Homenaje a las víctimas del franquismo, por su memoria y para que no haya impunidad con los crímenes fascistas
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica y la Fundación Contamíname han querido rendir un homenaje a las víctimas del franquismo ante el desamparo judicial en el que viven. Muchas personas del mundo de la cultura y el arte, junto con víctimas, sus familiares y los voluntarios de las asociaciones que trabajan en las exhumaciones de las fosas comunes del franquismo, se dieron cinta en el madrileño teatro Bellas Artes para mostrar su apoyo.
Abrió el actor Juan Diego Botto explicando que, en su opinión, esta era un acto de presente, pues el legado de todos aquellos luchadores se mantiene vigente en este tiempo, la Democracia será lo que de ella hagan sus ciudadanos. Después leyó un texto de Emilio Silva, nieto de fusilado republicano, hablando de la justicia y lo que ésta olvida en España. De la justicia, sobre todo de su ausencia, se habló mucho durante el acto, porque somos el país de los desaparecidos, vivimos sobre un gran yacimiento de la impunidad. Pedro Fausto Canales Bermejo, que venía de testificar hoy en el Tribunal Supremo, conmocionado y alegre porque al fin le dejaron contar la verdad, leyó el editorial del New York Times La verdad a juicio en España en el que se hace una crítica severa a la justicia en nuestro país por intentar encausar al magistrado Baltasar Garzón al querer investigar los crímenes del franquismo. En dicho artículo se señala que este juicio es un inquietante eco del pensamiento totalitario de la era de Franco y una ofensa a la Justicia y a la Historia.
Las voces de la memoria son muchas. Se escucharon muchos testimonios, leídos en su mayoría por actores, pero también por los familiares de las víctimas, que pusieron su memoria al servicio de la causa y para que se sepa lo que pasó. Sus palabras desgarraban el corazón al mostrarnos el sinsentido que vivieron. ¿Qué hay de malo en una familia que quiere encontrar los restos que están en fosas comunes, perdidos en las cunetas y sin identificar, para poder darles una sepultura digna entre los suyos?, ¿a quiénes les puede soliviantar este deseo salvo a los propios asesinos?, ¿a quién se encubre cuando la Justicia decide mirar para otro lado? Somos muchos los que seguimos esperando una condena a los crímenes franquistas, porque segaron lo mejor que teníamos, una generación de luchadores y de verdaderos demócratas, e instauraron, a cambio, el régimen del terror. No hay nada peor que se le pueda hacer a un ser humano que matarle por defender sus ideas, por luchar por un gobierno legítimo, y sin embargo, aquí no es delito. Los testimonios son caminos que nos llevan siempre a un antiguo dolor, a frases farfulladas entre dientes para que no se oigan, con miedo, y que dicen que aquí nunca se hará justicia. Se me queda grabada en el corazón la imagen de un nieto viendo llorar a su abuela, con lágrimas silenciosas y entre suspiros.
La Unión de Actores y Actrices de la Comunidad de Madrid se ha sumado a la querella abierta por los crímenes cometidos en España por la dictadura franquista y contra su impunidad. Dicha querella se presentó en Argentina el 14 de abril de 2010 y sigue su curso, tras haber sido aceptada por la jueza María Servini de Cubría. En la sala se encontraban dos de las personas que iniciaron aquella querella.
A veces la música ayuda a esclarecer la justicia, así ocurrió con el Romance del Comandante Moreno que sirvió a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica para establecer el inicio de un proceso de investigación y posterior recuperación de los cuerpos y la honra de un grupo de hombres que formaban la plana mayor del Batallón Galicia. Los asesinaron en el monte del Acebo (Lugo) como bien decía la canción. Para honrar ese recuerdo se vivió un momento especialmente emotivo al proyectarse un vídeo en el que Severiana Murias, una anciana de la comarca, cantaba íntegramente y de memoria el Romance. El cantautor Pedro Guerra, que interpretó Huesos, quiso explicar que cuando se abre una fosa, lo que se encuentra allí son huesos, nada más, pero que cada uno de esos huesos tiene detrás una historia de horror. Luis Pastor reconoció que a los de su generación, rojillos desde los dieciséis, siempre les ha costado decir España, porque significaba franquismo y represión. La España democrática y republicana nos la robaron a todos un 18 de julio. Cantó Los hijos de España y después recitó la canción que dará título a su próximo disco ¿Qué fue de los cantautores?.
Ismael Serrano explicó que la memoria es nuestro último patrimonio, el andamio que nos permite restaurar los agujeros perdidos. Después comentó intimidades del camerino, donde se colaron periodistas de Interecomía para hacer sus manidas preguntas sobre reabrir heridas y el dolor causado por igual en ambas partes. Guillermo Toledo les respondió con valentía, y cuenta Ismael que todos allí sintieron su contestación como de cada uno de ellos. Los periodistas insultaron a los maquis, esos mismos que luego liberaron Francia. Estas cadenas tratan de anestesiarnos, de que miremos hacia otro lado. Afortunadamente hay muchas personas en este país que piden justicia y comparten la necesidad de buscar los restos de tanta gente que aún duerme en las cunetas.
Guillermo Toledo nos exhortó a continuar, pues la lucha antifascita sigue viva. Después leyó dos de los testimonios que quedaron escritos tras unas exhumaciones. Textos que pusieron la piel de gallina por lo directos que resultaron. El primero correspondía a una niña de dieciséis años. Leo Bassi mostró una mirada más internacional, explicando que todo el fascismo que vino luego, el que desembocó en la Segunda Guerra Mundial, era heredero de nuestra Guerra Civil y de la victoria del franquismo. Se planteó que por qué se quedan solo en España las protestas que piden la absolución del juez Garzón. Debemos pedir apoyos fuera, que seguro los encontraremos, y recurrir a las instancias europeas.
El jurista José Antonio Martín Pallín explicó que el lenguaje de las leyes es seco y desabrido, pero que a veces deja espacios para la comprensión. Garzón cumplió con su deber y de buena fe se puso a investigar los crímenes franquistas, así que sus acciones no son condenables. A estos crímenes, Pallín los tildó del holocausto de los demócratas españoles y no le faltó razón, pues fue algo sistemáticamente planificado y ejecutado desde el poder. Esta causa contra Garzón nos hace perder la credibilidad de los jueces. Aprovechó para señalar la muestra de dignidad de los testigos, que además significa un aldabonazo en la conciencia de algunos españoles. La democracia tiene una deuda con el pasado.
En cierta manera, a nuestra generación nos toca un papel de pasar el testigo entre aquellos que lucharon y los que llegan ahora para continuar la batalla. Ese es otro de los trabajos de la memoria. Lucía Sócam es una de esas muchachas, cantautora infatigable que levanta su voz ante lo injusto. Con decisión ha emprendido el camino de recuperar la memoria. No quiere olvidar, y se empeña en recordar que todos los hombres y mujeres que siguen en las fosas tienen apellido, como dice su canción Todos los nombres. Cantó también 17 Rosas, un tema dedicado a las diecisiete mujeres fusiladas en Gerena y que estos días se están exhumando. Se acuerda de ellas porque no son solo mujeres, son algo más, ofrecieron su alma y su vida por la libertad. Abusaron de ellas y las mataron sin piedad, como a tantas otras mujeres en aquellos años. Allí, sobre el escenarios, fueron dejando su arte la directora Laia Ripoll y el actor León Marcos en un emotivo recuerdo dramatizado que recuperaba los últimos momentos de vida de un joven fusilado (¡Qué triste es morirse con 16 años!), los actores Alberto San Juan y Carlos Olalla y las actrices Pilar Bardem y Aitana Sánchez-Gijón, que dieron voz a quienes la perdieron a manos de un franquismo inhumano. Esos textos se pueden leer en la página de Público. También pusieron su música Rodrigo García, Tontxu o Alejandro Martínez, que ha musicado poemas de Jaime Gil de Biedma.
Para completar el capítulo de la memoria, Carmen Arrojo leyó un fragmento del Campo de Almendros de Max Aub. Españoles rotos, derrotados, lo mejor del mundo. Leyó con emoción y recordó que ella vivió en primera persona todo aquello con su padre, su hermano y su compañero que allí falleció. Que no ha olvidado aquellas imágenes.
Después Remedios Palomo contó las atrocidades que hicieron con su familia, uno tras otro, hombres y mujeres. Hoy quiso devolverles el honor recuperando su memoria. Hilda Farfante, hija de maestros republicanos fusilados, dio voz al resto de víctimas con un grito angustioso y desesperado del dolor por tantas juventudes truncadas, asesinados por defender causas justas que no tuvieron juicio, ni abogado, ni sentencia. Siguen buscándolos y lo harán todo el tiempo que sea necesario, aunque los gobiernos de España y la Justicia no les ayuden. Dijo que tenía un sabor agridulce, lo dulce por haber ido encontrando en su camino a tantos nietos de republicanos muertos. Los nietos lo van a conseguir, porque no tienen miedo. El poeta leonés Juan Carlos Mestre cerró las intervenciones. Dijo que los poetas son gente desagradable especialmente porque son testigos que no callan. Habló de su abuelo, un sastre de Villafranca del Bierzo, y de un amigo que le había encargado un traje que no llegó a estrenar. Aquel hombre era el abuelo de Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, y lo mataron por sus ideas políticas. El fascismo legalizó el crimen como conducta de estado, algo que debería espantarnos a todos y que nos obliga también a no dejarlo pasar impunemente. Recitó después con voz de trueno uno de sus poemas para recordar por sus nombres a las víctimas.
Después sonó Canto a la libertad del fallecido José Antonio Labordeta y su voz lo resumió todo. La gente se levantó y fue abandonando el teatro. En los rostros se veía dolor, recuerdo y una chispa de esperanza. Este homenaje se lo debíamos desde hace mucho tiempo a todos los que murieron impunemente a manos de los criminales franquistas.
Fuente: http://islainexistente.javialvarez.es/2012/02/contra-la-impunidad-memoria.html