En los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2007 continúa la tendencia de aumento del gasto militar hasta alcanzar el 12,16% del PGE, en partidas de los ministerios de Defensa, Interior, Hacienda e Industria. Quienes creyeron que las políticas de defensa y asuntos exteriores del PSOE enmendarían la nefasta política iniciada en 1986 se han […]
En los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2007 continúa la tendencia de aumento del gasto militar hasta alcanzar el 12,16% del PGE, en partidas de los ministerios de Defensa, Interior, Hacienda e Industria.
Quienes creyeron que las políticas de defensa y asuntos exteriores del PSOE enmendarían la nefasta política iniciada en 1986 se han equivocado. La presencia de los servicios de ‘inteligencia’ en Iraq, los vuelos con prisioneros de la CIA, el contingente militar en Afganistán, la colaboración con el Ejército de Israel y el envío de tropas a Líbano son ejemplos de la política real en el ámbito internacional.
La Alianza de Civilizaciones que ha intentado promover el Gobierno en la pasada cumbre de la OTAN celebrada en Riga (Letonia) rebosa talante y se traduce en un gasto militar (GM) que no para de crecer.
Aunque a grandes líneas el Gobierno reconoce un GM consolidado mucho mayor de lo que en sí es el presupuesto del Ministerio de Defensa- lo que en parte avala aquello que algunos investigadores llevamos diciendo más de una década-, el GM real sigue siendo un gran desconocido. El ministro Juan Antonio Alonso, que en su época de juez exoneraba a los insumisos de ingresar en prisión, es hoy uno de los abanderados del militarismo ZP. Basta con ojear Revista Española de Defensa para ver, a las claras, que este Gobierno no tiene intención de reducir el gasto, sino que alardea de impulsarlo con un crecimiento récord. Como se puede ver en la tabla adjunta, el gasto militar del Estado español previsto para 2007 supera los 23.000 millones de euros (3 billones 835.542 millones de las antiguas pesetas).
Continuismo
Las líneas generales del GM de 2007 son continuistas:
Se sigue enajenando suelo público. El Ministerio de Defensa -desde la Gerencia de Infraestructuras y Equipamientos para la Defensa- es en parte responsable de la especulación que sufre este país, al haber liberado para el mercado inmobiliario más de 6,5 millones de metros cuadrados en lo que va de legislatura, que sirven para financiar costosísimos programas de armamento.
Se sigue beneficiando al capital privado desde el presupuesto público. Los 1.225 millones de euros que se destinan en 2007 desde el Ministerio de Industria para I+D+i militar engrosarán los créditos no devueltos desde que en 1986 se puso en marcha este mecanismo del que se benefician fundamentalmente grandes empresas privadas.
Siguen desarrollándose numerosos programas de armamento. Comienzan cuatro nuevos (fragata F-105, buques de Acción Marítima, misiles contracarro y helicóptero NH-90) y se siguen desarrollando los otros doce (helicóptero de ataque Tigre, avión de combate EF-2000 y el de transporte A400M, la fragata F-100, el submarino S-80, el Buque de Proyección Estratégica y el de Aprovisionamiento en Combate, el carro Leopardo, el vehículo Pizarro, los misiles Iris-T y Taurus y el obús remolcado 155/52). En total suponen unos 2.162 millones de euros.
Se asientan los cambios impulsados tras la última Directiva de Defensa Nacional, lo que conlleva la creación de la Unidad Militar de Emergencias. Para implantar esta unidad en el período 2006-2008 se presupuestan inicialmente unos 736 millones de euros, de los que 147 corresponden a 2006, 314 a 2007 y otros 275 a 2008. Contará con una plantilla de 4.310 efectivos (2.121 en la base aérea de Torrejón de Ardoz, Madrid; 530 en la base aérea de Morón, Sevilla; 389 en la base de Bétera, Valencia; 560 en la base aérea de Zaragoza; 650 en San Andrés del Rabanedo, León; y 60 en la base aérea de Gando, Las Palmas de Gran Canaria). Esta unidad tendrá capacidad de actuar como agentes de la autoridad civil, lo que poco a poco reduce la distancia entre la vetusta distinción entre seguridad interior y exterior. Dispondrá inicialmente de 19 helicópteros de transporte y nueve aviones que serán comprados por el Ministerio de Defensa por 903 millones de euros.
Falta de transparencia
Por mucho que afinemos quienes investigamos lo que el Gobierno dedica a estos menesteres nunca llegaremos a conocer la magnitud real del gasto. Los siguientes ejemplos pueden ilustrarnos:
Se llevan gastados en lo que va de año 715 millones de euros -300 más que el año anterior- en financiar las llamadas misiones internacionales (en las que se tienen destinados 2.092 militares repartidos por Bosnia- Herzegovina, Kosovo, Afganistán, R. D. del Congo, Líbano y países bálticos). Estas partidas económicas no están recogidas en el presupuesto del Ministerio de Defensa, sino que son financiadas por un fondo de contingencia del Ministerio de Economía y Hacienda.
Las nóminas de numerosos trabajadores civiles adscritos al Ministerio de Defensa se abonan desde el de Administraciones Públicas.
Los fondos dedicados a la I+D+i militar están siendo camuflados mediante transferencias a las comunidades autónomas. Lo que mengua desde el Ministerio de Industria se compensa desde los gobiernos regionales: tal es el caso de Madrid, País Vasco, Castilla-La Mancha y Andalucía.
Con cargo a la sección Entes Territoriales se realizan transferencias a modo de compensación a corporaciones locales con instalaciones del Ministerio de Defensa.
Desde Fomento (Instituto Geográfico Nacional y sus organismos Autónomos) se financian programas con aplicaciones militares como el Sistema de Información de Ocupación del Suelo de España (SIOSE).
La diferencia entre lo que se presupuesta y lo que se gasta nunca implica un gasto menor. Sólo en 2005, y sólo en lo que respecta al Ministerio de Defensa, se gastaron más de 160 millones de euros respecto de lo inicialmente previsto.
La empresa de construcción naval militar Navantia (perteneciente a la SEPI) acumulaba en el primer semestre de 2006 pérdidas por valor de 51,6 millones de euros. Estas pérdidas son cubiertas por los PGE.
* José Toribio Barba es activista antimilitarista e investigador sobre los gastos militares.