La Marcha Popular Indignada que organiza el movimiento 15-M en toda España ha tomado hoy la salida desde Granada, dando comienzo a un recorrido que terminará el próximo día 23 de julio en Madrid. La Marcha Popular Indignada que organiza el movimiento 15-M en toda España ha tomado la salida desde Granada el 1 de […]
La Marcha Popular Indignada que organiza el movimiento 15-M en toda España ha tomado hoy la salida desde Granada, dando comienzo a un recorrido que terminará el próximo día 23 de julio en Madrid.
La Marcha Popular Indignada que organiza el movimiento 15-M en toda España ha tomado la salida desde Granada el 1 de julio, dando comienzo a un recorrido que terminará el próximo día 23 de julio en Madrid con un gran encuentro a nivel nacional. Allí, coincidirán más de 20 ciudades diseminadas en seis rutas estatales que ya están en camino.
Tras partir a pie el pasado 25 de junio desde Málaga y Motril, miembros de ambas asambleas han confluido en Granada para sumar fuerzas y han pasado la noche acampados en el Paseo del Salón. Constituidos como la columna Sureste, este grupo de 30 personas se dirige ya hacia Madrid «con la moral muy alta». A los que provenían de estas zonas del litoral andaluz se han unido otros miembros de la Asamblea de Granada y han dado el pistoletazo de salida «a este proyecto ilusionante» hoy a las 8:15 horas. Les esperan unos más de 500 kilómetros a pie hasta el centro geográfico del país, que recorrerán en 23 etapas. Para ello, caminarán una media de 22 kiómetros diarios por carreteras comarcales y senderos.
En cada localidad por la que pasará la ruta, se organizará una asamblea y se animará a los vecinos a participar en ella, difundiendo esta práctica democrática, así como los objetivos y acciones que lleva a cabo el movimiento 15-M. Esta labor será más sencilla en muchos de los pueblos que ya cuentan con asambleas propias. Las asambleas, constituidas como lugares de encuentro para el intercambio y debate de ideas, recogerán las inquietudes, demandas y experiencias de cada pueblo, estableciendo un diálogo ininterrumpido entre ciudades, barrios y pequeñas localidades. Así, la indignación se convertirá en escucha y las acciones se encaminarán hacia la construcción de nuevas vías de participación y transformaciones democráticas y pacíficas.
La primera etapa ha culminado en Colomera, tras 26 kilómetros a pie, mientras que el siguiente tramo les llevará mañana hasta Benalúa de las Villas. Madrid está ahora en el horizonte, pero antes queda un largo camino que les llevará a atravesar Despeñaperros y continuar por Castilla la Mancha. Anque todos los que ‘valientes’ que forman la ruta Sureste señalan que su mayor enemigo será el calor, Alberto, de la Asamblea de Granada, ha asegurado que «el camino no nos asusta, ya que hay quedarse con la parte positiva».
A las seis personas que han comenzado el camino desde Motril les acompañan tres vehículos que transportan todos los equipajes, así como los alimentos y el material médico.Éstos servirán también para anunciar la llegada a cada localidad y difundir la iniciativa entre los vecinos, para lo que cuentan también con dos bicicletas. En los próximos días se unirán dos o tres coches más. Cargan además con kilos de calabazas que se regalarán por el camino. Además se irán plantando y, a la vez, recogiendo semillas en cada localidad para crear huertos populares ecológicos. A esta idea se han adherido ya otras de las rutas de todo el país.
Con respecto a las pernoctaciones, está previsto solicitar la posibilidad de acampar en los polideportivos de cada pueblo debido a su coste económico y sus equipamientos adecuados para la higiene personal, aunque los participantes en la marcha están abiertos a la ayuda que les pueda prestar en cada lugar. Además, los participantes en la Marcha Popular Indignada darán información diaria de su situación y actividades, usando instalaciones públicas como bibliotecas y otros lugares en los que exista acceso a internet.
Las rutas previas Málaga-Granada y Motril-Granada han dado mucho ánimo a los ‘indignados’ para continuar la parte más dura a la que se enfrentan ahora. «Ha sido muy bonito porque hemos comprobado la concienciación que existen en pequeños pueblos«, ha explicado Alberto. Así, en su camino desde la Costa Tropical han recorrido unos 100 kiómetros con paradas en Órgiva, Restábal, Dúrcal, Dílar y Granada.
«Esta marcha no ha de entenderse como una simplificación de la protesta, sino como una extensión de la misma. Se trata de dar a conocer la ‘indignación’ en cada rincón del territorio y promover la implicación en las asambleas, aprendiendo las experiencias particulares de lucha y conectando con movimientos que ya están en marcha.» Así, los habitantes de Dílar les han expuesto su protesta contra proyectos de especulación urbanística o los agricultores de Restábal les han explicado que han dejado de recoger la fruta de sus campos debido al bajo precio que reciben por ella.
Esta acción significa «dejar una única plaza para tomar las calles en toda España, dando a conocer la práctica asamblearia y el movimiento surgido del 15-M». «Aunque es algo simbólico, con ello se pueden conseguir muchas cosas, sobre todo mejorar la comunicación entre distintos pueblos, provincias y asambleas. Esta relación más estrecha se ha notado ya en la primera parte de la ruta», ha destacado. El grupo de 15 personas que ha venido andando desde Málaga se ha mostrado también muy agradecido por la hospitalidad que han mostrado las localidades granadinas por las que les ha llevado su ruta. En todas ellas han sido acogidos con agrado, les han proporcionado lugares para pasar la noche y les han facilitado alimentos. «La gente nos aplaudía a nuestra llegada e incluso en Ventas de Zafarraya hicieron dos grandes paellas para que comiera todo el mundo. Se han portado muy bien con nosotros y confiamos en que, en el futuro, continúe esta actitud», ha dicho Carlos.