La Coordinadora Nacional del Sindicato CSIF en el Servicio Público de Empleo Estatal (antiguo INEM) denunció el pasado jueves «la situación caótica que se está produciendo en la red de Oficinas del SPEE, con avalanchas diarias de trabajadores desempleados en interminables filas esperando ser atendidos e incluso, en no pocos casos, con graves conflictos de […]
La Coordinadora Nacional del Sindicato CSIF en el Servicio Público de Empleo Estatal (antiguo INEM) denunció el pasado jueves «la situación caótica que se está produciendo en la red de Oficinas del SPEE, con avalanchas diarias de trabajadores desempleados en interminables filas esperando ser atendidos e incluso, en no pocos casos, con graves conflictos de orden público».
La organización sindical aclaró que en ningún momento por parte del Ministerio de Trabajo se comunicó a los trabajadores del organismo de empleo de que manera se iba a proceder con el nuevo «Programa de Protección por Desempleo e Inserción», criticando que finalmente la entrada en vigor de dicha norma fuera en pleno periodo vacacional, cuando buena parte de la plantilla y la mayor parte de sus responsables se encuentran disfrutando sus vacaciones anuales.
Por todo ello, CSIF responsabilizó al Ministerio de Trabajo de los gravísimos efectos de la puesta en funcionamiento de la ley al tiempo que se solidarizó con los demandantes del servicio con los que comparten una situación absolutamente inaceptable.
En su comunicado se subrayaba que el incremento exponencial de desempleados debido a la crisis económica ha tenido lugar cuando «la situación organizativa del SPEE se encuentra en el peor momento de su historia», con el agravante de que, a fecha 30 de julio de 2009, el gasto público en prestaciones por desempleo aumentó un 53,7 % más que el año anterior, las solicitudes se elevaron un 68% más, para 2.666.458 beneficiarios de las mismas (lo que significa un aumento del 50,4% con respecto al año anterior).
Eso ha significado, según CSIF, que los trabajadores del SPEE soporten un brutal carga de trabajo puesto que el Ministerio ha optado por «la temporalidad y la precariedad» laboral en las oficinas.