De Bush «el canalla» a Kerry «la Nada» El marco global y la señal de partida de la nueva etapa de la campaña permanente contra Cuba fue anunciado por Powell, en mayo, cuando presentó a Bush el informe elaborado por la denominada «Comisión de Asistencia para una Cuba Libre», un organismo que prefigura en su […]
De Bush «el canalla» a Kerry «la Nada»
El marco global y la señal de partida de la nueva etapa de la campaña permanente contra Cuba fue anunciado por Powell, en mayo, cuando presentó a Bush el informe elaborado por la denominada «Comisión de Asistencia para una Cuba Libre», un organismo que prefigura en su composición, con un descaro muy norteamericano, cuáles serían los límites de la soberanía de una isla «democratizada» por Washington.
Las propuestas iban rubricadas con una frase inquietante, de valor publicitario, que expresaba el objetivo global y la urgencia del mismo: la finalidad de las medidas recomendadas en el informe -decía- es la de provocar un «fin expedito a la dictadura en Cuba».
Inmediatamente, la limitación de los viajes a Cuba de los cubano-americanos con familiares en la isla, la reducción de los gastos en las visitas que ahora sólo pueden hacerse una vez cada tres años en lugar de anualmente, y el severo recorte de las remesas enviadas a los familiares, introdujeron un poco más de dolor gratuito en las familias asentadas a ambos lados del estrecho de la Florida, algunas dificultades adicionales para la economía cubana, y un poco más de crueldad en la bárbara política exterior de los EEUU.
El presidente Bush consideraba que una buena combinación de medidas restrictivas de aplicación inmediata y de amenazas de invasión venían bien a su campaña electoral en el estratégico estado de Florida, el escenario político familiar bajo gobierno de su hermano Jeb, muy propicio para fraudes de extraordinaria rentabilidad y fácilmente avalados por el Tribunal Supremo.
Más tarde, Kerry o la Nada, el aspirante del partido demócrata que actúa con tal desgana competitiva como si se tratara de un fan secreto del actual presidente de los Estados Unidos, incluyó el tema cubano en su programa para todo uso: la simpática fórmula de seguir la misma política neofascista, de banda criminal, de Bush pero anunciando a los cuatro vientos la «multilateralización de la unilateral voluntad soberana de los Estados Unidos».
Aplicada al asunto cubano la idea de Kerry carece también de cualquier rastro de originalidad y de viabilidad: organizar a la comunidad latinoamericana para terminar con la revolución. Estructurar un «bloque latinoamericano» para terminar con el «régimen de Fidel Castro en Cuba».
Desde el Panamá de Papá Bush, Mireya Moscoso
Después, Mireya Moscoso, la cabal presidenta para el Panamá que fue fabricado por la invasión de los marines en diciembre de 1989 -con el propio Powell de jefe de Estado Mayor en aquella operación que arrasó la capital y causó centenares de muertos en el barrio popular de Chorrillos-, no tuvo inconveniente en ejercer el oficio de terrorista de retaguardia indultando a los cuatro terroristas de vanguardia condenados por un intento de asesinato del presidente de Cuba, y de decenas o centenares de personas más que iban a escuchar a Fidel en el Paraninfo de la universidad panameña.
Moscoso es una indignidad más para los panameños que vieron encolerizados como su país se convertía de nuevo en una agencia bancaria en la que se lavaba y se negociaba buena parte del dinero sucio del narcotráfico, y una vocecita que traducía del inglés las consignas continentales de los Estados Unidos. Moscoso es promotora intelectual de cualquier crimen que a partir de ahora puedan realizar o inducir los indultados Luis Posada Carriles, Gaspar Jiménez Escobedo, Guillermo Novo Sampoll y Pedro Ramón Rodríguez. Moscoso es «cómplice necesaria» del terrorismo internacional al servicio de los Estados Unidos, y de paso «mercenaria del terror», cobrando en dólares contantes y en favores económicos, su ofensa criminal al pueblo de Cuba, su desprecio por las leyes internacionales que le obligaban ante Cuba y Venezuela, y su indiferencia ante el riesgo de muerte que habían sufrido centenares de jóvenes panameños, izquierdistas claro, y por ello despreciable carne de cañón en los planes criminales de Carriles y en el indulto de la infame presidenta panameña.
La Moscoso cumplió un trabajo especial al señalar la ilimitada bellaquería con la que se puede actuar al servicio de los Estados Unidos. La presidenta apuró los días finales de su mandato para incurrir en graves delitos internacionales, dando testimonio fehaciente de la absoluta inmoralidad y la total impunidad de la política contra Cuba de los Estados Unidos y la de todos sus agentes.
Mireya Moscoso violó sus poderes constitucionales pero se mantuvo dentro del fuero imperial de los Estados Unidos a cuyo embajador rindió cuentas del «indulto humanitario» del asesino múltiple Posada Carriles. Antes de ello se había quejado, «patrióticamente», de la interferencia de una Cuba que exigía justicia «en los asuntos internos panameños».
La lengua española sirve al Imperio
El III Congreso Internacional de la Lengua Española que se realizará en noviembre, en la ciudad de Rosario, en Argentina, ha decidido no invitar ni a Gabriel García Márquez, escritor colombiano, premio Nobel de Literatura, ni a Roberto Fernández Retamar, poeta cubano, presidente de La Casa de las Américas.
La presidenta de la Comisión organizadora, Magdalena Faillace, subsecretaria de Cultura, se refirió evasivamente al «grave pecado» cometido por el primero -«había tenido una presencia bastante alborotadora» en el I Congreso celebrado en Zacatecas (México) al proponer que el idioma español prescindiese de ciertas reglas de ortografía- para justificar su exclusión como invitado de honor a este Congreso, advirtiendo seguidamente que han sido las Academias de la Lengua de los diversos países las que han decido prescindir del premio Nobel y descomunal escritor en lengua castellana.
No obstante la soberanía sobre el Congreso que pretenden tener tan insignes instituciones, son promotores privados los que deben financiar los costes de un evento que sorprendentemente no pueden cubrir ni el gobierno argentino ni tampoco las mencionadas Academias. Sea cual sea la responsabilidad de unos y otros, los organizadores o los promotores de algo que suena tan serio como el III Encuentro Internacional de la Lengua Española, deberían explicar de manera menos escandalosa la exclusión de Gabo y también la de Fernández Retamar, magnífico poeta cubano y, sobre todo, presidente de una de las instituciones culturales más prestigiosas de América Latina, la cubana Casa de las Américas, protagonista primera en la enorme tarea del conocimiento, la difusión, el estímulo y la conservación de la cultura en todas sus manifestaciones, y con ella, inseparablemente de ella, del estudio de la problemática social de los pueblos del continente.
El asunto de la eliminación de Retamar fue zanjado sin más explicaciones: «Sobre Fernández Retamar, como hacen ustedes, los periodistas, pondría signos suspensivos» -contestó a una pregunta sobre el tema la presidenta de la Comisión organizadora-, pese a que el evento pondrá especial énfasis, según han destacado los responsables, «en las graves consecuencias que la exclusión, el hambre y la pobreza que afectan a los países de la comunidad iberoamericana, tienen en lo que respecta al uso de la lengua en una época globalizada y al acceso a la educación y a los bienes culturales que ello posibilita como condición imprescindible».
La ausencia de intelectuales cubanos entre los invitados de honor de un evento en el que va a «enfatizarse» sobre la relación entre la exclusión social y la cultura, y sobre el uso de la lengua y el acceso a los bienes culturales de toda la población, es un absoluto contrasentido, inapreciable al parecer para los ilustres miembros de las Academias de la Lengua y para las empresas patrocinadoras(1).
Las culturas académicas de muchos países -no la de Cuba- excluyen algunos conocimientos fundamentales sobre la historia inmediata. Eso permite explicar como el conjunto de las Academias de la Lengua es incapaz de recordar el trabajo constante de Cuba para garantizar efectivamente el correcto y amplio uso de la lengua a todos sus ciudadanos, así como el acceso universal a la educación y a los bienes culturales. Más aún, olvidan también el gigantesco esfuerzo de Cuba en el desarraigo del analfabetismo en muchos otros países -Nicaragua y últimamente, Venezuela, serían los ejemplos principales en el ámbito latinoamericano-. La Misión Robinson, en Venezuela, que alfabetizó e incorporó al sistema educativo a un millón y medio de personas, fue realizada con un programa de alfabetización elaborado en Cuba. Desconozco si la pedagoga cubana, Leonela Relys, creadora del método de alfabetización «Yo sí puedo», quien sin duda podría «enfatizar» con conocimiento pleno sobre la relación entre la exclusión social, la pobreza y la cultura, va a ser, como debiera, una de las invitadas de honor del III Congreso Internacional de la Lengua Española.
Tal vez, en el marco mercantil de la cultura en el que se mueve un encuentro que no ha conseguido unos modestos fondos públicos y ha tenido que recurrir a promotores privados, Leonela enfatizase demasiado en ese «sí puedo» que suena como llamada urgente a los poderes públicos, como reto que no permite evasivas.
Es posible que esa llamada resultase intolerable para la mayoría de los 22 jefes de estado -entre ellos George W. Bush- que han sido invitados al Congreso.
Balada tramposa del que Nunca fue a Granada
En la ciudad andaluza de Granada el ayuntamiento ha aprobado una moción en la que se concede al poeta cubano Raul Rivero, condenado por los tribunales de Cuba a veinte años por un «delito intencional y consumado de realizar actos contra la independencia o la integridad territorial del Estado», el estatuto de refugiado político durante un año. Rivero es presentado como «prisionero de conciencia».
La abstracción sobre las actividades de Raúl Rivero es absoluta. Rivero es, para los concejales de Granada, simplemente, un poeta. Un poeta perseguido.
La realidad, sin embargo es muy distinta. Raúl Rivero ha encajado su trabajo intelectual dentro de un marco muy concreto y perfectamente definido, el de las actividades programadas y detalladas dentro de la ley Helms-Burton que regula el intervensionismo de los Estados Unidos contra la revolución cubana.
Raúl Rivero ha sido organizado como «periodista independiente» por la Sección de Intereses de Washington en La Habana. Desde esa embajada, los Estados Unidos, el país que ha realizado durante décadas actividades terroristas que han originado millares de víctimas en Cuba, ha determinado con precisión la actividad de Rivero, le ha dado las orientaciones y los instrumentos para realizar su trabajo, ha financiado sus actividades, y le ha facilitado premios internacionales muy sustanciosos como el concedido Por Reporteros sin Fronteras una organización rabiosamente anticubana. Desde esa peculiar «independencia» Ribero ha trabajado con todos y para todos los enemigos de Cuba, organizaciones y medios de comunicación, desde la Fundación Cubano Americana, hasta Radio Martí o el Herald Tribune.
Para los ediles de Granada poco importa que el poeta Rivero haya convertido su actividad intelectual en una mercancía política al servicio de un imperio que está violando todas las leyes internacionales y llevando la devastación al mundo. Tampoco importa que se haya convertido él mismo en mercancía valorable precisamente por su traición a Cuba, Rivero, el «disidente», ha sabido venderse en el mercado más rentable: el de los enemigos históricos de la revolución y la independencia de su país.
La hipocresía es absoluta aún cuando se disimule dentro de ese marco abstracto en el que se mueven la inmensa mayoría de los intelectuales y de los políticos en España. Ellos hablan en nombre de la misma Libertad que proclama la brutal política neofascista de Bush y su documento programático, la Nueva Estrategia de Seguridad nacional de los Estados Unidos. Hace algo más de un año dieron una prueba de ello cuando firmaron aquél indigno manifiesto de la Fundación Encuentro, «Contra la represión en Cuba».
Tiene toda la razón la periodista argentina Estella Calloni cuando hace balance de la situación y las amenazas contra América Latina y escribe(2):
Este es el dramático balance que queda después del arrasador paso del huracán neoliberal que asoló a América en estos últimos 25 años…
En este tiempo casi 100 millones de latinoamericanos se convirtieron en pobres y hay 59 millones más de indigentes que hace 20 años.
(…)
El águila sobre nuestras cabezas
Y en este marco es donde se hacen más graves las amenazas contra Cuba y Venezuela por parte de Estados Unidos lo que debe alertar a la región sobre esta campaña, que no es una de tantas en la historia de las dramáticas relaciones entre Washington y América Latina.
George W. Bush,… avanzó con el gesto ampuloso de golpear una vez más a Cuba, amenazar con intervenir, cortar toda posibilidad de ayuda entre residentes en Estados Unidos y sus familiares cubanos.
Pero el candidato demócrata John Kerry no quedó atrás. Tratando de ganar ese electorado habló de buscar un consenso latinoamericano para terminar con Fidel Castro en Cuba,
Hombres como el subsecretario de Asuntos hemisféricos Roger Noriega y sus amigos, el nunca retirado Otto Reich, conspiran a ojos vista, tanto para golpear sin piedad a Cuba y pidiendo la intervención militar, como contra el gobierno del presidente Hugo Chávez en Venezuela.
Washington amenazó el referéndum revocatorio en ese país, buscando subterfugios ante la evidencia de que la oposición no lograría superar la cantidad de votos que necesitaba para vencer a Chávez.
Ese es uno de los escenarios de este tiempo de canallas…
América Latina se juega como nunca su futuro y eso exige una actuación política de enorme responsabilidad y conciencia del momento.
Es imposible dejar de lado estos señalamientos, porque los medios del imperio activados como nunca en la historia, preparan abiertamente el camino de la recolonización de la mano de algunos que se autotitulan- como un título honorífico concedido por ese poder mediático- periodistas ‘independientes’, como si pudieran imponerse o ‘independizarse’ del esquema comercial y de las alianzas políticas y económicas de sus patrones.
Hablan de democracia mirando hacia Estados Unidos, el país que ejerce una dictadura mundial y terrorismo de Estado, que abarca el mundo…
Raúl Rivero, traidor al pueblo cubano, intelectual al servicio de la política estadounidense contra Cuba, no carece de valedores y protectores poderosos empezando por el propio presidente de los Estados Unidos.
Contra ellos, contra su política neofascista, guerrera e inmisericorde con las luchas por la dignidad y la soberanía de los pueblos -de la que se ha convertido en una pequeña pieza el poeta Raúl Rivero-, se manifestó hace algo más de un año el pueblo de Granada.
El ayuntamiento de Granada debería reservar su solidaridad para causas más justas y sobre todo más necesarias.
No debería disputar con Jeb Bush el asilo futuro de Raúl Rivero. En Miami, sin duda, encontrará muchos y mejores amigos.
(1)Aeropuertos Argentina 2000, Aerolíneas Argentinas, Telecom, Telefónica, Endesa, Techint, Autopistas del Oeste y Repsol YPF.
(2)Stella Callón. La dictadura terrorista mundial y América latina en el siglo XXI. Argenpres. 07-09. 2004.