Un cayuco con un centenar de inmigrantes a bordo volcó a 90 millas al sur de Tenerife. Sólo 48 pudieron salvarse. El Gobierno español, a través de su Secretaría de Estado de Inmigración, achacó la tragedia a las malas condiciones del mar, con olas de más de cinco metros, y a los vientos muy racheados. […]
Un cayuco con un centenar de inmigrantes a bordo volcó a 90 millas al sur de Tenerife. Sólo 48 pudieron salvarse. El Gobierno español, a través de su Secretaría de Estado de Inmigración, achacó la tragedia a las malas condiciones del mar, con olas de más de cinco metros, y a los vientos muy racheados. La embarcación fue avistada el miércoles por la tarde y el primer remolcador llegó a la 1.30 de la madrugada. Media hora después, la embarcación volcó.
El drama de quienes arriesgándolo todo se suben en un cayuco en busca de unas mejores condiciones de vida no cesa. En 2006, de acuerdo a estimaciones del Gobierno canario, se recuperaron 600 cadáveres, lo que indica que la cifra real de víctimas en aguas canarias y africanas sería muy superior. Para SOS Racismo, según consta en su Informe Anual 2007 sobre el racismo en el Estado español, esta cifra, «muy inferior a la de fallecimientos reales, es la punta del iceberg, la faceta más indignante de una realidad».
En la noche del miércoles al jueves, un cayuco con más de 100 personas volcó cuando se encontraba a 90 millas al sur de Tenerife. Sólo 48 personas pudieron ser rescatadas, mientras que medio centenar siguen desaparecidas.
La secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, señaló que las condiciones del mar eran adversas con olas de entre 3 y 4 metros con velocidad de 30 nudos, lo que provocó un golpe de mar que hizo volcar el cayuco sobre las dos de la madrugada. El delegado de Gobierno, José Segura, precisó que los inmigrantes soportaron olas de más de cinco metros de altura y vientos muy racheados.
Aunque el Servicio Aéreo de Rescate divisó la embarcación en la tarde del miércoles «con riesgo importante de hundimiento», tal y como subrayó Segura, el primer remolcador no llegó hasta la 1.30 de la madrugada observando el «alto grado de nerviosismo y la auténtica desesperación de los ocupantes».
Media hora después, añadió el delegado, «en un instante en el que se iba a llevar a cabo la operación de traslado uno a uno al Conde Gondomar, hubo una ola muy grande, perdieron el equilibrio y la embarcación volcó». Todos cayeron al agua.
Por culpa de «las mafias»
La responsable de Inmigración, sin embargo, valoró positivamente «la rápida actuación del dispositivo» que, según destacó, «ha permitido paliar la catástrofe» y culpó a las mafias de esta tragedia. «Son las únicas responsables», resaltó y ensalzó la política «ordenada e integral» impulsada por el Gobierno de Zapatero. Antes de finalizar su comparecencia ante los medios, Rumí lamentó lo ocurrido y remarcó que «se están poniendo todos los medios, como siempre se hace desde el Gobierno de España, para atender humanitariamente a todas las personas que intentan acceder de manera clandestina».
Ayer por la tarde, el sistema de salvamento continuaba peinando la zona para intentar encontrar a supervivientes, aunque Rumí reconoció que la temperatura del mar y las condiciones climatológicas «restan expectativas» a la posibilidad de rescatar con vida a los desaparecidos. Barcos mercantes de diferentes nacionalidades (Panamá, Gran Bretaña, Singapur y Malta) y un portaviones francés con dos helicópteros reforzaron a la Armada española. Salvamento Marítimo mantenía en la zona las embarcaciones de intervención rápida Salvamar Alphard y Salvamar Adhara, además de un helicóptero y un avión.
Críticas del Gobierno canario
El presidente canario, Paulino Rivero, responsabilizó al Gobierno español del «drama colosal» de los 50 inmigrantes desaparecidos. «Cruzados de brazos es como no vamos a evitar dramas así», concluyó. Aseguró que una tragedia como ésta «era previsible», si bien, «aquellos que tienen competencias en la materia nos decían que todo estaba controlado». «Hemos dicho reiteradamente que la mejor forma de evitar este drama es trabajar en origen», incidió.
En la misma línea se pronunció el vicepresidente canario Mosé Manuel Soria, que abogó por «generar oportunidades de inversión» en África para mejorar las condiciones de vida de sus habitantes mediante un plan desarrollado conjuntamente entre la UE y Estados Unidos.
También arremetió contra las «regularizaciones masivas ya que así se evitarían señales a las organizaciones criminales que puedan tener una mayor propensión a hacer negocio».
En respuesta a estas declaraciones, el portavoz del PSOE en el Congreso español, Diego López Garrido, acusó a Rivero de «aprovecharse de una manera lamentable y miserable de la tragedia humana».
Aparte de los dimes y diretes por intereses políticos, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) recordó que los movimientos migratorios se deben abordar a través de la contribución al desarrollo de los países emisores para que no se repitan este tipo de situaciones.
Varias asociaciones -Las Palmas acoge y Atareco-, Ben Magec-Ecologistas en Acción, CCOO y CEAR denunciaron la política de inmigración que quiere impulsar el pacto entre el PP y Coalición Canaria.
En un comunicado, Ben Magec desaprobó la decisión del nuevo Gobierno de tener «mano dura» con los inmigrantes mediante la aprobación de medidas como la ampliación del periodo de internamiento máximo para facilitar las repatriaciones o la expulsión inmediata de los menores con edades comprendidas entre 16 y 18 años.
Calificó estas propuestas de «inaceptables» y «contrarias a los derechos humanos más elementales».
La catástrofe humanitaria más grave de la última década tuvo lugar en diciembre de 2006, cuando al menos 102 personas perdieron la vida ahogadas o por inanición durante su travesía frustrada a Canarias. 25 supervivientes fueron rescatados por unos pescadores cerca de la ciudad senegalesa de Saint Louis. El resto de los cadáveres nunca fueron recuperados.
En marzo de 2006, 45 inmigrantes murieron en aguas del Sahara. Ese mismo mes, un buque español recuperó los cuerpos de 25 personas a 400 millas de las islas Canarias. En abril, otras 32 murieron al naufragar al norte de Mauritania. En julio y agosto, efectivos marroquíes encontraron los cadáveres de 26 y 28 inmigrantes, respectivamente. En agosto también, 19 murieron al explotar una bombona de gas a bordo de la embarcación en la que viajaban. Días después, al menos 28 fallecieron cerca de Mauritania. En Noviembre, lo hicieron 14 y en diciembre, 22 murieron de frío.
Denuncia
Ben Magec-Egologistas en Acción, las asociaciones Las Palmas Acoge y Ataretaco, CEAR, CCOO y otros colectivos denunciaron la política de inmigración propugnada por el pacto CC-PP porque «va contra los más elementales derechos humanos».
Del centenar de inmigrantes que iban en el cayuco, sólo 48 fueron rescatados con vida. De ellos, 36 ya han llegado al Puerto de los Cristianos en Tenerife. Según las primeras informaciones facilitadas por Salvamento Marítimo, están en aparente «buen estado».
«En el instante en el que se iba a llevar a cabo la operación de traslado uno a uno al Conde de Gondomar, hubo una ola muy grande, los inmigrantes perdieron el equilibrio y la embarcación volcó», explicó el delegado de Gobierno en Canarias.
En Italia cerca de 300 inmigrantes llegaron a primeras horas de ayer a la isla de Lampedusa a bordo de un barco de pescadores. A diferencia de Canarias, las buenas condiciones del mar han hecho aumentar la llegada de pateras a esta isla italiana. Los responsables del centro de Lampedusa denunciaron que ante la masiva llegada de inmigrantes se estaban terminando las reservas del agua, por lo que el Ayuntamiento de la ciudad envió urgentemente camiones cisterna. Las autoridades italianas trasladaron a algunos de estos inmigrantes a otros centros de acogida distribuidos en el país. El miércoles, 5 personas, entre ellas un niño de corta edad, murieron y otras 11 están desaparecidas después del naufragio de dos barcazas, procedentes de Libia, que se dirigían a Lampedusa. En uno de los accidentes, 26 inmigrantes cayeron al mar a 40 millas de la isla siciliana. La marina militar rescató a 22 y recuperó los cadáveres de los otros cuatro. En otro de los naufragios, que se produjo en aguas territoriales de Libia, un inmigrante murió mientras que 11 continúan desaparecidos.
Además, ayer mismo, una patrullera de la Marina de Marruecos interceptó a 22 millas del noroeste de Tarfaya a 29 personas que pretendían salir del país. La delegación del Gobierno español en Canarias precisó que eran de Guinea Ecuatorial, Costa de Marfil, Mali, Senegal, Burkina Faso, Guinea Conakry y Marruecos. Nueve lograron escapar.
En Almería, Salvamento Marítimo y la Guardia Civil detuvieron a ocho argelinos cuando viajaban en una patera que iba a la deriva y sin combustible en aguas de Cabo de Gata. En Palma de Mallorca, efectivos policiales interceptaron a las 8.45 una patera con 13 inmigrantes frente a la torre de s´Estalella, en el municipio de Llucmajor.