Primero, imperó el secretismo. Se trataba de dar comienzo a unas obras sin generar el mínimo roce. Fue imposible. La campaña de AHT-Gelditu! Elkarlana, y el espacio de resistencia de Urbina puso el tema sobre el tapete y rompió el muro de silencio. A continuación, vino la campaña publicitaria del departamento de trasportes y obras […]
Primero, imperó el secretismo. Se trataba de dar comienzo a unas obras sin generar el mínimo roce. Fue imposible. La campaña de AHT-Gelditu! Elkarlana, y el espacio de resistencia de Urbina puso el tema sobre el tapete y rompió el muro de silencio. A continuación, vino la campaña publicitaria del departamento de trasportes y obras publicas del Gobierno Vasco, contando las excelencias del TAV y criticando a la oposición, apenas un grupúsculo marginal y sin alternativas, pero el eco del referéndum celebrado en 19 Concejos alaveses y la multitudinaria manifestación de Gasteiz exigiendo la moratoria del proyecto y la apertura de un debate popular demostraron que la oposición ni era marginal ni carecía de razones de peso, sino que va creciendo en peso y en argumentos.
Y ahora llega el libelo y la manipulación de la mano de una prensa que se tiene por veraz y objetiva. «La izquierda abertzale aprueba una plan para intentar «parar» el tren de alta velocidad (TAV)». Con este encabezamiento el Correo y el Diario Vasco (DV) salen en defensa de lo que califican de «proyecto estrella del Gobierno vasco».
El informe mezcla cual explosivo cóctel, supuestos informes internos de la izquierda abertzale, según los cuales «se ha decidido convertir la lucha contra la construcción del TAV en el eje de la estrategia para los próximos meses», con especulaciones sobre sabotajes de baja intensidad y sobre todo, las repercusiones de una hipotética intervención de ETA en clara referencia a lo que fue el conflicto de la autovía del Leizaran (señalándose las muertes por atentados, pero no las habidas a afectos de las obras); sazonados con las incertidumbres que al proyecto acarrearía el cambio de la composición de muchas consistorios, caso de que Batasuna o la marca con que concurran, finalmente puedan presentar listas legales.
Por supuesto, de la naturaleza ciudadana, plural y abierta del movimiento anti-TAV, ni una palabra.
¿Qué se busca con este tipo de manipulación mediática?
A mi modo de ver varias cosas a la vez: En primer lugar, desprestigiar al movimiento anti-TAV mezclando en totun reboltum la legitima oposición de Batasuna y su participación en Elkarlana (al igual que la de otros grupos políticos como Zutik, y Aralar por ejemplo) con una hipotética ruptura de la tregua por parte de ETA. En segundo lugar, justificar el previsible aumento de la represión, conforme aumente la cantidad e intensidad de una oposición, que hasta la fecha solo ha empleado medios de resistencia y de movilización absolutamente pacificas. Y en tercer lugar, legitimar un proyecto (si ETA esta en contra, razón de mas para defenderlo) que además de ecológicamente insostenible, y económicamente despilfarrador, esta siendo llevado a cabo de forma antidemocrática e impositora. Imposición que se agravara conforme se efectúen las expropiaciones y las obras lleguen a los espacios que por interés económico y medio ambiental deban de ser especialmente protegidos.
¿Por qué el DV y el Correo salen en defensa del Gobierno vasco? Es de sobra conocido que ambos medios de comunicación y el grupo editor que esta detrás de los mismo, en absoluto simpatiza con el llamado nacionalismo gobernante, y si ha decidido darles respaldo es por los intereses que están en juego tras el proyecto. Ya que si algo caracteriza a ambos diarios es su descarada defensa de todos los proyectos y infraestructuras, cuanto más faraónicas posibles, que se proyectan para este País. Desde sus paginas, plumíferos a sueldo de las inmobiliarias y constructoras, se adelantan en el tiempo (preparando así el terreno) en la defensa de proyectos que incluso no han sido presentados oficialmente. Esa ha sido su táctica con el Súper Puerto de Pasaia, de cuya construcción es sin duda el DV su mas acérrimo defensor.
Si la «política es economía concentrada» que diría un clásico que prefiero no nombrar, la defensa de una obra considerada «vital (¿vital para quien) que costara inicialmente (¿cuál será en realidad el coste real?) 4.178 millones de euros» sin duda une a diferentes pensares y proyectos políticos en defensa del interés común (de las grandes constructoras»).
El interés común, por el contrario, tal como lo precisa José Luis Ordóñez (miembro de la Coordinadora Estatal en defensa del ferrocarril publico), esta mas bien en «aplicar el principio de proximidad y lograr la reducción de la necesidad de trasporte, cuando el transporte sea totalmente imprescindible deberá contar con un tupido mallado del sistema multimodal e integral de trasporte publico colectivo que facilite la vida rural y vertebre y dé coherencia la territorio. La propuesta expresada por «todo automóvil» o todo ABVE» corresponde aun modelo de trasporte desestructurante que genera el fuerte desequilibrio territorial que ahora padecemos».
Justo lo contrario de la política del Gobierno vasco, quien tras apostar durante años por el trasporte en carretera, ahora, da un alto copernicano y pretende convencernos de que la alternativa es el TAV.
Estar contra ese planteamiento es además de legitimo, necesario y ello estamos mucha gente, diversa y diferente, y AHT-Gelditu Elkarlana es una prueba de ello. Y así será a pesar de la manipulación y las maniobras de quienes además de pretender su deslegitimación, buscan con sus sucias maniobras dar cobertura a la represión.
¿Por qué si no mezclar a ETA, que hasta la fecha no ha dicho nada al respecto, con la oposición al TAV?
* Joxe Iriarte, Bikila. Miembro de ZUTIK y la coordinadora AHT-gelditu. Elkarlana.