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Entrevista a Joaquín Miras sobre asuntos políticos y culturales (I)

«Como lector me gustaría tener traducciones asequibles de los textos escritos por Marx; como marxista, creo que debemos leer a Marx en directo»

Fuentes: Rebelión

Entre otras muchas cosas, algunas de ellas recordadas y comentadas en rebelión en anteriores conversaciones, Joaquín Miras Albarrán es miembro fundador de Espai Marx, uno de los grandes conocedores en nuestro país del pensamiento de Hegel, Marx, Lukács, Gramsci y Sacristán y autor, entre otras obras, de Repensar la política y Praxis política y Estado […]

Entre otras muchas cosas, algunas de ellas recordadas y comentadas en rebelión en anteriores conversaciones, Joaquín Miras Albarrán es miembro fundador de Espai Marx, uno de los grandes conocedores en nuestro país del pensamiento de Hegel, Marx, Lukács, Gramsci y Sacristán y autor, entre otras obras, de Repensar la política y Praxis política y Estado republicano.

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Algunos lectores de rebelión nos han escrito comentando que echan a faltar tus reflexiones, las de aquellas entrevistas que mantuvimos durante casi dos años sobre tu último libro. Una lectora nos sugirió una entrevista mensual contigo sobre «temas de actualidad». Podemos entender «actualidad» como un «hablar un poco de todo», de todo aquello que sea de tu interés y del interés general. ¿Qué te parece la posibilidad de una entrevista mensual sobre asuntos políticos, filosóficos, culturales, sobre lo que te interese y preocupe más?

Acepto tu propuesta, muy honrado. Pero me preocupa un poco la amplitud de los temas que me propones. Sobre todo el tener que opinar sobre temas políticos de actualidad.

Intentaré vigilarme. Si no ando errado, creo que un colectivo del que formas parte estáis leyendo y estudiando en estos momentos, durante este año, un libro de Michael Heinrich: Crítica de la economía política. Una introducción a El Capital de Marx. ¿De dónde vuestro interés por este autor? ¿Qué tal va la lectura?

Formo parte de un seminario de lectura, que existe desde hace más de 30 años. En él hemos leído a Aristóteles, a Rousseau, y a otros muchos autores, entre los cuales, el propio Marx y los autores marxistas -Lukács, Gramsci, Korsch, Agnes Heller, Markus, Thompson…- han ocupado un lugar principal, el mayoritario, pero no exclusivo. Diversos miembros del grupo, hemos ido siguiendo la evolución de los estudios sobre la obra de Marx. Compartíamos entre nosotros, informalmente, las opiniones sobre las lecturas que íbamos haciendo individualmente. Uno de los miembros fundadores del seminario, y que lleva años estudiando a los autores que trabajan sobre la obra de Marx, Antonio Ruiz, tuvo el acierto de proponer la lectura de esta obra. Heinrich es una personalidad en la materia.

El libro, del que llevamos leído un centenar de páginas es muy hermoso. Muy potente. Y muy claro. Por cierto, recuerdo que tú has comentado con elogio dicha obra. Y, muy acertadamente, echabas en falta que la obra desarrollara más el final, en el que Heinrich trata sobre el comunismo. Por mi parte, y es seguramente vicio de filólogo, también echo en falta, quizá un primer capítulo sobre la materialidad textual de la obra de madurez de Marx, El Capital. Precisamente en la nota 2 de su capítulo 3, Heinrich, que está tratando de introducir el asunto del carácter específicamente social del trabajo, remite al lector al libro tres de El Capital, donde -dice- se aclara adecuadamente este asunto. Pero el libro Tres es un libro inexistente. La redacción de ese texto es de la pluma de Engels y le llevó 9 años -creo recordar- elaborarlo. Sabemos que cuando Engels quiso acabar de publicar la obra de Marx se encontró con un cúmulo enorme de cuadernos manuscritos, la inmensa mayoría de ellos, anteriores al manuscrito del 67, sobre el que se publica el libro 1 de El Capital. En el libro 2, cuya finalización le lleva a Engels dos años, según nos cuentan los estudiosos, en dicho texto, Engels introduce más de mil doscientas intervenciones; nada menos .

Que no son pocas.

Y para el libro 3, Engels se ve en la necesidad de redactar capítulos enteros. La parte del material utilizada por Engels para dar fin a ese tomo -lo mismo que para el libro 2-, en su mayoría procede de los tres grandes manuscritos de Marx, anteriores a la publicación del tomo Primero. Del segundo y el tercer manuscritos, como complemento del cuarto y último. Existe otro manuscrito posterior, elaborado por Marx para preparar la segunda edición del libro Primero, que publica en 1872, y creo que poco más que sea posterior a esa fecha, si bien Marx sí sigue estudiando, aunque sobre temas muy variados. En consecuencia Engels se ve en la necesidad de recurrir a esos manuscritos anteriores, el de 1857, 1858, denominado Grundrisse, que no usa. El enorme manuscrito de 1861 a 1863. El de 1864 a 1865, del que hay una parte que se ha perdido y del que se extrae ese texto hoy publicado como libro aparte, y que se titula Capítulo Sexto, y el que Marx tenía elaborado cuando publica el tomo Primero. Los cuatro son manuscritos inconclusos. Son además, manuscritos abandonados, como revela el que Marx vuelva a escribir nuevamente, en los manuscritos siguientes, sobre los mismos asuntos; aunque entre los dos primeros y los dos segundos hay, según dicen los especialistas, un cambio de intereses intelectuales. Engels tira de este material, sobre todo para el libro tres. A veces usa los textos de los manuscritos más antiguos, y en ocasiones utiliza para los capítulos del libro Tres, textos desestimados por Marx. Alguno de ellos tachado por Marx, y además, encabezado con una nota de su pluma que dice -según describen los especialistas- «Gran Confusión».

La obra de Marx queda inconclusa y no por fallecimiento prematuro de Marx, que entre 1873 y su muerte vive aún diez años.

Esa obra que él se proponía redactar ya en 1851, ya en tres volúmenes, según carta a Engels de16 de enero de dicho año. Obra sobre la que, solo en 1857, comienza a redactar un primer borrador inconcluso –Grundrisse– . Que en 1859, tiene un primer texto publicado, que se titula Contribución a la crítica de la economía política, que iba a ser el primero de una serie de fascículos; serie que queda abortada, y abandonada.

Todo esto revela problemas del autor respecto de su propio material. Y es tarea de los marxistas vivos tener esto en cuenta y trabajar a partir de esta constancia.

Por supuesto, todo esto lo sé de segunda mano y gracias a los filólogos que trabajan con los manuscritos de Marx y que han participado en la edición de El Capital en la Nueva mega 2. Roberto Fineschi, Marcello Musto, etc.

Los marxistas necesitamos conocer los textos tal cual los dejó Marx, sin intervención de mano ajena, tal como ahora es ya posible. Como lector, me gustaría tener traducciones asequibles de los verdaderos textos escritos por Marx, y como marxista, creo que debemos leer a Marx en directo.

Y lo demás corre de nuestra responsabilidad.

Pero me he ido de tu pregunta. Heinrich es un excelente estudioso de Marx

Está bien que te vayas de mis pregunta si el resultado es ese. Hablando de Heinrich y del clásico: ¿qué balance haces de los encuentros celebrados en Barcelona y alrededores en el año del bicentenario del revolucionario de Tréveris? ¿Qué tal ha ido la cosa?

Te refieres a las jornadas de celebración del Bicentenario organizadas por Viejo Topo, ACIM, Fil Roig y Espai Marx, cuatro entidades culturales marxistas desvinculadas de los partidos políticos de la izquierda, política y económicamente.

Sí, a esas jornadas me refiero.

Las grandes fuerzas políticas que se proclaman de izquierdas, y sus brazos culturales, en Cataluña, a pesar de todo el dinero que tienen, no han organizado nada digno para conmemorar el acontecimiento. El nuestro ha sido el evento de celebración más importante que ha habido en Barcelona. Eso dice mucho de la situación de la izquierda y del marxismo en Barcelona.

Por lo demás, las nuestras han sido unas jornadas dignas, interesantes, con ponencias cuyos materiales serán publicados por Ed. El Viejo Topo. Si hay algo que objetar, y así lo hemos valorado la comisión organizadora, es que la asistencia de público ha descendido en relación con el asistente a las jornadas organizadas el año anterior, sobre la revolución Rusa.

Cambio de tercio. ¿Qué opinión tienes de los resultados en las elecciones andaluzas? ¿Te ha sorprendido el decremento de apoyos de las fuerzas de izquierdas y la fuerte irrupción de VOX?

No he sido capaz de pronosticar el tirón de Vox. Sí tenía claro que la izquierda se estaba suicidando, y que el malestar social producido por los recortes del gasto público, el paro etc., y por la asunción del liberalismo por parte de le misma izquierda, toda la indignación que se genera con el movimiento de los indignados, que fue utilizada como material de arranque para diversos proyectos, ha quedado huérfana tras la instrumentalización inicial. Pero el mal, la miseria, la crispación, sigue ahí aunque ya no pasa por los canales nuevos que aparecieron con el compromiso de organizarla -eso en primer lugar- y expresarla. Eso da una masa social desengañada y furiosa. No solo respecto al PSOE, sino también, muy claramente, respecto de Podemos-IU y sus referentes y homólogos catalanes, aquí, entre nosotros. El caciquismo interior se come a Podemos. A todo eso hay que sumarle el bochornoso papel que la izquierda ha asumido en relación con el secesionismo en Cataluña, todo ello por interés instrumental.

¿Ves posible un gobierno tripartito, al estilo de Andalucía, para el conjunto de España?

No lo sé. Pero si ha sido posible un multipartito Psoe Podemos Secesionistas catalanes nacionalistas e independentistas vascos, multipartito que incluye entre ellos huestes ultracatólicas y supremacistas, tanto de Cataluña -Torra, etc.- como del País Vasco, pues… ya todo es posible: una vez el mundo está del revés, el sombrerero loco manda. Y la desafección hacia una izquierda que se ha hecho liberal y las ganas de votar como castigo, crecen. Yo no sé más.

En cuanto a Cataluña, ¿ves alguna novedad en la situación, en los planteamientos de las fuerzas secesionistas? ¿Está la izquierda de Cataluña a la altura de las circunstancias?

El precio que va a pagar la izquierda en Cataluña por su seguidismo del nacionalismo, va a ser inmenso. Lo es, lo es ya.

Una previa, para que se entienda bien mi opinión sobre la izquierda

Adelante con esa previa.

El secesionismo está derrotado. Lo hemos derrotado los ciudadanos de Cataluña, no los políticos. No sé si las bases de la izquierda del resto de España muy mal informadas, tienen esto en cuenta. Hay un dato que deseo incluir aquí. Es la encuesta hecha en Cataluña que El Periódico encargó a la empresa Gesop, publicada en octubre de 2018.

De acuerdo, adelante con ella.

Con una pregunta clara, no manipuladora y sobre referéndums: pregunta clara y binaria: si usted está a favor o en contra de la realización de un referéndum en Cataluña en el que se pregunte sí o no sobre la independencia de Cataluña. Sólo el 42 -cuarenta y dos- por ciento estaba a favor de ese referéndum de autodeterminación. No el 80 por ciento, como decía el Procesismo, ni tan siquiera el 47%. Este dato lo someto a la consideración de las bases del resto de la izquierda española, y también a la de las bases de esa parte minoritaria, de base, honesta, de izquierda, que hay en el independentismo. Es una parte minoritaria, porque el grueso de la ciudadanía movilizada obedece directamente a la propaganda y las consignas generados en Cataluña, por la Generalitat, que es el Estado del 78 en Cataluña, y por los organismos para estatales -para autonómicos- creados por la Generalitat con el dinero público, tv Cat, radio Cat, prensa Cat, asociaciones inyectadas Cat. -Omnium, ANC…-: la mayoría social secesionista es movilizada por el Régimen. Pero sí existe una izquierda de base que me causa empatía; que tiene derecho a saber a qué atenerse y a no ser manipulada por los políticos profesionales. Mi empatía viene de mi experiencia de militante organizado, de haber vivido en carne propia la manipulación de los vividorcilllos y caciques de la política; por los curitas párrocos de la política cuyo ego necesita del poder.

El independentismo dará aún batalla durante tiempo. Pero el Secesionismo no tiene salida y eso lleva al pudrimiento. Estamos a comienzos del 2019, y a pesar de la potente organización de dicho movimiento que fue montada, la Generalitat a partir de ese tejido social clientelar, creado por ella durante cuarenta años, -Cataluña ha sido un cortijo del Nacionalismo no menos que Andalucía lo ha sido del PSOE- la cosa ya no es como en septiembre del 2017. O como durante 2016, y toda la euforia y la ilusión que transpiraba esa numerosa minoría social organizada. El movimiento se debilita y cunden los rumores internos. Viene ahora el año del juicio por Rebelión. Y eso, desde luego, le puede dar aire, pero esto significa que las buenas gentes de base aguanten sobre sus cuerpos el desgaste de otro año de movilización permanente, tras los dos o tres que ya llevan. Otro año sobre sus espaldas, las de esa masa social a la que se utiliza pero no se le explica lo que va a suceder. Y al final en el 2020 -si no es antes- nuevas elecciones y un nuevo gobierno de España con no se sabe qué composición. Y, sobre todo, sobre todo, un bloque social catalán antiindependentista firme y fraguado, que es mayoritario. Una derrota y una derrota por fracaso. Que es la más dura, amarga y terrible. Yo, que era militante del PSUC al terminar la clandestinidad, me conozco las consecuencias de ese tipo de derrota aparentemente dulce.

Bueno, una vez todo este desgaste inútil sea patente para la gente, y lo sea la derrota, qué va a ser de la izquierda -y voy a tu pregunta- que no ha sabido mantenerse al margen, que ha actuado de forma subalterna al nacionalismo… Como sabes, yo vivo en el Vallès Occidental. Para quienes no sean de Cataluña, vivo detrás del Tibidabo y de Vallvidrera. En la comarca que hay detrás de la sierra de Barcelona. En los diversos pueblos de esa comarca, parte del antaño existente Cinturón Rojo de Barcelona, se habían ido constituyendo grupos de izquierda locales, que se jactaban de rechazar incluirse en las fuerzas de izquierda convencionales porque, decían, estaban por la democracia verdadera y radical. Habían surgido lo que se denominaban candidaturas Independientes, que lo eran, no por ser independentistas, sino por serlo de las maquinarias partidarias. La democracia. Bueno, pues, una vez Artur Mas toca el pito y se pone en marcha el proceso de secesión, las direcciones de esas fuerzas locales, sus dirigencias locales, constituidas -decían- por la falta de democracia de las fuerzas mayoritarias, se apuntan al Procés, a la secesión. Nada que objetar más allá de la divergencia política mía respecto de ellos, si esto lo hubiesen hecho como consecuencia de que sus bases, muy numerosas, se lo hubieran exigido; si hubiese sido resultado de unas decisiones democráticamente adoptadas. No era así. Y en las primeras elecciones, en todas esas localidades, las bases militantes y de votantes de esas direcciones secesionistas, votaron masivamente Ciudadanos. 40 % Badía del Vallès y Rubí, el 30 % Cerdanyola, Ripollet, Montcada… Dejemos de lado cómo la teoría de elites se reproduce una y otra vez .

A qué se debe todo esto: es consecuencia del absoluto vaciamiento ideológico de la izquierda, y de su absorción, como alternativa, del nacionalismo.

Todo esto pinta muy mal. Pinta a suicidio político.

Por cierto, viajando hacia el norte, ¿qué opinión te merece el movimiento de los «chalecos amarillos» en Francia?

Creo que es un movimiento social verdaderamente popular, justo, y que posee una gran fuerza. Expresa la desesperanza de la ciudadanía hacia las fuerzas de la izquierda. Según he leído, un 40 % del mismo siente simpatías por el Front National. Si eso fuese así, que en un movimiento social autoorganizado, que lucha por unos objetivos de mínimos, que son evidentemente sociales, de clase, eso habla del fracaso de la izquierda, de su inexistencia.

Ubicándonos en coordenadas internacionales, ¿algo que te preocupe especialmente?

Por un lado, la virulencia belicista del Imperialismo de los EEUU. Y por otro, la incapacidad del concierto internacional para asumir acuerdos que eviten el colapso ecológico.

Tomemos un descanso si te parece,

Me parece, nos sentará bien.

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.