Guillermo Portilla es uno de los observadores de International Trial Watch, la asociación de juristas que ha seguido el juicio que concluyó ayer. Al igual que los demás juristas, ayer acudió de buena mañana, a las 5:30, para poder entrar en la sala, porque Marchena les había denegado acreditaciones de acceso. Portilla es catedrático de […]
Guillermo Portilla es uno de los observadores de International Trial Watch, la asociación de juristas que ha seguido el juicio que concluyó ayer. Al igual que los demás juristas, ayer acudió de buena mañana, a las 5:30, para poder entrar en la sala, porque Marchena les había denegado acreditaciones de acceso. Portilla es catedrático de Derecho Penal en la Universidad de Jaén y una de las voces más empáticas del Estado español. Impulsó el manifiesto de 120 profesores de Derecho contra la acusación de rebelión. VilaWeb lo entrevistó ayer por la mañana, aprovechando una de las pausas del juicio, en un pasillo del Tribunal Supremo español. Lo vimos empático, crítico con Marchena y el tribunal, pero también con el PSOE.
Pregunta: ¿Cómo valora el juicio que acaba hoy?
Respuesta: En todo el juicio no se ha demostrado ningún hecho de los que aporta la fiscalía. La fiscalía mantiene que hay rebelión. Y el Primero de Octubre no hubo violencia organizada. En todo caso hubo incidentes aislados. La única actuación incorrecta fue la de la policía, que infringió los criterios de congruencia, oportunidad y proporcionalidad. E incumplió la interlocutoria del 27-S, que decía que tenían la obligación de requisar urnas, papeletas de voto y ordenadores, pero respetando la normal convivencia de la ciudadanía. Y no lo hizo, a diferencia de los Mossos d’Esquadra.
Todo el juicio ha sido el intento frustrado de la fiscalía de demostrar una rebelión, que dicen posmoderna. Finalmente, la fiscalía ha compartido la tesis de Vox de golpe de Estado. Y el golpe de Estado no está tipificado en el Código Penal. Comparto las tesis de la defensa de Cuixart: no hubo más que ejercicio de derechos fundamentales. Derechos de reunión y manifestación. En ningún momento hubo exceso alguno. Todo el movimiento, de las diadas históricas para acá, ha sido un movimiento ejemplar y pacífico. Hay más incidentes en huelgas generales que los que ha habido aquí.
Pregunta: ¿Cómo valora a Marchena?
Respuesta: Es muy inteligente, pero veo que no ha tratado de la misma manera a los testigos de la defensa y los de la fiscalía. Concretamente, ha permitido un lenguaje bélico a la policía y la Guardia Civil y en cambio ha censurado valoraciones de testigos de la defensa. Por otra parte, en lo que respecta a la prueba documental, se incumple el derecho de tutela judicial efectiva cuando no se permite que la defensa contradiga a inspectores o números de la policía aportando vídeos al instante. El argumento de que así se eternizaba el juicio puede ser real, pero a costa de los derechos de las defensas.
Pregunta: Usted no ve rebelión. ¿Y sedición?
Respuesta: Para nada: nadie impidió el cumplimiento de resoluciones judiciales. Ni que se cumpliera la ley. La fiscalía reconoce que Jordi Sánchez propuso la salida de la comitiva judicial por un pasillo de seguridad civil.
Pregunta: ¿Cuál es su previsión?
Respuesta: Confío en que son buenos dogmáticos penales y respetarán el principio de legalidad. Quiero ser optimista, pero…
Pregunta: ¿Pero?
Respuesta: Pero hay un precedente. Paremos el Parlament. Ponente, Marchena. Y, como pasa aquí, en aquel caso los manifestantes fueron respetuosos, excepto incidentes aislados. Durante el juicio no se demostró quiénes fueron los responsables de los incidentes aislados. Pero a pesar de ello, se declaró objetivamente responsables, y sin respetar el principio de responsabilidad individual del derecho penal, a determinadas personas que encabezaban el colectivo. Y fueron condenadas a tres años de prisión. El argumento que utilizó Marchena fue la existencia de un ambiente hostil. Se parece mucho a la violencia normativa, golpe de Estado basado no en violencia física, no en intimidación directa, sino en un ambiente de hostilidad del cual se habla en el caso actual. Funcionarios, miradas de odio, todo eso a mí me recuerda mucho a la idea de construir una imagen de hostilidad ambiental, y que puede dar lugar al delito de rebelión que quieren construir.
Pregunta: ¿Alguna sorpresa?
Respuesta: Que hablen de convocatoria de manifestaciones hostiles. No delictivas. Hacen analogía. Crean un derecho inexistente para poder condenar. Crean un derecho penal de autor. Observe el terrorismo. Si te acusaban, te suprimían las garantías: perdías el derecho al juez natural e ibas a la Audiencia Nacional. No tienes derecho a comunicar a la familia el lugar de detención. No puedes escoger libremente defensor. Aquí hemos sustituido la Audiencia Nacional, incompetente, por el Supremo.
Pregunta: Usted es experto en teorías sociológicas y filosóficas que subyacen al Derecho. ¿Por ejemplo, en este caso?
Respuesta: Citan a Habermas, que es un autor que conozco y trabajo mucho. Es sorprendente, porque Habermas es partidario de la acción constante y comunicativa del diálogo. Y este diálogo también implica dialogar sobre el derecho de autodeterminación de los pueblos. Aquí hemos olvidado que el PSOE lo defendía cuando murió el dictador, al igual que el PCE. Y ahora es tabú. No se puede hablar de él. Oh, dicen citando encuestas, es que la mayoría del pueblo no la quiere, la independencia. Mire, dejemos que lo expresen con todos los principios y garantías. Y después ya veremos. Los pueblos son amos de su destino. Y hablar de colonias no viene a cuento. Me apena que se cite a Habermas. Él quería que todo el mundo tuviera las mismas cartas para dialogar. Y aquí se dice: no se puede dialogar porque la constitución no puede modificarse. Y la monarquía tampoco se puede discutir. Y creo que, en el fondo, el problema es la monarquía.
Pregunta: También ha teorizado usted sobre la protección de las garantías constitucionales frente a las razones de Estado. ¿En este caso?
Respuesta: Sí. Quieren dejar muy claro que no era un problema de no juzgar a la policía, pero el único problema y los incidentes aislados que sucedieron, daños a un vehículo, o una patada, pasan por una actuación ilegal de los funcionarios. No debieron haber actuado y debían haber respetado que la gente se concentrara y votara. Aquí el derecho fundamental no era el derecho de voto, sino el derecho a concentrarse, a manifestarse, a reunirse. La policía no podía tocar eso. En este sentido, sí que creo que también ha sido un juicio a la policía. Porque las únicas reacciones, aisladas, de defensa, de resistencia pasiva a la actuación policial se produjeron por la incompetencia de los funcionarios que no cumplieron la interlocutoria.
Vivimos un momento muy peligroso, y no solamente en este juicio. Yo, además de catedrático de Derecho Penal, también soy activista de derechos humanos. Y veo cómo aumentan los casos de maltrato de la policía que cuando llegamos a los juicios, se convierten en atentados a la autoridad. La transición no impregnó a las fuerzas y cuerpos de seguridad. Todavía hay sectores que no conocen sus propias leyes. Y esta falta de conocimiento se manifiesta en actividades represivas. El caso catalán, sin duda, no es único, pero movimientos multitudinarios respetuosos con los derechos como ha sido el movimiento catalán no tienen comparación.
Pregunta: ¿Cómo lo vive en Jaén? Sus estudiantes, ¿cómo ven el caso catalán?
Respuesta: Tan solo una minoría entiende que se vulneran garantías y que son presos políticos. En la medida en que se hallan en prisión preventiva sin que haya delitos de rebelión y sedición, no queda otro motivo que pensar que lo están por sus ideas. El mundo del derecho es muy conservador. Las facultades lo son. Lo veo en Jaén, en Granada. Hace años que observo cómo mis alumnos, que tienen 19 o 20 años, son mis abuelos. En el sentido ético, de moral sexual…
Pregunta: ¿Y fuera de la facultad?
Respuesta: Soy el impulsor del manifiesto de los 120 profesores contra las acusaciones de rebelión, y también del manifiesto de hace dos años, de 200 penalistas, contra la prisión preventiva revisable. Y entre los penalistas, el 90 % de todas las ideologías entienden que no hay rebelión. La gran mayoría entendemos que tampoco hay sedición. Y ahora se han escondido un poco más con el triunfo del PSOE. En la medida en que ahora la abogacía del PSOE plantea sedición. Y quienes firmaron el manifiesto hace dos años, desaparecen. Tengo la impresión de que contra el PP vivían mejor. Han desaparecido cincuenta y tantos firmantes. En persona te lo dicen, pero en público no.
Motivos, hay muchos. Algunos esperan cátedras. Hace años, el único artículo científico sobre los GAL, creado por el PSOE de Barrionuevo y Rafael Vera, lo escribí yo. Significa que la mayoría de los compañeros no quiso hablar de los GAL, porque detrás estaba el PSOE. Y quien liquidó el movimiento de insumisión en Andalucía fue el PSOE. Con Belloch y Serra. Entendieron que la inhabilitación de los militantes era peor. Eso hizo daño: prohibir a un universitario tener becas del Estado.
Pregunta: ¿Algo que añadir?
Respuesta: Es una pena que tengamos que vivir este momento. Es una pena si hay condena. Creo que será compensada en Europa de aquí a unos cuantos años, aunque el TEDH tampoco es un gran ejemplo. Sanciona a Turquía, pero no a grandes democracias que incumplen la ley. Pero sí que confío en que si hay condena, grande o pequeña, cuando llegue al TEDH se convertirá en nada. Porque España no habrá seguido el principio de legalidad y garantías procesales.
Fuente: https://www.vilaweb.cat/noticies/entrevista-guillem-portilla-international-trial-watch/
Traducción: viento sur