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Contribución al debate

Fuentes: Rebelión

El analista político Fernando Dorado, publica en www.Rebelion.org, artículo denominado Crisis Sistemática y Acción Global, en el que propone el desarrollo de un debate sobre el camino a seguir de la izquierda latinoamericana y me hacen llegar desde Popayán, un segundo artículo del mismo autor intitulado Crisis Estatista y Movimiento Global. Dos intelectuales uribeños de […]

El analista político Fernando Dorado, publica en www.Rebelion.org, artículo denominado Crisis Sistemática y Acción Global, en el que propone el desarrollo de un debate sobre el camino a seguir de la izquierda latinoamericana y me hacen llegar desde Popayán, un segundo artículo del mismo autor intitulado Crisis Estatista y Movimiento Global.

Dos intelectuales uribeños de la ciudad de Ocaña, replican a Fernando Dorado: uno, con total desconocimiento de las ciencias sociales alude que «el Estado dueño de todo y metido debajo de la cama»; demostrando que una cosa es el poeta como cultor de la palabra y otra la palabra del poeta. El otro, conocido por tergiversar la Historia y dar Vivas a la Muerte, califica de mamerta la redacción de Fernando y que los presidentes latinoamericanos apoyados por el Foro de Sao Paulo están siendo sacados a patadas «por sus pueblos».

Aportemos al asunto:

La denominada «crisis sistemática» y «crisis estatista» alude a la crisis del capitalismo actual, como sistema y a la crisis del Estado capitalista resultado del fenómeno de la globalización y de la fase neoliberal. Pero las crisis del capitalismo son fases connaturales al mismo y en modo alguno significa el fin del capitalismo. Resulta que la fase neoliberal toca fondo y cede la hegemonía unipolar del Imperio, sobreviniendo una etapa de post-capitalismo, aunque ello no signifique sea socialista científica, como de ejercicio y formas alternativas al modelo caduco.

Se dice que el marxismo no es un dogma, sino una guía para la acción. No se puede asumir un conocimiento del capitalismo sin asimilar el ABC del marxismo. La obra El Capital de Marx, no es un estudio anticapitalista. Es la explicación de la aplicación del capitalismo mismo. En América Latina transitamos por gobiernos progresistas de brújula bolivariana e integracionista. Pero la izquierda ha de aprender de fallas y errores en la aplicación de sus políticas y que facilitan la cooptación de la derecha al pretender asentar en el movimiento de masas y en la protección y defensa de los derechos humanos. Es imposible que el neoliberalismo, como capitalismo salvaje, se pueda disfrazar de social y/o de verde. De manera que al afirmar, don Fernando Dorado, que el movimiento popular debe encontrar una brújula latinoamericana, pero debe hacerlo con una visión no dogmática, no doctrinaria, derrotando toda idealización y creencia en verdades eternas y absolutas; debiera aclararnos que la Verdad, acorde con lo científico, perdura. Dejemos a la discusión filosófica su búsqueda de lo absoluto. Pero la Verdad en su caracterización es unívoca e inequívoca. La verdad relativa, no es verdad.

Valioso el aporte- del analista en comento- acerca de los «profesionales precariados«, al asimilarlos como un factor dinamizador de clase. Alude correctamente a un «nuevo proletariado»: Los profesionales precariados son los trabajadores que ostentan un título de profesional, tecnólogo o técnico o que en su proceso de calificación práctico tienen un nivel similar, y que por el lugar que ocupan en el proceso productivo tienen todas las características del proletariado clásico: no son propietarios de medios de producción o los que tienen son irrisorios frente a los de los grandes conglomerados capitalistas para los que trabajan, son asalariados clásicos o reciben ingresos provenientes de relaciones de trabajo dependientes, están en un lugar subordinado del proceso productivo (no son directivos) y acceden a un mínimo de riqueza social. Su situación de precariedad los hace identificarse cada vez más con el trabajador asalariado común.

En los países europeos se estancaron a niveles bajos los sueldos de los profesionales. Son los «mileuristas»: los profesionales que no ganan mil euros al mes. En Colombia, son afortunados los que ganan quinientos dólares al mes: «miniusdólares».

Al respecto cabe agregar que conforme al leninismo, no existe práctica sin fundada teoría y a la metodología aplicada del análisis concreto del caso concreto. Huérfano está el movimiento popular colombiano de un análisis de clase de la sociedad colombiana. Desde la clasificación y estudio del partido Comunista Marxista Leninista (PCdeC-ML), en clandestinidad, en Colombia, de un país latifundista, en la pos guerra civil de los mil días, en tránsito progresivo al capitalismo y el intento de un análisis de clase, que determinara o trazara el accionar político de las conquistas políticas de la izquierda, no existe otro acercamiento al respecto. Algo conveniente para la clarificación de la lucha principal de los trabajadores y pueblo colombiano. Sabemos que la insurgencia armada colombiana no condiciona la terminación del conflicto armado a la suplantación del modelo económico y social imperante. Ello es verdad sabida y buena fe guardada. Pero no así el movimiento político de la izquierda en Colombia, declina en la lucha y consecución del socialismo. Ese es su faro y la del movimiento popular colombiano desde la pos guerra citada, que bebió de las canteras socialistas de Uribe Uribe, fundó el partido Comunista Colombiano (PCC), cuya historia corre paralela a la historia de las ideas políticas en Colombia y destacó la pléyade de dirigentes y luchadores populares, que no por haber sido asesinados, selectivamente , por el terrorismo de estado imperante, aplica la tesis que Colombia no es suelo fértil para minifhures, ni caudillos; sino que el trajinar del movimiento popular y de masas impondrá la conquista de las reformas radicales y de fondo políticas, para la superación de tanta inequidad.

Pero cabe la Acción Global y el Movimiento Global a la particularidad del caso colombiano?. Indudablemente los llamados factores y/o condiciones externas influyen en el derrotero actual del país. Será el escenario político de la Venezuela bolivariana el punto de referencia. A todos incumbe. No se puede ignorar cómo operó la guerra económica, y la guerra mediática, sus actores y desequilibrios causados, en momentos de un metabolismo, por una transición pos capitalista hacia un socialismo bolivariano del siglo XXI. No podríamos desenmascarar que romper el rentismo petrolero y con el rentismo importador (compro afuera y vendo adentro) y no produzco adentro para vender afuera, no fue superado, creando un círculo vicioso que afectó a las inversiones productivas. Ello es de máxima enseñanza para el pos conflicto en Colombia, sobre el entendido que superado el conflicto armado interno, los cambios del modelo político-económico y las doctrinas imperantes, serán el pan diario del trajinar político colombiano. Por ser falso e inexistente, en nada incide la afirmación de la extrema derecha uribeña, que el proceso santista de La Habana es la concesión de un modelo Castro-Chavista. Eso como modelo, no existe. En la Mesa de La Habana no se está discutiendo ni la aplicación de la función social obligatoria de la propiedad privada. El logro de la expropiación sin indemnización, por interés social esencial, de la Constitución de 1991, fue derogada durante el ilegítimo cuatrienio pastranista. No olvidemos que en Venezuela no triunfó una revolución. Nunca ha dejado de ser un país capitalista dependiente y transnacionalizado. A diferencia de Cuba, por ejemplo. Comenzar por distinguir que en Cuba el 1º de enero de 1959 se dio una toma de poder popular, mediante la lucha armada que instauró una Revolución, en todo sentido y efecto del término. Instauró un régimen de sistema diferente al capitalismo clásico, conocido y aplicado, hasta entonces. El modelo de democracia representativa, moldeó hacia uno de democracia directa: de la base popular hacia la base popular y no conforme el chocante organigrama de arriba hacia abajo…Es tan cierta la participación democrática del pueblo cubano que la abstención es baja (no alcanza al 3%?). La falta de libertades es un adefesio basado en el no acceso a la propiedad privada. Ese, que fue el acierto a la esencia fundamental de la instauración de un régimen socialista (hacia el comunismo), es el centro de aprehensión a los «de izquierda». Si no hay propiedad privada, no hay libertad. La libertad de tener techo o vivir bajo el puente o en las cuevas. La infraestructura ideológica de la libertad, ante la infraestructura material de la libertad. Afirmar que en Cuba se niegan los más básicos y elementales derechos humanos y es una «prisión terrible»; además de irresponsable y obtuso, demuestra el desconocimiento de la existencia de una Constitución Política en Cuba. De un régimen jurídico-judicial de notable aporte – por lo particular del modelo- al foro mundial. De la existencia en Cuba de un Estado de Derecho. La mediática se horroriza como si lo de Estado de Derecho, fuera exclusivo de la democracia burguesa. La perorata de afirmar un Estado de Derecho solo burgués, alecciona cuando en el también Estado de Derecho de la República Bolivariana de Venezuela, la corte respectiva, esencia de esa legitimidad, tomó en su histórico y reciente fallo: que las constituciones políticas de los estados dicen lo que las cortes de esos estados dicen que dicen las constituciones. Eso es autonomía y soberanía judicial; más que la manoseada independencia que muchos «de izquierda» pregonan.

En tesis para el desarrollo del debate se apunta que la crisis económica iniciada en el año 2008 se conserva y profundiza. Ha degenerado en un desempleo estructural. Fernando Dorado, en sus dos escritos analizados, aporta sobre el desarrollo del capitalismo y el poder y la dominación en relación al Estado. Agregaríamos que hasta la década de 1970, si se daba aumento de la productividad se reflejaba directamente en los aumentos de los salarios. Pero vino la aplicación de los planes estructurales y la ofensiva neoliberal y los aumentos de la productividad revirtieron en beneficios mayoritarios para los empresarios, imponiendo la flexibilización laboral, estancando los salarios. Hoy crecimiento económico no es sinónimo de crecimiento en bienestar social a los sectores populares. Es el efecto de la privatización a ultranza. Tampoco opera el sofisma de números de pobres frente a disminución de la pobreza; como el número de pobres no es igual a desigualdades. La brecha persiste. Lo salvaje del neoliberalismo capitalista es la mercantilización de la vida y la enajenación por el consumismo. Pese a las crisis, hoy no existe frontera para el capitalismo. Desplazado el fordismo y el régimen de las políticas económicas heynesianas que dejaban entrever un rostro «humano» y de decencia en las relaciones capitalistas; se impuso la austeridad y el desmonte del Estado Benefactor (no paternalista). La mano de obra obrera y de servicios es semiesclava y la gente no tiene derechos. Cabalgó, no solo en Colombia, sino en el mundo, el desprecio por la cosa pública que trajo la corrupción a niveles jamás concebidos. Todo bajo la apertura a ultranza de la invasión de los movimientos de la inversión extranjera directa. Sin eufemismos se develó el rostro de Casino de la economía capitalista.

Invita el analista Fernando Dorado, a debatir en la misma realidad sistémica analizada la tarea de evaluar la experiencia de lucha de los trabajadores y los pueblos del mundo en los últimos 150 años, a fin de superar una serie de ideas incorrectas que han sido la causa de nuestras derrotas. Valga acotar al respecto la experiencia del movimiento popular latinoamericano en el foro de la Tercera Internacional Socialista- el Komintern- fundada en marzo de 1919, por iniciativa de Lenin y el partido Obrero Socialdemócrata de Rusia. La realidad del movimiento obrero latinoamericano e incluso la del movimiento obrero norteamericano, fue desconocida. Contábamos con la excelsa inteligencia del peruano José Carlos Mariategui (1894- 1930) conocido como el Lenin de América. Por decir, hoy se impone la regencia del constituyente primario. Retomemos mejor el aporte del Constitucionalismo Latinoamericano de los gobiernos progresistas bolivarianos, frente al conflicto ecológico en la consecución del Estado del Buen Vivir, que desplazó el concepto tomasino de bien común; consagrando el Derecho de La Tierra- de la Pacha Mama– y el Derecho de La Naturaleza (no a la naturaleza) y el Derecho de los Animales (no a los animales). Todo ello paradigma para la Nueva Colombia.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.