaraciones públicas si no con una férrea decisión por cambiar el rumbo a nivel de Estado”, señala Gabriel Rivas, autor del artículo en cuestión, donde agrega que “esta dependencia compromete no solo la autonomía operativa de Chile, sino que también implica la legitimación de tecnologías desarrolladas en escenarios de ocupación y represión que, desde 1948, sirven en la ocupación de Palestina”.

El artículo de CIPER deja en evidencia la contradicción entre discurso y realidad. Chile debe terminar con la dependencia que tiene con Israel y debe poner fin al entrenamiento y compra de material bélico a las empresas militares del Estado de Israel acusado de genocidio.

La Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre los territorios palestinos ocupados en un nuevo informe, de septiembre de 2025, ha vuelto a señalar que “al matar, causar lesiones graves a la integridad física o mental, someter deliberadamente a condiciones de vida que hayan de acarrear la destrucción total o parcial de los palestinos, e imponer medidas destinadas a impedir la natalidad, las autoridades y las fuerzas israelíes cometieron cuatro de los cinco actos genocidas definidos en la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, de 1948”. 

Chile-Alemania-Ucrania

Por otro lado, en diciembre de 2024, el grupo tecnológico Rheinmetall recibió el pedido del gobierno de Alemania para suministrar a Ucrania otros 20 vehículos de combate de infantería Marder 1A3. La entrega está prevista para este 2025. La entrega será financiada por Alemania. En total, Rheinmetall ya ha suministrado a las fuerzas armadas ucranianas cientos de vehículos de combate de infantería Marder como esta misma empresa ha informado. 

En ese sentido, Alemania tendría interés en recuperar los vehículos de combate Marder 1A3 vendidos a Chile ante la necesidad del régimen de Zelensky, de Ucrania, que tiene una deficiencia aguda en armamentos ante la ofensiva del ejército ruso. El vehículo de combate de infantería Marder 1A3 es la piedra angular de los batallones de infantería blindada de las Brigadas Acorazadas al norte de Chile, señala el sitio web Infodefensa. 

Alemania, claramente, no tiene interés en estos viejos carros de combate de infantería Marder 1A3 para fortalecer su ejército, sino exclusivamente para cumplir con su compromiso de enviar más armas a Ucrania.

El Ministerio de Defensa alemán, tiene pensado adquirir unos 2500 vehículos de combate de infantería GTK Boxer y hasta 1000 tanques de batalla Leopard 2. Todo esto en concordancia con los compromisos con la OTAN y el objetivo de alcanzar el 5% para el presupuesto de defensa impuesto por el presidente de Estados Unidos Donald Trump a los países europeos. Valga recordar que tanto en Palestina como en Ucrania las armas estadounidenses están muy presentes en la guerra.

“El canciller alemán, Friedrich Merz, quien asumió el cargo a principios de este año, se ha comprometido a convertir a la Bundeswehr en la fuerza terrestre más poderosa de Europa en respuesta a las crecientes tensiones con Rusia”, señala UK Defence Journal .

Recordemos, adicionalmente, que Chile firmó, el 29 de julio, un acuerdo con Alemania que facilitará el acceso al catálogo de equipamiento y material de la OTAN. De acuerdo al Ministerio de Defensa, Chile es parte del Comité Aliado en calidad de País No OTAN Nivel 1.

Según explicó la ministra de defensa, Adriana Delpiano, esto “permite acceder a una clasificación de repuestos, de material militar, a la que no accede todo el mundo. Nosotros estamos en el Nivel 1 y ahora vamos a pasar al Nivel 2, por lo tanto, podremos tener acceso a información sobre piezas, partes y tipos de armamento más complejos, más sofisticados y al mismo tiempo visibilizar lo que producen nuestras empresas estratégicas”.

Chile no debería participar de ninguna manera en las estructuras o acuerdos con la OTAN que ha atacado e intervenido en diversos países, como en Afganistán, la ex Yugoslavia, en Libia y Siria, de manera criminal si quiere ser coherente con su compromiso con el derecho internacional y los derechos humanos. 

Chile no debería ser arrastrada a participar, directa o indirectamente, en el conflicto en Ucrania, donde miles de vidas ucranianas y rusas han sido sacrificadas, enviando material bélico a Alemania u otros países para que estos terminen siendo usados en conflictos bélicos. Una vez más, muchos países del mundo han señalado que el camino es el diálogo, el alto al fuego, y negociaciones de paz entre Ucrania y Rusia. Negociaciones que, en la práctica, son impedidas por EEUU y la OTAN y principalmente por Donald Trump que se ufana de ser merecedor del Premio Nobel de la Paz al mismo tiempo que envía armas a Ucrania.

Finalmente, Chile debe ser completamente coherente con su respaldo a Palestina y poner fin completamente a la relación diplomática y militar con el Estado de Israel. 

Pablo Ruiz es integrante del Observatorio por el Cierre de la Escuela de las Américas en Chile y editor de la Revista El Derecho de Vivir en Paz www.derechoalapaz.org.

Foto: www.elindoamericano.cl

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.