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Cómo se fundó la Joxemi Zumalabe. Cuando apoyar el compromiso social es delito

«Con el dinero quería hacer menos injusto ese mundo que criticaba»

Fuentes: Gara

Fernando Olalde, economista donostiarra, trabaja desde hace 25 años en una asesoría junto a los abogados Carlos Trenor y José María Elosua. Según describió ayer, procede de una familia acomodada de la capital guipuzcoana, en la que su rama materna mantiene el patrimonio legado por un ascendiente llegado de las Américas y donde su padre […]

Fernando Olalde, economista donostiarra, trabaja desde hace 25 años en una asesoría junto a los abogados Carlos Trenor y José María Elosua. Según describió ayer, procede de una familia acomodada de la capital guipuzcoana, en la que su rama materna mantiene el patrimonio legado por un ascendiente llegado de las Américas y donde su padre ­uno de los fundadores de la empresa Krafft­ triunfó en el sector de los anticongelantes para automóviles. El, sin embargo, siempre ha mantenido una conciencia social que le lleva a denunciar «un sistema que permite que unos pocos se forren mientras otros se mueren de hambre».

Por ello, cuando al fallecer su padre en diciembre de 1994 le comunicaron que le correspondía una herencia de 180 millones de pesetas, supo que no iba a destinar ese dinero a su provecho personal. A partir de ese momento, comenzó un trayecto que le ha llevado finalmente ante la Audiencia Nacional.

«Pensé qué es lo que se podía hacer con ese dinero ­explicó a la Sala­, ya que quería destinarlo a hacer menos injusto el mundo que tanto criticaba». Para ello contactó con varias personas, y al final apostaron por la posibilidad de desarrollar un proyecto autónomo, que trabajara en el ámbito del movimiento popular de Euskal Herria, en aspectos como la formación. «Tenemos un tejido social muy rico en nuestro país, pero estaba poco relacionado entre sí, existían deficiencias en la formación y en la capacidad de expresar su pensamiento», relató.

Bajo esa premisa, en la primavera de 1995 se fue concretando el proyecto de lo que después se llamaría Joxemi Zuma- labe Fundazioa, en memoria de «una persona emprendedora, trabajadora, amiga de sus amigos y que se había involucrado en un montón de movimientos sociales».

«Yo no quería figurar»

Junto a Iñaki O´Shea, Sabino Ormazabal, Carlos Trenor y Pepe Uruñuela, constituyó una Fundación cuyo capital inicial ascendía a 100.000 pesetas, que aportaron en partes iguales. Poco después, Olalde donó la práctica totalidad de su herencia, sumando un total de 164 millones de pesetas ­su madre cedió ocho millones más­.

Explicó a un anonadado tribunal ­no estaba acostumbrado a semenjante desprendimiento­ que utilizaron esta fórmula porque «yo no quería figurar, no quería aparecer como un mecenas». «Eso fue posible hasta que se enteró Garzón», se lamentó amargamente.

Con ese patrimonio echó a andar una Fundación por cuyo patronato ha pasado cerca de una veintena de personas y cuyo fin ha sido siempre, según Olalde, impulsar el debate entre los organismos sociales vascos, ayudar en la formación de sus miembros y fomentar la relación entre ellos.

Negó que Joxemi Zumalabe Fundazioa fuera la sucesora de ASK, y explicó que «no tiene nada que ver» en su estructura, objetivos y forma de trabajar. «Cuando me enteré de que nos acusaban de eso me quedé con la boca abierta», señaló.

A este respecto, rechazó que nadie del patronato de la Fundación hubiera actuado en nombre de esta organización política, «ni de KAS, ni del PNV, ni del PSOE ni de ningún partido».

Asimismo, afirmó que tampoco han impulsado ninguna campaña de desobediencia civil tal como sostiene el fiscal. Sí que impulsaron unas jornadas sobre este tema en 1997, «porque era interesante y para fomentar el debate entre los grupos», al igual que han abordado otros temas durante su trayectoria.