La Sección Decimoséptima de la Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a un gerente de planta de El Corte Inglés (del Centro de Preciados) por acosar sexualmente a una subordinada, según figura en la sentencia. El acosador tendrá que cumplir una pena de doce fines de semana de arresto que, de acuerdo al Código Penal, […]
La Sección Decimoséptima de la Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a un gerente de planta de El Corte Inglés (del Centro de Preciados) por acosar sexualmente a una subordinada, según figura en la sentencia.
El acosador tendrá que cumplir una pena de doce fines de semana de arresto que, de acuerdo al Código Penal, será sustituida en el trámite de ejecución de sentencia por la de multa o por la de trabajo en beneficio de la comunidad. Además, el condenado deberá indemnizar a la denunciante con 1.000 euros de acuerdo al fallo del 10 de enero de 2007, que revoca la sentencia absolutoria dictada por el Juzgado de lo Penal número 23 de Madrid, recurrida en su día por ambas partes.
Según denunciaron los responsables sindicales, el auto judicial da por probados todos los términos de la denuncia, y condena a un personaje que durante varios años, y con pleno conocimiento de la Dirección de Personal y del Centro, actuó de forma similar con muchas otras trabajadoras, valiéndose de su puesto y de la impunidad que siempre dan las agresiones de despacho, que nunca no son perseguidas ni castigadas por la Dirección de la cadena comercial.
La denunciante vivió una fuerte agresión entre junio y octubre del año 2003, que se agravó sobremanera cuando los responsables de la Dirección del Centro y de Personal, no solo desatendieron sus demandas de intervención, sino que durante más de un mes dedicaron todos sus esfuerzos a disuadirla y atemorizarla sobre las negativas consecuencias que sobre ella tendría no dejar pasar esa agresión de «su colega».
Ante la actitud de encubrimiento y protección del acosador (Gerente, Accionista de El Corte Inglés y seguro afiliado a FASGA) por parte de la dirección, la trabajadora puso los hechos en conocimiento de los delegados de CC.OO. Esta circunstancia supuso la automática «carta de dimisión» del directivo, que se jubiló o le jubilaron de un día para otro, intentando con ello tapar las responsabilidades en que la Empresa había incurrido al no proteger la integridad y la dignidad de una trabajadora agredida, al amparo de una superioridad jerárquica, que la Dirección no estaba dispuesta a reconocer ni castigar como las leyes y el convenio estipulan.
A partir de ese momento, la trabajadora decidió acudir a los tribunales para que no quedara impune la agresión sufrida y casi tres años después, en los que ha tenido que pasar varias veces por la dura situación de relatar pormenorizadamente ante jueces, abogados, fiscales y peritos, las agresiones de que fue objeto; ha obtenido la sentencia condenatoria.
Ver el texto completo de la sentencia (714 kb.pdf)