8 de marzo. Las mujeres continúan ninguneas y postergadas aunque ahora ya tienen un día para ellas. 3 de marzo. Las victimas continúan siendo apaleadas y denunciadas por serlo. Ahora tienen la declaración solidaria del Parlamento. 27 de febrero. 3 de marzo. Euskal Herria tiene dos nuevos muertos, Igor Angulo (Santurtzi) y Roberto Saiz (Portugalete), […]
8 de marzo.
Las mujeres continúan ninguneas y postergadas aunque ahora ya tienen un día para ellas.
3 de marzo.
Las victimas continúan siendo apaleadas y denunciadas por serlo. Ahora tienen la declaración solidaria del Parlamento.
27 de febrero.
3 de marzo.
Euskal Herria tiene dos nuevos muertos, Igor Angulo (Santurtzi) y Roberto Saiz (Portugalete), para añadir a su larga lista. Muchos continúan insistiendo en sus mil días sin víctimas mortales.
4 de marzo.
Santurtzi y Portugalete las víctimas vuelven a ser golpeadas cumpliendo órdenes que dicen ser ley y legitiman de hecho el terrorismo de estado por el solo hecho de ser órdenes recibidas.
5 de marzo.
A. Otegi hace un llamamiento a la sociedad en una jornada de huelga y movilización para el jueves 9 de marzo. «Responder a lo que ha ocurrido es hacer una apuesta por la paz y por el proceso. Estamos convencidos de que este país tiene la madurez suficiente para entender que éste es un acto de responsabilidad política».
J.J. Imaz amenaza a la Paz y a la Libertad, amenaza a un proceso de Negociaciones que muy pocos saben si ha empezado o si continúa siendo un proyecto a largo plazo. «El tiempo avanza y se puede acabar» y exige a otros que «den un paso firme y decidido para que la violencia desaparezca de verdad de las calles de Euskadi». Los palos siempre son ajenos, los héroes propios.
5 de marzo.
M. Sanz insiste Navarra, se entiende su Navarra Foral y Española, no negociara Paz por territorios, ni tampoco Paz por soberanía. «La paz de los que renuncian a lo que no es posible renunciar: la dignidad de las personas que lucharon por ser fieles a sus ideas y que dieron la vida por la democracia y por sus semejantes».
6 de marzo.
Rachel Weisz, oscar a la mejor actriz de reparto, dedica su triunfo «a los que luchan por la Libertad».
11 de marzo.
192 muertos continúan esperando que se haga justicia en su nombre y por su memoria, que no se manipulen políticamente ninguna de sus heridas de muerte.
9 de marzo.
Esta sociedad nuestra necesita madurar sin miedos y sin violencias, necesita florecer mirando un futuro sin amenazas, sin que nadie le diga «esto no se hace» o «camina, disuélvete, calla, corre o vota».
Esta sociedad exige, tiene que volver a gritarlo como lo hizo tantas veces y no hace tanto, que apuesta por la Paz y la Libertad.
6 de marzo.
Lo que el viernes, 3 de marzo, o el sábado, 4 de marzo, no era ley «NO OLVIDAR» hoy puede serlo y lo que hoy todavía es ley «NO CONDENAR» puede dejar de serlo.
Por eso hoy, haciendo uso de la libertad de expresión y de la ley vigente, quiero RECORDAR que la semana pasada han muerto IGOR y ROBERTO y que lo han hecho dispersados, y hoy por el mismo uso de la legitimidad vigente quiero CONDENAR la actuación de la ertzaintza a la hora de reprimir esas muchas condenas y esos muchos recuerdos.
Por eso mismo y haciéndome eco de las palabras que Rachel Weisz, oscar por su interpretación en la película El Jardinero fiel, hoy les dedico estas líneas a todos aquellos que luchan por la libertad. A Idoia Muruaga, compañera de Igor Angulo, como condolencia personal ninguneada por ese ejecutivo que se las negó a tantos y tantos.
Para Idoia y para Ana, compañera de Roberto, las palabras de Pilar Manjón «necesitamos que la sociedad nos abrace para volver a meternos en sus ilusiones y volvamos a entrar en el tren de la vida del que fuimos sacados».
Para todos aquellos que fueron golpeados, tiroteados, detenidos, obligados a tirarse al suelo en el cumplimiento de las «ordenes recibidas» dos estrofas de la canción de José Antonio Labordeta (Canto a la Libertad).
Habrá un día
en que todos
al levantar la vista,
veremos una tierra
que ponga libertad.
También será posible
que esa hermosa mañana
ni tú, ni yo, ni el otro
la lleguemos a ver;
pero habrá que forzarla
para que pueda ser.