La cúpula de Izquierda Unida de Asturias destituyó hace un mes a todos los órganos de dirección del municipio de Oviedo, a la candidatura elegida en voto secreto y a la propia Asamblea. Sus militantes recurrieron la decisión ante el juzgado solicitando la adopción de medidas cautelares que garantizaran la legitimidad de la Asamblea para […]
La cúpula de Izquierda Unida de Asturias destituyó hace un mes a todos los órganos de dirección del municipio de Oviedo, a la candidatura elegida en voto secreto y a la propia Asamblea. Sus militantes recurrieron la decisión ante el juzgado solicitando la adopción de medidas cautelares que garantizaran la legitimidad de la Asamblea para que se mantuviera la validez de la candidatura encabezada por Roberto Sánchez Ramos (Rivi) y Celso Miranda actuales concejales del ayuntamiento. El presidente de la comisión interna de garantías de IU también es, al mismo tiempo, el abogado de la acusación; de este modo los suspendidos se enfrentaron en la vista oral en el juzgado a su propio garante y defensor como acusación, lo que no parece normal pues provoca indefensión a los sancionados. Es más, este abogado justificó la destitución con el argumento de quien quiera tener libertad de expresión y crítica que no milite en el partido (en IU), refiriéndose a los destituidos de la agrupación municipal ovetense, la sala -juez y fiscal- dio por válida esta intimidación que limita los derechos y libertades, criterio que no parece acertado, sino reprobable.
La destitución de toda la organización de Oviedo fue interpretada por los afectados como un golpe de estado y como un abordaje que el Consejo Político de IU nombrara una Comisión Gestora para hacerse cargo de todo lo relacionado con el municipio de Oviedo al disolver la Asamblea en el mismo acto y documento, el 24 de marzo de 2007. La misión de esta Comisión Gestora, a sólo dos meses de las elecciones, fue redactar el programa electoral y confeccionar la candidatura municipal.
Al denegar el juez las medidas cautelares solicitadas acto seguido la Comisión Gestora «nombró» la nueva candidatura al margen, por supuesto, de la Asamblea suprimida quien la apodó, irónicamente, como «la gijonesa» al ser impuesta por la Comisión Gestora ubicada principalmente en Gijón. Todo esto a un mes de las elecciones del 27 de mayo. La decisión implica, de hecho, la desaparición de IU ovetense que lleva años trabajando, con más o menos acierto en su municipio, frente a la nueva candidatura importada sin que pueda contar con organización y con militantes. Ni lo uno ni lo otro puede improvisarse y todavía menos el conocimiento del municipio y sus problemas.
En las últimas elecciones IU de Oviedo con la candidatura ahora disuelta encabezada por Rivi y Celso, obtuvo once mil votos, mientras que la IU autonómica un 20% menos; cuentas nada halagüeñas para la candidatura foránea impuesta por al Comisión Gestora. El tirón en las pasadas elecciones fue dado precisamente por los ahora destituidos que han decidido presentarse al ayuntamiento ovetense como «Ciudadanos por la Izquierda», cambiando sólo las siglas pero manteniendo el programa aprobado en al Asamblea ahora suspendida, a los militantes y el apoyo de la ciudadanía a juzgar por las adhesiones recibidas en dos multitudinarias asambleas celebradas hace unos días.
La Comisión Gestora e IU dieron a este enfrentamiento un carácter personal, reduciéndolo a un caso de indisciplina y pugna fratricida por el poder pero, así planteado, cualquier argumento puede ser válido ya que el enfrentamiento y la lucha por el poder se produjeron, aunque esto no es la cuestión ni estas las causas, en absoluto, sino la consecuencia de planteamientos socio políticos diferentes. Ahora, lo que está en juego, efectivamente, sí es el poder, pero no como causa y origen, sino como consecuencia de la apuesta por lo social y por la actuación seguida por cada uno de los dos sectores «enfrentados». Las causas son tan graves como simples, responden a dos modelos de compromiso: la apuesta por una política social o la rendición al neoliberalismo. El primero con un modelo de «democracia participativa» donde los ciudadanos cuentan y deciden cada día y el segundo modelo de «democracia representativa» cuya participación se limita a votar cada cuatro años sin más posibilidades ni participación: dos amos antagónicos e irreconciliables. Las consecuencias están resultando ser un callejón sin salida para IU por anteponer el pacto de gobierno -y gobernar- a cualquier otra consideración social y política, sacrificando a personas y principios y apostando por unas directrices de puro neoliberalismo con un modelo de democracia anclado en voto y urna.
Este es el conflicto de Izquierda Unida en Asturias y seguramente también en otras comunidades. Se origina por el enfrentamiento entre estos dos modelos de actuación hacia militantes o votantes: democracia participativa o democracia representativa. En el primer caso reciben información y participan en las decisiones; en el segundo, como está sucedido de forma generalizada, se auto proclaman «elegidos» de IU para ejercer la democracia representativa en la que todo se reduce al voto en una urna cuatrienal que les faculta para que durante cuatro años sean los amos, adivinen las necesidades de los ciudadanos, administren los recursos y decidan todo sin más consulta. La política neoliberal seguida y la lista de claudicaciones en la legislatura que ahora termina es muy grave e implica: especulación urbanística, privatizaciones, gasto social, servicios sociales, defensa de los trabajadores, enseñanza, etc, cuestiones que coinciden precisamente con los cargos y acusaciones utilizados para justificar la destitución -aniquilación- de sus «hermanos» ovetenses.
El enfrentamiento está consumado y las opciones servidas para los ciudadanos de Oviedo: una, que tus intereses los representen y decidan por ti, pero para sí o para otros, como se desprende de los orígenes de la candidatura foránea e impuesta por la Comisión Gestora de IU en Oviedo. Y dos, como alternativa: participa y decide tal como propone y es el talante de los destituidos que formaron la candidatura de los «Ciudadanos por la Izquierda» encabezada por Rivi y Celso, los actuales concejales partidarios no sólo de voto y urna, sino de una democracia participativa.