Desde El Humedal hasta el Ayuntamiento los manifestantes hicieron el recorrido previsto sin que se registrara incidente alguno. La Policía Municipal organizó el trafico y la Policía Nacional y las Fuerzas Antidisturbios vigilaron, y de algún modo, abrumaron lo que no era más que una marcha reivindicativa de más de mil personas sin llegar a […]
Desde El Humedal hasta el Ayuntamiento los manifestantes hicieron el recorrido previsto sin que se registrara incidente alguno.
La Policía Municipal organizó el trafico y la Policía Nacional y las Fuerzas Antidisturbios vigilaron, y de algún modo, abrumaron lo que no era más que una marcha reivindicativa de más de mil personas sin llegar a las dos mil. Parece ser que la policía da una cifra de cien, que ni siquiera es cierto para las fuerzas del orden cuyo número sí era mayor.
Los temas coreados y que al final se expusieron en la tribuna instalada en la Plaza del Ayuntamiento, no hicieron mas que reiterar los motivos de la convocatoria.
El Parlamento está elaborando una reforma de las prestaciones de la Seguridad Social que afectan a todos en los aspectos asistenciales y a las prestaciones de modo que quedan reducidas sustancialmente.
Una mayor privatización de la Sanidad, reducción de las prestaciones, aumento de los años de cotización, bases, prestaciones de desempleo, tipo de contratos, endurecimiento de las condiciones de jubilación y un largo etcétera fueron los temas que estuvieron presentes en todo momento; ese era precisamente el objetivo de la manifestación.
Seguramente en lo que más se incidió, fue en el secretismo con que todas las modificaciones a la baja, para los trabajadores, se están llevando a cabo, sin que ni siquiera los propios convocantes de la manifestación pudieran dar datos de en qué consisten exactamente los recortes sociales que se están amañando.
Como segundo punto a destacar, y que flotaba en el ambiente -lo mismo que en la multitudinaria manifestación de los quince mil de la Plataforma contra la Represión y por las Libertades, del pasado día 22– es la absoluta ausencia de los partidos mayoritarios PSOE y de su socio IU, tanto en el gobierno municipal como en el autonómico y también la ausencia de sus correspondientes sindicatos UGT y CC.OO. con los que parece que los recortes que se están tramitando, tan en secreto, en el Congreso de los Diputados sobre de la Seguridad Social y demás prestaciones sociales y condiciones laborales no les afectan.
Sondeando a los participantes sobre esta cuestión la respuesta y conclusión es unánime, se trata de unos sindicatos, con unos dirigentes que forman parte de una plantilla de liberados que están a salvo y al margen de los problemas del conjunto de los trabajadores, no dependen de ellos y no tienen sus problemas e insisten: son y están liberados, son otra cosa.
Consecuencia de lo anterior, los eslóganes y parte de las intervenciones se dirigieron precisamente contra los partidos que forman parte del Gobierno que está propiciando esta rebaja en las prestaciones sociales, la denominada izquierda plural del PSOE e IU. No se refirieron, en cambio, a la ausencia de los sindicatos «mayoritarios» ni a sus dirigentes, seguramente por respecto a sus afiliados, trabajadores al fin como ellos.
La CSI, SUATEA, CGT y el de Estudiantes sí han sido los sindicatos mayoritarios, lo han sido en la manifestación.
Leído el comunicado sobre lo ya dicho y sobre el objeto de la manifestación, intervino Cándido González Carnero y añadió, a todo lo anterior, que dentro de unos meses estos partidos vendrán reclamando nuestro voto y nuestra participación en las urnas. No debemos dársela -terminó diciendo- a quién ahora no nos escuchan ni están aquí.
Pero así como en la manifestación del 22 de noviembre, Carnero y Morala (Pendientes de juicio penal para los que piden 6 años de cárcel por la acusación que el Ayuntamiento PSOE-IU de Gijón aún mantienen), fueron los protagonistas de las reivindicaciones, en ésta, se les añadió muy especialmente Marco Antuña, trabajador y representante sindical despedido el pasado lunes de Cajastur precisamente por su actuación como sindicalista de la Corriente Sindical de Izquierda, CSI, algo insólito en la historia de Cajastur y que además contraviene la legislación laboral. Marco Antuña participó activamente en la manifestación y se mostraba emocionado por las adhesiones y apoyos de todo tipo que estaba recibiendo de todos sus compañeros, incluso de los que él consideraba más conservadores, pero que a la hora de la verdad se estaban portando con una solidaridad extraordinaria. Marco, sorprendentemente, se mostraba tranquilo y seguro, a pesar del despido del que había sido objeto.
Carnero, destacó además, que la represión que se está dando sobre los trabajadores, precisamente por los denominados partidos de izquierda, se está volviendo a los tiempos del franquismo y que su sorpresa es que todo aquello vuelve a repetirse ahora del mismo modo, pero por los que debieran ser no sus represores sino quiénes los debieran apoyar. En este punto, Carnero, se mostró profundamente decepcionado.