La economía de Canarias empezó a girar en torno al turismo hace más de 50 años, al pasar de la agricultura para la exportación a ser destino turístico. A partir de la década de los 60 la expansión económica europea favoreció el desarrollo del turismo en las islas. Un plan promovido por la propia burguesía canaria con lazos históricos con el capital transnacional, que viene de lejos, pone las bases de ese nuevo modelo.
De hecho, se pretende que el turismo siga creciendo hasta las 700.000 plazas alojativas, sin contar las viviendas, para alcanzar los 23 millones de turistas anuales; un tercio más de los que se reciben ahora, entre 14 y 16 millones, que ya es una cifra muy elevada.
Los límites de un modelo
Canarias tiene una población de poco más de dos millones de habitantes en un territorio insular escaso y que además es ocupado en una parte considerable por espacios naturales protegidos donde no se permite construir. Ese aumento supone agravar los problemas en relación a la utilización de más suelo, agua u otros recursos. Desde el gobierno canario y el gobierno estatal siguen apostando por más turismo, y por tanto, por más ocupación de territorio y recursos.
Las Islas Canarias se han convertido en un de los territorios más densamente poblados de la Unión Europea.
Se considera razonable aumentar entre 7 y 9 millones más la carga turística sobre un territorio ya saturado. A lo que hay que añadir la movilidad interna de las masas de visitantes y transportar desde lejanos orígenes prácticamente todo lo que consume esa multitud de personas. Mas el tremendo caudal de agua necesario para llenar piscinas, regar jardines y otros dispendios. 14 millones de turistas ya triplican el tope máximo que marca la lógica en un destino alejado, limitado y frágil como es Canarias. Llevarlo a 23, es una locura.
Este modelo contribuye a incrementar la dependencia del exterior. El turismo es uno de los sectores más frágiles, de los primeros en caer frente a crisis económicas o sanitarias. Deberíamos haberlo aprendido con la pandemia, en la que Canarias tuvo sus hoteles vacíos y tuvo que recurrir a subsidios públicos.
Exclusión social y precariedad laboral
Desde las políticas públicas se apuesta por el modelo turístico que se ha demostrado que nos lleva a la mayoría de la población canaria a ser una de las más pobres del Estado, con los mayores índices de paro y de trabajo precario.
Uno de los principales problemas de este modelo es que genera empleo precario, y devasta el territorio: municipios como Arona y Adeje, que constituyen los principales emporios turísticos de Tenerife, se hallan casi 20 y 11 puntos por debajo de la renta media declarada en Canarias. Casi 17 millones de turistas en el 2017, creciendo un 20% en relación al 2014, sin embargo el empleo solo supuso una subida del 4%.
Siguen apostando por más turismo, sin diversificar la economía. Todo esto es más riqueza para unos pocos. Con más turismo, crecen los beneficios empresariales, pero no crecen ni el empleo, ni los salarios, sigue la precariedad laboral, la miseria y la exclusión social. Nos pretenden incluir cuando hablan de Canarias, como si en eso se nos beneficiara a la mayoría de la población. Sabemos, que no es así, que quienes se benefician son los grandes empresarios y multinacionales.
Todos a vivir para el turismo, con nuestros trabajos mal pagados, precarios, penosos en muchos casos por las cargas de trabajo. Todo para mejor gloria y beneficio de hoteleros, constructoras, tour operadores, multinacionales del comercio o del ocio.
Desde Canarias se contribuye al cambio climático
Mantienen la coherencia, pero con la defensa a ultranza del modelo extractivista basado en el turismo, lo de la Ley de Cambio Climático es para darse lustre el Gobierno de Canarias como defensor del medio ambiente, de que dicen apostar por la transición ecológica y por la Agenda 2030. El papel lo aguanta todo.
Una aportación a la emisión de gases que contribuyen al calentamiento global es una constante en las islas. Los aeropuertos internacionales de las islas acercan estos destinos a visitantes de cualquier país europeo o del mundo, convirtiéndose Canarias en una de las referencias internacionales en este campo. A los actuales 28 millones de largos y contaminantes trayectos aéreos se pretende añadirle otros 13 a 18,
Recientemente, el mismo día en que el Parlamento de Canarias aprobaba la Ley de Cambio Climático, como si esto fuera un hito que cambiase algo en la manera de vivir de Canarias, se reconocía, también, el techo de turismo de cara al futuro.
El gobierno de Canarias dentro de su política de apostar por el modelo turístico, apoya con presupuestos públicos nuevas infraestructuras a su servicio. Asimismo, Canarias recibirá 30 millones de euros del Gobierno central para impulsar el turismo
Corrupción y especulación de la mano
La historia se repite en esta tierra, especulación y corrupción de la mano. No es la primera vez que una iniciativa turística sale adelante (o está a punto de hacerlo) sin una Evaluación de Impacto Ambiental. La historia reciente del Archipiélago demuestra que esto ocurre más de la cuenta.
Por otro lado, la vigente Ley del Suelo de Canarias, aprobada en el mandato anterior, con Coalición Canaria, a pesar de la dura batalla de la lucha ecosocial en su contra, hoy se mantiene. Es una de las bases del acuerdo del gobierno, el gobierno del cuatripartito no solo no derogó esa Ley sino que la incluyó en su acuerdo para gobernar juntos.
La ley del suelo supone cierta desregulación y flexibilización de los trámites urbanísticos, facilita la urbanización de núcleos rurales y puede facilitar la tramitación de proyectos que las instancias insulares declaren de interés general en cada una de las islas del Archipiélago canario. Ahora con la Ley del Suelo de Canarias en la mano este sueño empresarial se hace realidad. La Ley contempla la posibilidad, «por interés general” en el ámbito insular, de aprobar en los Cabildos de cada isla proyectos de las élites como es el de DreamLand en Fuerteventura (una ciudad de industria del cine a 400 metros de un paraje natural protegido), y vendrán muchos más si no se deroga.
Patrimonio natural y cultural canario amenazados
En esta tierra la pérdida de biodiversidad es diaria. Se ha perdido el 90% de la masa de peces en las islas. Ecosistemas como cardonal tabaibal dominante en las franjas costeras insulares han quedado reducidos a la mínima expresión.
Canarias, con la mayor biodiversidad del Estado español, está en riesgo de perder especies únicas en el planeta. La introducción de especies invasoras, la presión humana y el cambio climático amenazan un territorio con cuatro parques nacionales, siete reservas de la biosfera y 146 espacios protegidos.
Toca tomar medidas. Consolidar y extender los espacios naturales. Crear reservas marinas. Consolidar y extender los espacios naturales de Canarias: poner medios, medidas y personal para su cuidado y protección. Ya está bien de especulación, destrucción y corrupción.
La biodiversidad y los yacimientos arqueológicos son un fastidio para las castas político-empresariales. Es de dominio público que con la arqueología indígena son las empresas en Canarias, especialmente las constructoras, las que vienen arrasando con nuestro rico patrimonio durante décadas.
La destrucción del medio natural y cultural ha sido la constante en los últimos 50 años o más, especialmente con la preponderancia adquirida por el modelo económico implementado basado en el turismo, que ha llevado a la ocupación a mansalva de gran parte de la franja costera de las islas, destruyendo ecosistemas y terrenos agrarios para beneficio de empresas hoteleras, constructoras, inmobiliarias,… a costa de bajos salarios, precariedad, pobreza,… enriqueciendo a unos pocos y haciendo más ricas a las élites.
Toca decrecer y diversificar la economía
Decrecer es una necesidad. Se hablaba de forma generalizada en décadas pasadas de la necesidad de mantener la gallina de los huevos de oro que representaba el turismo. Una auténtica majadería, aquí solo ha habido enriquecimiento de unos pocos y una senda de empobrecimiento, precariedad laboral, sobre explotación.
En el 2022, a pesar de que superamos la cifra de 14 millones, se siguen haciendo promociones para traer más millones de turistas a las islas. No se entiende la necesidad de tanta promoción internacional. Canarias soporta junto con Hawaii una de las mayores presiones turísticas del mundo en relación a su territorio. La irresponsabilidad del gobierno canario y su consejera de turismo, Yaiza Castilla, es manifiesta. Nos sobra turismo, la realidad nos dice que hay que pensar en claves de decrecimiento, parar ya esta locura, ni un hotel más, ni una infraestructura más ligada al crecimiento turístico.
El fomento del modelo extractivista representado por el turismo de masas es la tónica en todas las administraciones canarias, entre ellas el Cabildo de Tenerife. Por ejemplo, apostando por fomentar el destino como referente para los nómadas digitales.
En este caso además supone contribuir al encarecimiento de la vivienda, por el aumento de la demanda por este procedimiento injustificado socialmente. Nada de esto importa a quienes están al frente de estas instituciones, que están entregados con armas y bagajes a los intereses de las élites, favoreciendo la especulación, la destrucción del territorio y sus recursos, para mejor gloria y beneficio de intereses corporativos privados.
La apuesta exclusivista por una economía basada en una actividad extractivista, destructora del medio y que nos hace dependientes del exterior, como es el turismo de masas, con amplía utilización de recursos propios como el agua o el suelo, con gran sobreexplotación y precariedad laboral,… nos lleva a una situación de colapso.
Es necesario diversificar la economía en otras claves: por ejemplo, apostando por la soberanía alimentaria y energética, el predominio del transporte público sobre el uso individual, control público del agua del subsuelo poniéndola al servicio de la agricultura de cercanía con poca huella ecológica, energías limpias en manos públicas y no de las multinacionales., con inversión de dinero público en crear empleo público vinculado al bienestar de la población, a los cuidados, a la mejora de los servicios públicos, a la defensa de los derechos sociales de las mayorías populares.
Debemos exigir que no haya más ocupación del territorio, ni por urbanizaciones turísticas ni por grandes infraestructuras al servicio de promover la llegada de más millones de turistas a las islas.
Es necesario implantar un modelo económico social que tenga como base la diversificación económica, creación de empresa pública en sectores estratégicos como la energía, el transporte, sector primario,… de forma que Canarias deje de ser una de las comunidades con mayor índice de pobreza, pese a suponer el turismo el 36% del PIB canario y en torno al 40% del empleo.
Necesitamos crear un movimiento popular potente que pueda empezar a revertir esta situación. Hace falta mucha reflexión, debate y acción colectivas al servicio de la mayoría social, con su participación activa.
Fuente: https://vientosur.info/canarias-mas-de-14-millones-se-turistas-en-2022/