Recomiendo:
0

Con Iván Duque, Colombia vivió el año del cangrejo

Fuentes: Rebelión

A pocos días de cumplir su primer año en la Presidencia, el panorama para la celebración del 7 de agosto luce ensombrecido y en el imaginario de los colombianos, lo que se está viviendo, es el «año del cangrejo». En otras palabras, caminando hacia atrás. Esa es la percepción generalizada. La comparten 67 de cada […]

A pocos días de cumplir su primer año en la Presidencia, el panorama para la celebración del 7 de agosto luce ensombrecido y en el imaginario de los colombianos, lo que se está viviendo, es el «año del cangrejo». En otras palabras, caminando hacia atrás. Esa es la percepción generalizada. La comparten 67 de cada 100 nacionales.

Los escándalos de corrupción en varias instituciones, entre ellas el Ejército; el aumento del asesinato de líderes sociales y defensores de derechos humanos (más de 400 en el último año); una inflación galopante a pesar de las cifras maquilladas del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), y el crecimiento del desempleo, que se ubica hoy en el 9,4%, son los ingredientes para que millares de personas experimenten desesperanza. Por eso, al ser encuestados, reflejaron su percepción de que Duque perdió el norte y que Colombia avanza cada vez de mal en peor.

En lo que sí es hábil, es en el manejo de su imagen pública. A costa del erario de los colombianos se convirtió en el presidente viajero. Vende la imagen de un paraíso y de él, como el nuevo mesías. Ha realizado 19 recorridos internacionales desde que asumió las riendas del país. Hay quienes aseguran, con sobrada razón, que tiene un récord mayor que el Papa Francisco.

Crece desaprobación

A pocos meses de que asumiera el poder, la firma encuestadora Invamer, reveló que solamente el 27,2% de los colombianos tenían una apreciación aprobatoria de Duque. El nivel de pesimismo frente al futuro de Colombia era del 73,8%. Era noviembre del 218.

En marzo del 2019, el nivel de aprobación no había crecido mucho, al menos no como él y su equipo de colaboradores lo esperaban. Estaba en un 32% y el nivel de pesimismo frente a lo que venía para el país, era del 81%. La auscultación ciudadana era de la firma Gallup Poll.

La de julio del año en curso, pareciera alentadora para sus seguidores: el 37% de los colombianos tienen una voz aprobatoria de la gestión de Iván Duque. De la mano con las estadísticas, la encuesta que realizó Invamer, señala que el 68% de los colombianos, consideran que las cosas van por mal camino.

Sin el apoyo mayoritario del Congreso

En un país polarizado como Colombia, también lo está el Congreso, aun cuando con diversos matices. Es evidente que cada quien, desde la curul, defiende sus propios intereses. Pese a esa realidad, que salta a la vista, lo más probable es que en octubre próximo, se repita el ciclo de elegir a los mismos con las mismas para Gobernaciones, Alcaldías, Asambleas Departamentales y Concejos Municipales. Las ironías de un país que permanece aletargado por los encantos que promueven los chamanes politiqueros.

Las iniciativas que hacen tránsito en la Cámara de Representantes y el Senado, son irrelevantes en su gran mayoría. Muchas de ellas no tienen impacto para el país. Incluyen condecoraciones a «hombres ilustres» y exaltaciones a diestra y siniestra. El peligro que se corre, al entrar al recinto de los congresistas, es que terminen condecorándolo por cualquier cosa.

El país del rebusque

La tasa de desempleo en junio, de acuerdo con el DANE, es de un 9,4%. En términos parroquiales, 2,3 millones de colombianos viven del rebusque. Le ponen la «trampa al centavo» vendiendo mercancías en las calles, rifas, dulces en los buses de transporte urbano e intermunicipal y en las mil y una maneras que pueden ingeniarse para no acostarse con hambre.

Esa es la realidad que no nuestra Iván Duque en sus viajes al exterior cuando habla de Colombia como una tierra de oportunidades. El aumento de la desocupación agrava el drama de la pobreza. Y en los campos, el desestimulo subsiste, ahondado por la permanencia de las aspersiones aéreas con glifosato, aun cuando está probado que tiene efectos cancerígenos entre las comunidades.

Y la inconformidad persiste

Quedan, después del 7 de agosto próximo, tres años más de gobierno. La inconformidad persiste. Lo expresan de muchas maneras las organizaciones sociales. Y no falta quienes consideran que restan aún tres años de incertidumbre, con el «buque a la deriva» sin un norte claro hacia el cual dirigirse.

Días, semanas y meses en los que proseguirá proponiendo soluciones a los problemas de Venezuela y alentando el éxodo, al tiempo que los colombianos se mueren de desnutrición en el Chocó y La Guajira, y en común escuchar los disparos que anteceden la muerte de líderes sociales y defensores de los derechos humanos.

Blog del autor: www.cronicasparalapaz.wordpress.com

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.