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Entrevista a Fares Abu-Dakka, activista palestino residente en Valencia

«Continúan siendo necesarias las movilizaciones contra el genocidio del pueblo palestino»

Fuentes: Rebelión

Fares Abu-Dakka reside en Valencia desde hace cinco años. Actualmente es miembro de Palestina Lliure y de la ONG «Aire y Luz», que trabaja en proyectos de agricultura y desarrollo en la franja de Gaza.Su familia reside en la localidad e Abasan, en la franja de Gaza. Abandonaron su hogar, como otras muchas familias palestinas, […]

Fares Abu-Dakka reside en Valencia desde hace cinco años. Actualmente es miembro de Palestina Lliure y de la ONG «Aire y Luz», que trabaja en proyectos de agricultura y desarrollo en la franja de Gaza.
Su familia reside en la localidad e Abasan, en la franja de Gaza. Abandonaron su hogar, como otras muchas familias palestinas, tras la invasión del ejército israelí. Lograron sobrevivir pero su hogar quedó sin luz, agua y línea telefónica por el impacto de un misil. «Tuvimos la suerte que no han tenido las 100.000 personas que han perdido su hogar», explica Fares. «Ninguna casa se ha librado del terror de la máquina de guerra sionista», añade. Entre sus conocidos, Fares cuenta que un amigo ha perdido a su hermano; otro amigo ha perdido a una prima embarazada, su marido, la madre y dos primos.

-¿Qué trabajo estáis desarrollando desde la comunidad palestina, en el País Valenciano y en el estado español, ante la situación tan grave que se vive en Gaza?

Desarrollamos un trabajo de sensibilización más intenso debido a las circunstancias actuales. Además, realizamos movilizaciones en la calle para poner de manifiesto nuestra condena a los ataques israelíes. El resto, es trabajo que realizamos diariamente: charlas, muestras fotográficas y trabajo en institutos con los menores para concienciarlos de la realidad que se vive en Palestina.

-¿Existe algún movimiento de coordinación de los ciudadanos palestinos residentes en el estado español?

Si, tanto en el País Valenciano como en Madrid y Cataluña, entre otros lugares, existe una coordinación a través de las comunidades palestinas, y que también se extiende a la comunidad árabe.

-¿Cómo valoras la respuesta de la sociedad española? ¿Y de los políticos españoles, particularmente del gobierno de Rodríguez Zapatero?

La respuesta de la sociedad española ha sido muy positiva. Ha salido a la calle para expresar su solidaridad con el pueblo palestino. Además, ha habido manifiestos muy claros por parte de intelectuales, artistas, y de otros colectivos. En cambio, el gobierno de Zapatero no ha estado a la altura. Se ha pronunciado tarde, y en términos únicamente humanitarios (que son positivos, pero no los que llevarán a la solución del conflicto). El Gobierno español tampoco ha sido capaz de tomar ninguna medida de presión, ni condena clara a la política sionista del gobierno de Israel.

-¿Van a continuar las movilizaciones en el estado español y en toda Europa?

Probablemente si, porque la situación de alto el fuego ha sido unilateral y precaria, y esto hace imprevisible lo que pueda suceder en los próximos días en la franja de Gaza. Tampoco hemos de olvidar que, a pesar del alto el fuego, la ocupación continúa y el cerco también. Las movilizaciones son necesarias.

-¿Piensas que los medios de comunicación españoles están ofreciendo una visión ajustada a la realidad de lo que está ocurriendo en Gaza?

Rotundamente no. Creo que muestran una visión muy sesgada de la realidad, influida por los intereses económicos y políticos de los grupos de comunicación como Prisa, por no hablar de la prensa reaccionaria, y por supuesto del gobierno.

-¿De qué manera pueden apoyar los ciudadanos del estado español la causa del pueblo palestino? ¿Cuál es la línea de colaboración que más puede beneficiar en esta lucha?

Existe una manera muy fácil y efectiva de colaborar. Es el boicot académico y comercial a Israel, y a aquellos que les apoyan. Esto significa el boicot a las instituciones o individuos que participan en las mismas, que apoyan los crímenes cometidos contra la población palestina, así como la política del apartheid por parte de Israel.

-¿De qué manera pueden participar los ciudadanos en este boicot?

Todos los ciudadanos españoles y europeos que estén a favor de que los palestinos obtengan sus derechos legítimos (políticos y como seres humanos) deberían presionar a sus gobiernos para que cesara el apoyo a Israel, a nivel militar y financiero. España es uno de estos países. También son importantes las demandas judiciales por crímenes de guerra, que van a iniciar abogados de derechos humanos en Francia y otros países contra dirigentes israelíes. No ha de ocurrir lo mismo que con Ariel Sharon, que en Bélgica fue sometido a un juicio injusto que lo dejó libre.

-¿Y qué medidas de fuerza deberían considerarse contra el gobierno sionista?

Lo más efectivo seria que, la comunidad internacional y, en concreto, la Unión Europea, adoptara medidas de presión como la suspensión del acuerdos preferentes con Israel, así como el aislamiento político del gobierno sionista. Pero no hemos de olvidar que Israel se ha acostumbrado durante muchos años a violar la ley internacional, sin ser interrogado ni castigado por ello.

-¿Por qué piensas que se han producido justo ahora los bombardeos sobre Gaza, de una manera tan salvaje e indiscriminada?

En realidad, el estado sionista se estaba preparando para este ataque desde hace más de seis meses. De hecho, la última tregua entre Hamas e Israel fue el tiempo que necesitaban de preparación. Una de los razones más claras es la carrera entre Tzipi Livni, Ehud Barak y Binyamin Netanyahu hacia las elecciones en el próximo mes de febrero. Además, han aprovechado los últimos días de Bush y el espacio entre el cambio de presidente en Estados Unidos.

-¿Opinas que es correcta la expresión «genocidio» para definir lo que está ocurriendo en Gaza?

El 9 de diciembre de 1948, a la sombra del Holocausto, las Naciones Unidas aprobaron una Convención para la Prevención y la Sanción del delito de Genocidio. Se establece que el «genocidio» es un crimen internacional perpetrado con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso. No me cabe ninguna duda que la expresión «genocidio» es lo más correcto para definir lo que está pasando en Gaza. Así lo piensan, por ejemplo, los catedráticos de Derecho Penal que han firmado un manifiesto en ese sentido. Estamos ante un capitulo más de una serie bien estudiada de genocidios aplicados al pueblo palestino anterior incluso a la proclamación del estado sionista.

-¿Cómo valoras la respuesta de Estados Unidos a los ataques perpetrados por Israel? ¿Cambiarán las cosas tras la elección de Obama?

No se puede calificar la postura de Estados Unidos como una «reacción». Estados Unidos era parte del plan y eso era evidente en el apoyo político que ha prestado a Israel. Por otra parte, el mundo entero espera mucho de Obama. Pero en cuanto a Oriente Medio pienso que no cambiarán las cosas. La influencia del lobby israelí es fuerte y controla muchas de sus administraciones. Además, son el congreso de Estados Unidos y los institutos de investigación los que establecen las políticas sobre oriente medio, en forma de recomendaciones presentadas al presidente.

-¿Y en cuanto a la Unión Europea?

La Unión Europea no es tan diferente. Francia, Gran Bretaña, y Alemania tenían conocimiento de los ataques de Israel por adelantado. Han repetido el lema de «Israel tiene derecho a defenderse» y, desde el primer día, coordinaron con diferentes países, sobre todo Egipto, la traducción de los ataques militares en un plan político que cumpliera las exigencias israelíes. Unos días después, ya con las fotografías del derramamiento de sangre en Gaza, suavizaron este apoyo, aunque sólo verbalmente. La UE pretende una «solución de seguridad» que sólo satisfaga las demandas de Israel o, lo que es lo mismo, acabar con toda resistencia a la ocupación.

-¿Qué opinión te merece el alto el fuego acordado recientemente?

El alto el fuego unilateral declarado por Israel planteaba dos escenarios. El primero era la invasión de Gaza y el comienzo de un proceso de destrucción de Hamas y la resistencia. Esa opción es arriesgada para Israel y no responde a la pregunta ¿Qué ocurrirá después de destruir a Hamas? La destrucción de Hamas no pone fin de la resistencia. Por el contrario se iniciaría una nueva forma de resistencia sin liderazgo político y, por tanto, sin la posibilidad de llegar a acuerdos. La otra opción es declarar el alto el fuego manteniendo el bloqueo en Gaza. Pero el problema en este caso es que para el inicio de la reconstrucción hay que romper el cerco. En Gaza hay actualmente más de 20.000 casas destruidas y más de 100.000 personas sin hogar. Esto sin considerar las infraestructuras públicas destruidas.

-Por último, ¿Consideras que el mundo árabe, particularmente, Egipto, Jordania y Arabia Saudí, han abandonado al pueblo palestino?

La mayoría de los países árabes y, sobre todo, los que han apoyado los ataques a Gaza, ya desempeñaban un papel importante durante el bloqueo. Son países gobernados durante mucho tiempo por dictaduras. Los gobernantes no tienen legitimidad interna, y la única manera de continuar en el poder es mantener la opresión de sus pueblos. Sustituyen, en este sentido, la falta de legitimidad interna por la ayuda extranjera, que sólo Estados Unidos y a veces la Unión Europea puede proporcionar. Además, durante décadas la «cuestión palestina» ha sido una forma para los pueblos árabes de expresar las frustraciones contra los regímenes que soportan y la situación política y económica en la que viven. Estos regímenes están interesados en «liquidar» la cuestión palestina y silenciar a Hamas.