[Nota: este texto resume mi intervención en la jornada «Ciclo electoral, movilización social y cambio político», celebrada en la Casa de la Cultura de Santa Amalia (Badajoz) el domingo 21 de agosto de 2016, dentro de las denominadas «Conversaciones en Santa Amalia» organizadas por el colectivo Reacciona Don Benito]. Buenos días a todas. En nombre […]
[Nota: este texto resume mi intervención en la jornada «Ciclo electoral, movilización social y cambio político», celebrada en la Casa de la Cultura de Santa Amalia (Badajoz) el domingo 21 de agosto de 2016, dentro de las denominadas «Conversaciones en Santa Amalia» organizadas por el colectivo Reacciona Don Benito].
Buenos días a todas. En nombre del colectivo Reacciona Don Benito, sed bienvenidas a la tercera sesión de estas Conversaciones en Santa Amalia, después de las celebradas los pasados 16 de abril y 22 de mayo, dedicadas respectivamente al análisis y debate de la actualidad política y la estructura económica de Extremadura.
Estas Conversaciones en Santa Amalia constituyen nuestra primera iniciativa de calado después de un año muy difícil para nosotras, en el que hemos debido superar durísimos contratiempos y ha llegado a estar en cuestión nuestra misma continuidad como colectivo político. Con no pocas penalidades políticas y personales hemos atravesado ese trance crítico y seguimos activas y fieles al propósito de contribuir en la construcción de unidad y poder popular en nuestro municipio, nuestra comarca y nuestra región, como venimos practicando modesta pero decididamente desde nuestra fundación en la primavera de 2013.
El objetivo de estas Conversaciones es doble. Queremos, en primer lugar, ofrecer un marco óptimo para la transferencia de conocimiento y el debate político plural, sosegado, argumentado y honesto entre distintas experiencias activistas de nuestra región. Y también queremos, sobre la base del conocimiento y reconocimiento mutuo que la participación en este tipo de debates genera, fomentar el desarrollo de redes de confianza y cooperación, bilaterales o multilaterales, entre sus participantes individuales y colectivos.
Creemos que el primero de estos objetivos se viene cumpliendo con creces en unas Conversaciones en las que ya habéis contrastado pareceres, en un ambiente efectivamente plural, sosegado, argumentado y honesto, compañeras de movimientos sociales, iniciativas municipalistas, sindicatos o partidos políticos de Don Benito, Santa Amalia, Orellana, Campanario, Mengabril, Carcaboso, Villafranca, Talaveruela, Guadiana, Torremayor, Miajadas, Badajoz, Cáceres, Mérida y otras localidades de toda la región. Más lentamente, también va cumpliéndose el segundo objetivo, y algunas activistas y colectivos que os estáis conociendo y reconociendo en estas Conversaciones ya estáis colaborando en diversas iniciativas.
Permitidme, antes de entrar en la materia enunciada en el título de esta tercera Conversación, unas reflexiones sobre el propósito que las anima.
En el marco de los estudios académicos y científicos de los movimientos sociales, el llamado «enfoque cognitivo», analiza los movimientos como sujetos sociales productores de conocimiento. En tanto los productores más institucionalizados de conocimiento, como el sistema educativo o los grandes medios de comunicación, responden a intereses casi siempre ajenos y contrapuestos a los de los movimientos, estos deben, para poder determinar de forma autónoma sus propios objetivos y estrategias, elaborar su propio conocimiento de su entorno y de sí mismos.
En Extremadura carecemos hoy de instrumentos para construir y transmitir colectivamente ese conocimiento. En Extremadura no disponemos de un periódico como Diagonal, una radio como Radio Klara, un espacio televisivo como La Tuerka o una editorial como Traficantes de Sueños para construir una verdadera esfera pública alternativa extremeña, en la que todas pudiésemos informar e informarnos, ofrecernos o pedirnos explicaciones, razonada y públicamente, sobre los procesos políticos en los que estamos participando. Remitiéndonos a la más inmediata coyuntura, ¿cuántos debates públicos y plurales se han celebrado en Extremadura después de las elecciones del 26-J, en los que hayamos podido escuchar o leer a cargos públicos y dirigentes políticos, responsables de campaña, activistas o intelectuales analizar y contrastar sus análisis sobre unos resultados y un escenario post-electoral que, en esto creo que estaremos todas de acuerdo, exigen ser analizados, o sobre la actual tendencia a la desmovilización social, que todas detectamos, a todas nos preocupa y todas comentamos informalmente en nuestro entorno militante más inmediato?
En ausencia de esta esfera pública alternativa extremeña y de estos debates plurales y públicos entre sus activistas y organizaciones, abunda en cambio en Extremadura la radio macuto en forma de redes sociales o sistemas de mensajería (y sus respectivos e insidiosos pantallazos), plagados de prensa rosa orgánica, consignas, rumores, prejuicios, acusaciones o insultos, un pastoso magma de habladurías sin sustancia entre las que los asuntos políticos, económicos, sociales, medioambientales o culturales verdaderamente relevantes para nuestra tierra, nuestro pueblo, nuestros movimientos y nuestras luchas apenas logran hacerse hueco, y no digamos ya, generar un debate cooperativo y perdurable.
Es por eso que apenas existe en el campo político transformador una teoría crítica, ni política, ni económica, ni social, ni medioambiental ni cultural, del presente extremeño, como apenas existe tampoco una memoria institucional de nuestros movimientos sociales y sus luchas. El conocimiento militante elaborado sobre nuestro entorno, y sobre nosotras mismas como agentes para su transformación, se elabora y transfiere casi siempre entre pequeños grupos de afines en ambientes cerrados, de modo habitualmente informal y muy sesgado, y no logra acumularse y madurar como patrimonio común de nuestros movimientos e instrumento articulador y orientador de nuestras luchas. Y estas carencias tienen, inevitablemente, repercusiones prácticas: en Extremadura, cada nueva lucha debe empezar casi siempre desde cero y, esparcidos como estamos en los 44.000 kilómetros cuadrados y casi 400 municipios de nuestra extensa geografía, casi siempre muy sola.
Aunar esfuerzos desde la pluralidad para empezar a ponerle remedio a todo ello es el sentido último de estas Conversaciones en Santa Amalia.
Muchas gracias por vuestra atención.
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