Andrés Ocaña (Aguilar de la Frontera, Córdoba, 1954) es el alcalde de esta bella ciudad andaluza que se acomoda al pie de Sierra Morena y recorta el cauce del Guadalquivir desde el 7 de mayo de 2009, a raíz de la estruendosa dimisión de Rosa Aguilar, hoy ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y […]
Andrés Ocaña (Aguilar de la Frontera, Córdoba, 1954) es el alcalde de esta bella ciudad andaluza que se acomoda al pie de Sierra Morena y recorta el cauce del Guadalquivir desde el 7 de mayo de 2009, a raíz de la estruendosa dimisión de Rosa Aguilar, hoy ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. Militante del Partido Comunista de España desde 1975, Andrés Ocaña estudió Magisterio y Geografía e Historia en la Universidad de Córdoba y participó en la fundación del sindicato USTEA desde su sector laboral, la enseñanza. Durante la última década ha ocupado importantes puestos de responsabilidad en el Ayuntamiento de Córdoba, como portavoz de IU, como primer y segundo teniente de alcalde, como presidente de la Gerencia Municipal de Urbanismo o al frente de varias empresas municipales.
El próximo 22 de mayo encabezará por primera vez la candidatura de Izquierda Unida-Los Verdes-Convocatoria por Andalucía (IU-LV-CA) en la única capital de provincia gobernada por IU (y antes por el PCE) desde las primeras elecciones municipales tras la dictadura, las de abril de 1979, con el único paréntesis del periodo 1995-1999.
El balance del trabajo realizado en los últimos cuatro años por el equipo de gobierno que preside es positivo, señala el alcalde, ya que «hemos dado un impulso a la proyección de Córdoba y al modelo de ciudad. Esta proyección se plasma en que somos una ciudad referente del turismo cultural, muy asociada a la cultura como motor de desarrollo social y económico». Ese reconocimiento es universal, puesto que desde los años 80 la Mezquita es Patrimonio de la Humanidad y en 1994 obtuvo este título también una parte del casco histórico, esas calles que serpentean por la judería y alrededor de las más emblemáticas plazas de la ciudad. Ahora están trabajando para que la UNESCO declare el Festival de los Patios, que se celebra en mayo, como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Además, Córdoba «también ha sabido avanzar en la profundización de la democracia participativa y de las políticas sociales; a pesar de la crisis, hemos mantenido las prestaciones y las políticas sociales dirigidas a los sectores más desfavorecidos para construir una sociedad avanzada».
Son centenares los municipios en los que IU y el Partido Socialista tienen un acuerdo de gobierno, pero en la mayor parte de ellos es el PSOE el que ostenta la alcaldía y las concejalías más relevantes. En Córdoba sucede lo contrario y el hecho de que la hegemonía en el espacio de la izquierda corresponda a Izquierda Unida «otorga al gobierno municipal una impronta de progreso muy avanzada». El alcalde destaca que las relaciones políticas con su socio de gobierno han sido «cordiales y positivas» a lo largo de estos años y que ello ha permitido un gobierno municipal estable y volcado en los objetivos de la ciudad.
Apenas faltan cien días para las elecciones municipales y autonómicas del 22 de mayo y Andrés Ocaña confía en que los ciudadanos y las ciudadanas de Córdoba volverán a apoyar masivamente el proyecto que esta fuerza política presentará y que con el tiempo ha definido una «ciudad con un camino propio de desarrollo gracias al liderazgo de IU». En el año en que se conocerá la designación de la ciudad elegida como Capital Europea de la Cultura 2016 (Córdoba compite con Zaragoza, Burgos, San Sebastián, Las Palmas y Segovia para obtener este título), Izquierda Unida defiende continuar «apostando por la cultura como factor de desarrollo social y económico». Además, «queremos mantener un urbanismo sostenible con criterios de planificación en todo el término municipal, la puesta en valor de nuestro suelo industrial como base para un empleo de calidad y fortalecer el buen trabajo de nuestros servicios municipales, que también generan un empleo estable».
Hay otras dos grandes áreas en las que Córdoba es sinónimo de una labor bien hecha desde la izquierda. Por una parte, en medio ambiente «confiamos en seguir siendo una referencia de este tipo de políticas con el proyecto de un Área de Naturaleza en pleno casco urbano, en torno al zoológico, la Ciudad de los Niños…, y culminar el proceso de protección de la sierra de Córdoba». Y, en materia social, IU seguirá desarrollando una política avanzada que ha hecho que, por ejemplo, el Ayuntamiento ofrezca más prestaciones en el marco de la Ley de Dependencia que los gobiernos del Partido Popular en la Comunidad de Madrid y en el País Valenciano.
Sólo este dato perfila ya las consecuencias que tendría para la ciudad que el PP alcanzara por primera vez la mayoría absoluta en las elecciones de mayo. En los anteriores comicios de 2007, el PP arrebató a IU la primera mayoría en la corporación y con 14 ediles (por 11 de IU y 4 del PSOE) se quedó a sólo uno de formar gobierno. Ahora, en plena euforia tras su reunión de Sevilla y con unas encuestas que pronostican su probable retorno a La Moncloa y la conquista del Palacio de San Telmo (la presidencia del gobierno autonómico), el PP se ha marcado como objetivo gobernar a partir del verano en las ocho capitales andaluzas.
«La victoria de la derecha significaría un duro golpe para la Córdoba que hemos construido -advierte Andrés Ocaña-. Por ejemplo, el sector público municipal (agua, saneamiento, políticas de residuos, transporte) se sometería a privatizaciones y a una pérdida de puestos de trabajo y de calidad en el servicio que ofrece a los ciudadanos. En cuanto a la democracia participativa, entre 1995 y 1999 (cuando el PP gobernó el ayuntamiento con mayoría relativa) ya presenciamos cómo la derecha desmotivó seriamente la participación ciudadana. Además, la cultura dejaría de ser un factor de desarrollo social y económico, porque para el PP la cultura sólo son las tradiciones».
Tres décadas de gobierno casi ininterrumpido de la izquierda transformadora han convertido a Córdoba en una ciudad con políticas municipales distintas. «Creo que toda Izquierda Unida tiene que sentirse orgullosa… Tenemos una empresa municipal prestigiosa a nivel nacional en el abastecimiento y tratamiento de agua y otra que también lo es en la política de residuos urbanos; somos un referente en la importancia de la participación ciudadana, en las políticas respetuosas con el patrimonio histórico y cultural. Nuestras políticas hacia la inmigración también han sido reconocidas. En IU hemos demostrado con eficiencia que sabemos gestionar para equilibrar y transformar la sociedad y desarrollar políticas avanzadas para buscar la cohesión social. IU sabe gobernar desde la izquierda y demuestra que es posible gobernar desde la izquierda».
Andrés Ocaña añade que desde su ciudad la política nacional se ve «encanallada» e incide en «el fracaso del Partido Socialista, cuyas políticas están ayudando al crecimiento de la derecha». «El PSOE no ha querido desarrollar políticas de izquierdas para hacer frente a la crisis y que sus efectos no recaigan, como siempre, en los sectores más desfavorecidos. La ciudadanía necesita otro referente para otra manera de afrontar la crisis». También se refiere al buen trabajo de Izquierda Unida desde la dirección federal que encabeza Cayo Lara y atribuye las positivas perspectivas que auguran las encuestas a «la convergencia con los sindicatos y los trabajadores, a nuestras propuestas alternativas para salir de la crisis. Esto hace que muchos ciudadanos miren a IU como la alternativa. Además, para muchos el bipartidismo tan radical que se ha instalado es negativo, hace falta una tercera fuerza, que es Izquierda Unida, con otra forma de afrontar la situación actual».
La noche del 22 de mayo, mientras los militantes y simpatizantes de IU estemos en los colegios electorales participando en el recuento de votos, en la elaboración de las actas, en la recogida de las copias de la documentación del escrutinio y vayamos conociendo los resultados, una vez más preguntaremos «¿qué ha pasado en Córdoba?»… Una ciudad, hermosa por sus monumentos y sus calles, cálida por la simpatía de sus gentes, deliciosa por su gastronomía y los vinos de la provincia, y que es también Patrimonio de esa parte de la Humanidad que se niega a aceptar la injusta sociedad en la que vivimos y que no ha renunciado a transformarla. Seguro que el 22 de mayo el pueblo de Córdoba nos dice que vale la pena continuar adelante, caminando por la izquierda.
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