La Audiencia Provincial de Gipuzkoa condenó ayer a cuatro guardias civiles a penas de entre cuatro años y medio y dos años y medio de prisión e inhabilitaciones especiales y absolutas por las torturas y lesiones infligidas a Igor Portu y Mattin Sarasola durante el tiempo en que permanecieron incomunidados en sus dependencias. Sentencia íntegra […]
La Audiencia Provincial de Gipuzkoa condenó ayer a cuatro guardias civiles a penas de entre cuatro años y medio y dos años y medio de prisión e inhabilitaciones especiales y absolutas por las torturas y lesiones infligidas a Igor Portu y Mattin Sarasola durante el tiempo en que permanecieron incomunidados en sus dependencias.
La sección primera de la Audiencia Provincial de Gipuzkoa hizo pública ayer la sentencia por la que condena a cuatro de los quince guerdias civiles juzgados por las torturas padecidas por Igor Portu y Mattin Sarasola.
Detenidos el 6 de enero de 2008, los dos lesakarras ratificaron ante el tribunal que fueron torturados por la Guardia Civil durante el tiempo en que permanecieron incomucados.
Durante su declaración coincidieron en que su arresto no fue violento y que tampoco intentaron huir, tal y como sostenía la versión oficial.
El fallo da por probado el relato realizado por Portu y Sarasola y condena al sargento del Grupo de Acción Rápida (GAR) Juan Jesús Casas García, que asumió el liderazgo de la operación, a cuatro años de prisión por un delito de torturas graves, a otros seis meses como autor de un delito de lesiones, además de inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo y a ocho años de inhabilitación absoluta.
También condena al cabo del GAR José Manuel Escamilla Martín a dos años de prisión por un delito grave de torturas, con inhabilitación especial y absoluta, y a seis de prisión por un delito de lesiones.
La condena para el agente Sergio García Andrade de de dos años de prisión por un delito de torturas graves e inhabilitación y ocho días por una falta de lesiones.
Dos años de prisión por torturas graves y ocho días por lesiones es la condena para el guardia civil Sergio Martínez Tomé.
El tribunal impone a Casas y Escamillas 18.000 euros de indemnización a Portu por el daño físico y síquico sufrido y a García Andrade, Martínez Tomé y Casas otros 6.000 euros de indemnización a Sarasola. Declara responsable civil subsidiario a la Guardia Civil.
«Como a Mikel Zabalza«
La sentencia da por probado que los primeros golpes sufridos por Portu y Sarasola -«dirigidos a la zona de la cara y la cabeza de cada activista, dirigidos con la mano y con el puño»- se produjeron una vez detenidos, en el interior del vehículo, donde fueron increpados con las expresiones «hijo de puta, te vamos a matar».
Ya en una pista forestal de tierra, a «diez minutos, más o menos, en coche, del lugar en el que se había producido la detención», a Sarasola, que «permanecía esposado con las manos hacia atrás», los guardias civiles García Andrade y Martínez Tomé le bajaron del vehículo, «le colocaron una pistola en la sien, le dijeron que ‘le iban a hacer como a Mikel Zabalza’ [joven que apareció «ahogado» tras haber sido detenido por la Guardia Civil y estar «desaparecido» varias semanas], le empujaron, le tiraron cuesta abajo y, cuando estaba en el suelo, le endilgaron una serie de patadas en los costados, en las piernas, así como un elenco de puñetazos por todo el cuerpo, llegando a colocarle una bota del pie en la cabeza».
La sentencia recoge que Portu, que estaba en otro patrol, y los guardias civiles que estaban con él vieron cómo Sarasola era conducido monte abajo, «escuchando, instantes después, un fuerte ruido que, por sus características, pudieron asociar a un disparo».
«Cinco días para hacer con él lo que quisieran»
Despúes de que devolvieran a Sarasola al vehículo militar, el sargento Casas y el guardia civil Escamilla, entre otros, sacaron a Portu del coche entre empujones y le condujeron monte abajo. El fallo relata que, cerca del río, le «propinaron patadas, en las extremidades inferiores, puñetazos en el vientre, un puñetazo, de gran intensidad, a la altura de la parte inferior de la octava costilla, alcanzado la novena y la décima. En la explanada del río le introdujeron la cabeza en el agua».
Indica que repitieron «dos o tres veces más la sumersión» mientras le preguntaban si era de ETA . «Levántandole de los tobillos, le hicieron tragar aagua. Le sacaron y le subieron monte arriba, mientras le iban diciendo ‘que estos eran los primero cinco minutos y que tenían cinco días para hacer con él lo que quisieran'».
Horas después ingresó en la UCI del Hospital Donostia con pronóstico de gravedad. Permaneció 27 días hospitalizado.