Obra escrita desde la periferia de la periferia española o sea Asturias en tres actos con final al gusto
Con acierto o error, el PSOE ha adelantado las elecciones al parlamento, por el bloqueo de la derecha de los presupuestos generales consensuados con Unidas Podemos, que si bien no resolvían lo fundamental de los problemas de las clases populares provocadas por las políticas austericidas, sí situaban un marco diferencial con el grueso de los presupuestos hasta ahora aprobados. Sin ir más atrás, de los del PSOE de José Luis Zapatero desde el 2008 y los del PP con Mariano Rajoy desde el 2011, la diferencia estaba en que se situaban fuera de la línea de demarcación neoliberal de austeridad, recortes y privatizaciones, marcando un leve escenario fuera del neoliberalismo dominante en Europa desde su construcción en 1992 con el tratado de Maastricht y coincidentes con las líneas progresistas de los gobiernos griego y portugués, contrarios a las políticas austericidas.
La coincidencia del juicio al nacionalismo catalán y las convocatorias electorales de abril y de mayo, no son casuales, han sido planificadas por la oligarquía para llevar a la unidad popular a la derrota política, con el cantar diario de responsabilizar a la izquierda desde los medios de comunicación, de la ruptura de España. Tampoco tenían muchas opciones los socialistas, cuando no solo no gobernaban en minoría, sino que tampoco controlaban la mesa de la cámara en manos de la derecha, como órgano que decide lo que se debate y tramita en el plenario. El trabajo de las empresas mediáticas, ha sido el de visualizar un montaje en tres actos de maniobras y noticias falsas o fake news para un final. Este primero, ha sido montado con la complicidad de los aparatos del estado judicial y policial, organizando un juicio sin delito concreto al nacionalismo catalán, teniendo como actores principales, a los representantes políticos de la oligarquía española y catalana, bajo el reaccionario juego del reparto electoral de territorios, para no pisar cárcel, no devolver lo robado y continuar con las políticas austericidas y la corrupción.
El segundo se inició con la construcción mediática de un sujeto, al que se le proyecta todo el mal creado en las subjetividad de las masas como fascismo, semejándolo al yanqui Donald Trump por sus groserías machistas y xenófobas y al que identifican políticamente con la francesa Marine Le Pen o el italiano Matteo Salvini, representantes de los intereses de otras oligarquías territoriales nacionales enfrentadas a la globalista euroalemana. Sujeto que es representado por un partido durmiente de la extrema derecha y financiado por la oligarquía financiera global, más en línea con los espantapájaros del argentino Macri y del brasileño Bolsonaro. Este ensayo, fue practicado en Andalucía teniendo de actor principal al felipismo del PSOE, de la mano de la Presidenta de Andalucía Susana Díaz, que situó a VOX como el enemigo a batir por la izquierda electoralmente, mordiendo el polvo con su experimento, junto a la andaluza Unidas Podemos como secundarios, que impuso su criterio contra los acuerdos nacionales y compartiendo táctica con el PSOE, decidieron que para combatir el peligro del ridículo discurso fascista de VOX por la unidad de España, de los toros y del antifeminismo, que eran necesarias más mujeres, más banderas y más Andalucía. En este acto desmarcan a Ciudadanos de los extremistas del PP y de VOX, para situarle mediáticamente como partido de centro derecha e incluso progresista.
Como tercero tenemos la interesada intervención de los arribistas de Podemos e IU, reventando a Unidas Podemos desde dentro en cada convocatoria electoral, con descuelgues políticos, maniobras o con la utilización reaccionaria del mensaje identitario de país o género, como táctica política contra un supuesto fascismo, que no reconoce la pluralidad de España ni los derechos de la mujer. El oportunismo y la avaricia egocéntrica del liberalismo seudoprogresista de Errejón y Llamazares, junto a otros apoyos externos como Carmena y el juez Baltasar Garzón deseosos de tocar gobierno, unido a una supuesta izquierda anticapitalista, radical en moderneces identitarias de género y país, pero tan oportunistas en ver las alianzas como atajos para lo mismo, como los vimos en Cataluña uniéndose al nacionalismo que sí quiere romper España desde una minoría social o como en Andalucía, aliándose con el aparato de IU que ha sido años muleta de los gobiernos austericidas y corruptos del PSOE felipista, sin entender, que una cosa es tenerlos que soportar dentro y otra, como soporte fundamental de una alianza.
Como final de la obra, después de haber construido el poder mediático una música y un fondo para el tiempo que duren las citas electorales, de haber construido en el subconsciente de las masas el sujeto del mal representado en un fascista, machista y xenófobo y haber realizado de forma sistemática, su trabajo de implosión interna de Unidas Podemos, desearán como resultado final, conseguir una mayoría electoral de derechas como en Cataluña o Andalucía, independiente del palo que sea, para continuar con la austeridad, la esquilmación de lo público y la corrupción y si esta mayoría fracasase, aplicar el plan B de presión política y financiera desde la troika europea y aliados socioliberales al PSOE, para que llegue a acuerdos de gobierno con el centrista Ciudadanos, donde no es de extrañar que los arribistas, para obtener una buena plusvalía en los finales de su carrera política, que el romper la unidad popular la utilicen, como valor de sacrificio para ofrecerse a un gobierno del PSOE con Cs pero sin Unidas Podemos, en su maximalismo de no aceptar la austeridad, demostrada con la ruptura del Pacto de Toledo.
Todo este plan ha sido urdido para frenar un posible final, en el que el PSOE triunfase como partido más votado y que sumado a Unidas Podemos y a sectores de la izquierda nacionalista pudieran gobernar, de ahí, la instrumentalización y soborno interno a los más débiles y avariciosos de las confluencias, para debilitar la unidad popular de Unidas Podemos y creando un sujeto malísimo, que provoca hasta las convocatorias de huelgas generales apoyadas por la propia burguesía y que motiva, el ofrecimiento de la formación de un gobierno de centroizquierda del PSOE y Cs, que pare al fascismo del PP y de VOX.
Alonso Gallardo de los círculos comunistas de Unidas Podemos
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