Diego Cañamero (Campillos, Málaga, 1956) es uno de los principales dirigentes del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), en el que milita desde hace décadas con la propiedad pública de la tierra como principal bandera de su lucha. Una reivindicación que tiene una importancia crucial en una comunidad donde, según denuncia, un 2% de terratenientes acaparan […]
Diego Cañamero (Campillos, Málaga, 1956) es uno de los principales dirigentes del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), en el que milita desde hace décadas con la propiedad pública de la tierra como principal bandera de su lucha. Una reivindicación que tiene una importancia crucial en una comunidad donde, según denuncia, un 2% de terratenientes acaparan el 50% del suelo.
El SAT, que ha pasado a la primera línea mediática en los últimos tiempos por su combatividad, tiene claro el precio de sus protestas. El sindicato carga sobre sus espaldas unos números de récord: 900.000 euros acumulados en multas, 650 personas procesadas, 100 años de cárcel en total. «Y todo por protestar desde el pacifismo. Eso sí, un pacifismo activo», remarca habitualmente Cañamero. «No sabemos qué vamos a hacer con tanta represión, pero no dejaremos de luchar. Otros antes pagaron un precio mucho más alto que nosotros para disfrutar de lo que hoy nos quieren quitar».
El SAT ha vuelto a la escena mediática estatal tras la acción en el Carrefour de Sevilla. ¿Tan desesperada es la situación en Andalucía como para desarrollar este tipo de protesta?
Bueno, hay que tener en cuenta que Andalucía siempre ha vivido en la pobreza, siempre ha estado un poco a la cola de Europa y del Estado español. Cuando a un enfermo le llegan más enfermedades, sufre consecuencias más graves que el que está sano. Nosotros ya teníamos un paro galopante en Andalucía, estábamos en un 20% de desempleo cuando en el resto del Estado la cifra era del 12% o 13%. Ahora estamos en un 36% de paro. Tenemos a dos millones de personas por debajo del umbral de la pobreza, a 300.000 familias que no cobran absolutamente nada, a 86.000 desahuciados, un 67% de paro juvenil. Es una situación dramática. Nosotros lo que queremos lograr con nuestra lucha es, fundamentalmente, que se abra el debate en la sociedad, que se pregunte qué está pasando. La gente se muere en un rincón, avergonzada. La gente está en las colas de Cáritas, la Cruz Roja o los servicios sociales. Y nosotros lo que queremos es que la gente se levante contra esta injusticia.
Esto no es una maldición divina. La crisis no es un fenómeno natural, como cuando llueve mucho, nieva, o hay un terremoto. Hay unos culpables, unos responsables, y tenemos que señalarlos. Por eso señalamos el hambre en el siglo XXI en la Europa del bienestar, de los derechos, las libertades. El hambre está llamando a la puerta. Cuando el paro llama a tu puerta no te pregunta de qué partido eres ni a quién has votado, por eso hace falta concienciar a la población para que todo el mundo se levante contra esa injusticia.
Desde el sindicato reivindican que el problema de Andalucía es estructural. ¿Cuáles son las causas?
El atraso económico en Andalucía es histórico, desde el momento en que hay un pacto de la burguesía del norte y del centro con la burguesía terrateniente, para aportar materias primas y mano de obra para el norte. Es una cosa que se viene ocurriendo en Andalucía desde hace un siglo. Las consecuencias están ahí. En Andalucía se produce el 95% del algodón y las empresas textiles no están aquí. Ni tenemos las fábricas de zumo, ni de naranja, ni de tomates, ni ningún tipo de transformación. Las industrias son pequeñas y fundamentalmente dedicadas al turismo y los servicios. Pero no tenemos un desarrollo en ese sentido.
Por eso nosotros lo que sí denunciamos también es que, aparte de que no hay industrias de transformación ni a otros niveles, lo que no puede ser es que tengamos, por ejemplo, el 50% de la tierra en manos del 2% de propietarios. Es un insulto en el siglo en que estamos que un terrateniente tenga 30.000 hectáreas, que son 30.000 campos de fútbol todos juntitos. Es una barbaridad, y más mientras la gente pasa necesidades.
Por ejemplo, los hermanos Figueroa se dedican a recibir ayudas europeas y cobran 6 millones de euros de la Política Agraria Comunitaria. Seis millones de euros para hacer lo que les da la gana. Sería mejor si por lo menos esas ayudas estuvieran sujetas al respeto al medio ambiente, a la creación de puestos de trabajo o a la transformación de los productos, si tuviera una finalidad finalista. Solamente siete terratenientes cobran 20 millones de euros, sólo por tener tierras. Sin embargo, los campesinos, cuando llegan los precios de los tomates, que se los fija el Carrefour, el Mercadona y otros grandes supermercados, se encuentran con unos precios ruinosos. Los campesinos están prácticamente en bancarrota.
En este contexto, ¿cómo valoran el actual Gobierno andaluz, formado por dos partidos que se reivindican de izquierdas, como son el PSOE e IU?
Hombre, yo creo que en estos momentos están gobernando en Andalucía dos partidos políticos. Porque lo de partidos de izquierda, del centro, o del otro lado… Los partidos realmente se clasifican por sus hechos, por su práctica. Uno nunca es lo que dice sino lo que hace. Y, dependiendo de las políticas que aplican, podemos decir que son acertadas a favor del pueblo o en favor de una clase social que no es el pueblo.
Aquí tenemos la experiencia en Andalucía de un partido que ha estado gobernando más de 30 años, el PSOE, que más que un partido se ha convertido en una especie de empresa. Nosotros le decimos la PSOE, porque es como el Carrefour o el Mercadona, es una empresa. Realmente, su acción se ha quedado en eslóganes, que si «Andalucía la primera», que si «Andalucía imparable», «Andalucía, la segunda modernización» -y realmente no hemos visto la primera-, simplemente con frases. Pero no se ha aplicado realmente una política a favor del pueblo y a favor de la estructura económica que tenga futuro.
Y ahora resulta que está gobernando con Izquierda Unida. Bueno. Se dedican fundamentalmente a criticar las políticas que vienen de Madrid, pero tampoco hay un esfuerzo por hacer unas políticas en favor del pueblo. Simplemente se conforman con algunos gestos.
¿No suponen avances leyes como la conocida como ley antidesahucios?
Creo que se ha vendido bastante bien y yo la apoyo porque menos da una piedra, pero es muy poca cosa. Hasta ahora, en lo que ha estado vigente la ley, ha afectado a siete personas. En Andalucía hay 86.000 desahuciados. Desde 2001 hasta 2011, se han hecho un millón de viviendas, las cuales están vacías. Hay que ir mucho más allá.
Fuera de Andalucía, sobre todo desde partidos como CiU, se suelen lanzar mensajes que acusan a los andaluces de vagos. ¿Es un problema de actitud?
El señor Duran i Lleida dijo aquella frase famosa de que mientras los campesinos catalanes dejan la cosecha en el campo sin poderla recolectar, los jornaleros en Andalucía cobran el PER [subvenciones en el marco del Plan de Empleo Rural] y se van al bar. Yo le contesto al señor Duran i Lleida: ¿Usted sabe por qué la gente se va al bar o a la plaza? Porque no tiene trabajo. ¿Y usted sabe quiénes son los culpables? Entre ellos, usted, que ha gobernado España en coalición con el PP y con el PSOE y no han estructurado Andalucía para que eso deje de ocurrir. Porque yo soy el primero que está en contra del PER, porque una persona con 18 años no puede cobrar un subsidio, porque eso es humillante, porque las manos de un trabajador tienen que servir para elaborar cosas. No se puede ser un jubilado desde los 18 años. Pero hay PER y hay subsidio porque los terratenientes tienen la tierra, porque no había industria y usted [Duran y Lleida] ha sido también culpable de que vaya para otro lugar. Por lo tanto es usted responsable, no culpe usted a los andaluces. Cuando dice que los andaluces son vagos, ¿qué le dice al millón y medio de andaluces que han contribuido a desarrollar Cataluña?
Paralelamente, se le ha visto participando en encuentros de formaciones independentistas que plantean precisamente una salida del Estado lejos del argumentario de CiU, como es la Candidatura d’Unitat Popular (CUP). ¿Hay varios independentismos?
Yo estoy de acuerdo con la soberanía de los pueblos, igual que estoy de acuerdo con el divorcio. Hay gente que se divorcia y gente que no. Los pueblos tendrán que decidir cómo quieren ser, si independientes o no. Evidentemente, por eso he estado apoyando el tema de las CUP, es un movimiento cercano, de base social, organizado de abajo a arriba. Creo que hay que apoyar ese tipo de movimientos que son del pueblo, que surgen de él. Los otros surgen de otros lugares.
El SAT está teniendo contactos con otras organizaciones para preparar una gran marcha hasta Madrid. ¿En qué consiste esta iniciativa?
Nosotros hemos lanzado esa idea para explorarla conjuntamente. Queremos que esa convocatoria no parta sólo del SAT, sino de la población civil. Que parta de las plataformas, de individuos, de otras organizaciones sindicales, movimientos sociales, del 25-S, del Frente Cívico de Julio Anguita, de sindicatos nacionalistas. Que parta de todo el mundo. Creo que hace falta unir al 90% de la sociedad para acercarse a Madrid y decirle al poder político que ya está bien. Que no queremos un poder que engaña, que desvirtúa, que manipula el voto, que hace lo contrario. Y sobre todo queremos que no se pague una deuda que no es del pueblo. Queremos que la pague en todo caso quien la ha provocado. Por eso los objetivos son decir no al pago de la deuda, fuera un gobierno que no nos representa, aunque tengan el voto, y no a los recortes.
En cuanto al SAT, ¿en qué situación está? ¿Ha crecido este año de más relevancia mediática?
Evidentemente estamos creciendo, el sindicato está en alza, porque nosotros, más que hablar, actuamos. Lo que decimos lo ponemos en práctica. Nuestros dirigentes son gente muy sencilla, que viven con el pueblo, cercanos a los problemas de la gente.
¿Y el tema de las multas? ¿Acabará bloqueando la acción del sindicato?
Nos están fastidiando bastante, porque son multas individuales. Si tienes una casa en propiedad te la quitan, te la embargan, si tienes un cochecillo o una moto, si tienes cualquier cosa. Tenemos ya 900.000 euros de multas a nuestras espaldas, entre multas y fianzas, y eso es una cosa ante la que estamos intentando crear un fondo importante a nivel de todo el Estado español y a nivel europeo, una caja de resistencia contra la represión, para que cualquier persona nos pueda echar una mano y nos haga más soportable esa carga. Sobre todo, estamos intentando declararnos cada vez más gente insumisos judiciales. Yo no tengo ningún tipo de propiedad, absolutamente nada, y me puedo declarar insumiso judicial, porque a mí no me pueden meter mano, sólo meterme en la cárcel. No me pueden quitar nada porque no tengo nada. No solamente no tengo nada a mi nombre, sino que no tengo nada ni me interesa nada. Me interesa un salario para vivir, mantener a mi familia, y se acabó.
A mucha gente le sorprende su presencia ya casi habitual en Intereconomía. ¿Cómo afrontan la participación estos espacios mediáticos?
Todas las cadenas de televisión tienen amo. Creo que aunque nosotros vayamos a estas cadenas, a la vez ellos intentan con sus voceros y su gente desprestigiar tu lucha y tu mensaje. Nosotros no tenemos nada que ocultar e intentamos por todos los medios dar nuestra versión de las cosas, por lo que si nos llama Telecinco vamos, si nos llama Cuatro, también. Después te encuentras a algunas personas que tienen la canción aprendida y que te intentan insultar con esas acusaciones ridículas y tontas, que si prosoviético, procubano, que si «vete a Cuba», que si tenemos privilegios para nuestros familiares. Nos insultan con ese tipo de cosas, pero yo creo que a nosotros, como vamos con la verdad, no nos interesa hablar de la prima de riesgo, sino de la bombona de butano, del desahucio de una persona, del paro. Nosotros le queremos poner a las cosas rostro humano. Al mensaje ellos le ponen estructura, nosotros le ponemos personas.
Este viernes ha participado en el Congreso de Teología celebrado en Madrid, que aglutina un poco al cristianismo de base. ¿Se puede hacer una lectura de izquierdas del Evangelio?
Está claro que si se defendiera realmente lo que defendía Jesús, la mayoría de los cristianos estaría muy cerca de nosotros. Lo que pasa es que la burguesía ha atrapado todo el mensaje y la estructura de la Iglesia, la ha desvirtuado y defiende otras cosas. Creo que el movimiento cristiano de base es muy cercano realmente a las reivindicaciones que nosotros hacemos y a nuestro proyecto de vida y de mundo. Quizá la gente tendría que descubrir mucho más a Jesús y el Evangelio, más que a la estructura de la Iglesia, que no representa nada más que a la burguesía.
La Iglesia históricamente ha estado con los poderosos, con los ricos. Incluso injustamente hasta con los golpistas. Hay que recordar que el papa Pío XII autorizó que Franco pusiera en la moneda «Francisco Franco Bahamonde, caudillo de España por la gracia de Dios». Hay que diferenciar, que una cosa es el cristianismo y otra la Iglesia.