La justicia alemana ha condenado a dos españoles de 20 y 28 años a una pena de 9 meses de prisión para el primero y de 10 para el segundo por su participación en los incidentes violentos que se produjeron el sábado pasado en la ciudad portuaria alemana de Rostock durante la primera gran manifestación […]
La justicia alemana ha condenado a dos españoles de 20 y 28 años a una pena de 9 meses de prisión para el primero y de 10 para el segundo por su participación en los incidentes violentos que se produjeron el sábado pasado en la ciudad portuaria alemana de Rostock durante la primera gran manifestación contra la cumbre del G 8 que se celebra desde ayer en la cercana Heiligendamm. La protesta se saldó con casi medio millar de heridos.
Los dos españoles, cuyas identidades no han sido reveladas, han sido condenados por un tribunal de Rostock en un juicio rápido. A ambos se les imputa un delito de desórdenes públicos. Además, al joven de 20 años, que según la agencia France Presse se llama Raúl, se le considera culpable de haber causado «heridas corporales graves». En el caso del español de 28 años, se le atribuye «haberse tirado repetidas veces sobre unos policías». Junto a los españoles también han sido condenados un ciudadano alemán y otro polaco.
Las defensas de todos ellos han cuestionado la legitimidad de estos procedimientos y han considerado que se llevan a cabo precipitadamente, sin pruebas concluyentes. Se trata de las primeras condenas contra manifestantes violentos y se espera que su dureza tenga un efecto disuasorio para los próximos dos días de la cumbre del G 8, que termina el viernes. Según la policía, cerca de 2.000 miembros de grupos extremistas, potencialmente violentos, están presentes estos días en Heiligendamm y alrededores. En los días pasados se ha juzgado e impuesto también penas de cárcel a varios manifestantes, entre ellos dos alemanes, un ucraniano y una belga.
Autorizados a actuar con contundencia
El Tribunal Constitucional alemán ha confirmado una sentencia del Tribunal Superior Administrativo de Greifswald que prohíbe las concentraciones o manifestaciones en un radio de 5 a 10 kilómetros de la valla de seguridad que rodea Heiligendamm.
Aunque los jueces han expresado ciertas reservas, la sentencia supone que manifestaciones como las del miércoles estarán prohibidas a partir de ahora y permitirán a la policía actuar con contundencia ante cualquier grupo de activistas que trate de acercarse a la zona de seguridad.